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ELOGIO FUNEBRE

Discurso pronunciado por el Dr. Diego Manuel Chamorro

en nombre del Partido Conservador de Nicaragua

en los funerales de Don Adán Cárdenas

"Lo que heredaste de tus antepasados, conquístal0 para poseerlo", Ese pensamiento de Goethe, vino al punto a mi me– moria cuando hace pocas horas se me comunicó el honroso encargo de pronunciar el elogio fúnebre del egregio ciudadano

que en estos momentos acompBñamo& a su últim.a morada, en

nombre del Partido Conservador de Nicaragua. Y vino a mi memoria precisamente, porque don Adán Cárdenas, fiel a su es~

tirpe patricia, entró en posesión por conquista propia de la preclara herencia del ilustre prócer de nuestra historia y de

m1estro pa,tido, el Dr. Adán Cárdenas, presidente egregio de

l. egregia 'era de los treinta años de integérrimos gobiernos

conservadores, fundadores de la verdadera república, que con–

quj~tó para nuestra patria el cognomento de Suiza t'cntroamc

w

ricana.

y cuando hablo de herencia no me refiero, no podria refe–

rirme a una herencia patrimonial, porque, ¿quién ignora en:

Nicaragua que ese ilustre república al descender de la presi– dep.eia tuvo que volver inmediatamente a su cliniea de médico • ej~rcer de nuevo 8U humanitaria profesión para poder man– tener a 8U familia? Me refiero a esa herencia de patriotismo, de honradez y de re<:titlld que fue <:arnctarística esencial de la vida de nuestro ilustre conciudadano a quien hoy despido en nombre del Partido Conservador de N.ictira~ua, como de todos los miembros de BU distinC'uida familia, fieles todos ellos a su preclara estirpe.

Don Adán Cárdenas, señores, fue un modelo de ciudada– no. Dedicó 8U vida y 8U fortuna, amasada con honradez y te– són, a la formación de sus pequeños sobrinos haciendo veces de

"crdadcro padre, cuando, por desicnio de la Providencia, éste

les faltó en temprana edad, logrando formarlos en el crisol de su e~imla tradición familiar. Pero el cumplimiento de ese sa·

grado deber familiar no lo apartó nunca del superior deber de ciu.dadano, consagrando siempre a su patria sus mejores pen– samientos, 8US mayores inquietudes y su 2'ran ho~bría de pn–

triota.

Hasta en los últimos días de su meritísima "ida no había

problema nacional, no había cuestión que afectara Jos intereses

de la patria que no lo encontrara en primera fila, fustigando con 8U pluma llena de Hanta ira 10 que consideraba actos bo–

chornosos, o abogando con mente limpia y honrada palabra por las soluciones más patTiótics8, conquistando siempre el nspeto

de tqdos.

Don Adán Cárdena!" d(!sde joven conoció Jas penas del ostracismo en compañia de su anciano padre que después de ha· ber eJercido con lioitor la primera magistratura de la nación y conquistado el derecho de gozar de las garantias que habia con·

tribuído a fundar iunto con los cimientos de la verdadera JU,

pública, tuvo que consagrar su venerable ancianidad a

luclll! de nuevo POI restaurar esas garantías y la libertaa republical!

de BU puehlo, no dando reposo a su espíritu hasta el fjn de ~

vida cuando gracias a su esfuerzo 'Y a su consejo había ya k

grado restaurarse el sistema de los treinta años apagado pa:

un largo pel íodo de dictadura.

y siemplc fiel a esa herencia de patriotismo, el hijo JIU

claro, siemllre puso el contingente de su fuerte perrsonaJidal pe 61J viilor cívico y de su indobregable rectitud al servicio ~

sus ideales de ciudadano intcR'érrimo i y así lo vimos ocupar 11

escaño en la Cámara de Di!mtados, en momentos en que CCl

currir a esas sesiones significaba exponer quizás la vida y cif!' tamente ser vapuleado por turbas desenfrenadas apoyadas Pt

la fuerza pública como en efecto lo fue sin que eso lo hicifll flaquear en el cumplimiento de su deber de ciudadano.

y después en una era difícil de desorganización prestó

l

contingente de su hOI1l adcz a toda prueba ocupando la Cartel

de Hacienda en la que dejó la huella limpia de su integérrim personalidad.

Hijo de patdcio como he hecho notar, BU figura es t:

ejcmplo de la tradición pa.tricia del Partido Conservador en a–

yas filas militó siempre eon Honor y con orgullo Y ese ein plo cs digno de meditarse por las jóvenes generacioncs por,,"

un partido ni que Adán Cárdenas perteneció y sirvió con digt

dad, con honor y eon orgullo, es ciertamente un partido a

que nadie, con menQs dignidad )' eon menos honol que b

insigne ciudadano, pueda sentirse avergonzado, pese a toda ¡"

propaganda deni!:,radOla de la que todavia pretenden echar ro

no sus enemigos.

En estos momentos de la historia en que el mundo allí

"iesa por una transición y una transformación, es tambJ. ejemplar el recueldo de 10 que han significado en los destir;.

de nuestra pafria, en la hlBrcha dc las !:feneraciones en el (itl'

po, los varones de estirpe como don Adán C.rdenas y la bl:

1 encía que su figura t18smite a las siguientes generaciones.

Si el ex ..Presidente Dr. Adán Cárdenas legó Qna herer4 politica que don Adán Cárd~na8, su hijo preclaro que hoy di.

pedimos de esta vida, Tecogió con orgullo y enriqueció con ~

accioncs fundadas en la tradición heredada, a nucvas generací nes les toca recoger ahora la herencia de este ilustre ciuda. no para enriqueeerla y legada II su ,'ez; a las siguientes gentT

ciones, dentro de esa tradición patricia del Partido Conserva& del que don Adán Cárdenas fuera en BU vida un genuino rep'

f1entante.

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