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« Previous Page Table of Contents Next Page »Es asi como en los albores de la conquista vemos
el Diriangén, en las riveras del Ochomogo, dando du· ra y seria bafal1a a Gil Gon.zález para librar a nues– tros aborígenes de la dominación española; fransmi– tiendo con su ejemplo a sus descendienfes en la san–
gre de su raza la rebeldía y el coraje que lucieron en Novietnbre del año 1960 ese grupo de muchachos que en legífima y caballerezca rebelión a plena luz del día, sin antifaces y a pecho descubierto asaltaron y
se tomalon los cuarteles <:le Jinofepe y Diriamba. Siguiendo el curso de la Historia, saltando TI\\.l·
chos capítulos, vemos que emulando a nuestro heroico cacique -que la posteridad no erigió ni siquiera un pequeño busto de fosca piedra, ya que na de granito o bronce cama los tiene en Lima Manco~Capac, Aía–
hualpa, efc, que sería mucho pedir, digo, que emu·
lando a Diriangén nuestros antepasados hincaron dU10 los dientes en las huesfes filibusteras de William Walkcr que quiso sometemos a su esclavitud
Indomable siempre el pueblo nicaragüense no solo defiende y reafirma su nacionalidad y la pose– sión y dominio de su suelo autóctono, sino que lucha con fiereza por leconquistar sus derechos y garan· tias conculcadas pOI su abusivos mandatarios; y es enfonces cuando vemos florecer en las páginas de nuesfri1 Historia moderna la conspiración. la rebelión. el molin, la asonada y la sublevación, -que son indis– cufibles derechos que el fracaso convierte en delitos En nuestra Herra el clima para las dictaduras es calcinante aunque esfa planta exótica en dos perío. dos de la His!oria Palril;;l., se haya enraizado y crecido
y hasta echado váslago Pl?~r=; a las incesantes for–
mentas y huracanEls que las han azofado hasta arran· car de cuajo a la prhnera y fener ya socavados los vástagos de la. segunda
Dado nuesiro carácfer y sangre rebelde la lepra· sión que los mandatarios dictatoriales han hecho D.
los ciudadanos, de sus derechos esenciales. ha resul· lado como una reacción humana la acción violenta de la conspiración. la rebelión, eic. ele Esa fue la re·
zón de las continuas e incesantes conspiraciones, re... beliones, molines, asonadas y sublevaciones opera.. das durante diecisiete años contra la diciadura zela.. vista hasta la revolución que la derrocó Es la misma razón que ha im.pulsado a la ciudadanía, en la era de la dictadura somocisfa, para reconquistar su liber–
tad y el reslablecimien:lo de sus del echos y garantías menguadas, por el camino de la subversión Es así que vemos cómo en serie se suceden, casi sin solu– ción de continuidad, los acies de protesla armada: pri. mero en la década de los años treinta, las conspira– ciones, sublevaciones e incendios de polvorines en el seno del tnismo ejército; después en los años cuarell– ta la rebelión con. los asaltos a los cuadeles de "La
India", la tenfativa revolucionaria del Gral. Noguera G6mez, seguidamente en la década del cincuenta conspiraciones cívico-milifares, la sangrie:nta abortada "Rebelión de Abril". el magnicidio, incursiones ;evo.. lucionarias por ambas fronteras y el especiacular de~
sembarco en Mollejones y Olama
Llegamos al sesema que en su calendario impri~
n1.e con letras de oro el "11 de Noviembre", día qu~
un puñado de valientes muchachos, cobijados por la
bandera de sus ideales y annados con el íxnpetu de su juventud al-dorosa y de su sangre rebelde, cuan~
do en el reloj de la Ca:1edral de Jinotepe sonaban las cualro y media de la larde, que pudo ser la hora ce. ro de la diciadura, cuando el sol poniente todavía ilun1illaba la sala de guardia y sus rayos herían los relucientes calibres de fusiles y arnoiralladoras de los cenfinelas del cuarlel, haciendo bri]lar con lTIás nili.
dez las charreteras de los Oficiales y las insignias me–
tálicas de sus grados; cuando los jefes de la guarni_ ción, que estaban alertados 1razaball sobre un pb:mo
de la ciudad los planes de la defensa al alaque que se produciría -conforme enseñan los libros de estra– tegia., a mansalva, a la sombra de la noche, avan_ zando a gatas, con trajes obscuros y 8Inparándose El
los por!ales- He ahí que de pronto, de pies, con la cabeza en alfo, vesHdos de claro aquellos imber. bes, rnqzalbetes porlando herumbrosas sub-fhompsons. jugándosa la vida en lid noble y generosa, en dos pe–
queños grupos de cinco sallan de sendos carros a a:n\.,;
bas puertas del cuartel, abriéndose en dos diminuias alas y poniendo "manos arriba" a oficialidad y guar– nición, se foman el Cuartel, que pronto se ve invadido por iodo el pueblo de Jinotepe en apoyo de los rebel– des Aclo Beguido marchan a Diriamba y en diez mi– nutos, con ligero cambio de tiros, se apoderan de e.áta
oiro Cuar.tel Todo sucede con gran rapidez, con la menor violencia, con la mayor economía de sangre y
con geslos de gentileza sólo conocidos en la tradi– ción de los nobles hispano-franceses en el sitio de Barcelona, a principios del siglo XVIII, que con la cortesía de dos caballeros duelistas se previenen del ata.que
He fraído El la memoria 1 eseñando de manera sinóplica la "Rebelión de Carazo" cuya noble tierra se
fertilizó en Abril de 54 con la sangre y la ceniza da
los márlires que sa<::rificaron sus vidas en el Aliar de
la Pafria, por la libertad y la juslicia para que ger– minalan fecundos y vigorosos los nueV"os héroes que
en Noviembre de 60 escribieran en la historia nacio· na1 el capítulo más glorioso de la edad moderna Decía que he reseñado la "Rebeli6n de Carazo" s610
C011"tO antecedenfo para las reflexiones que haré ;;0·
bre el proceso que de aquella se derivó y el insp– lito veredicio que contra los reos se fulminó
REFLEXIONES JURIDICAS
Hemos iratado de patentizar en las anteriores lucubraciones la génesis de la rebelión en Nicaragua, que la llevamos en nuestra sangre, que la heredamos de nue~fros ancesiros indígenas, y que es un lf'!gado histórico de nuestra raza con deber y obligación da ejel citarlo como derecho
La rebelión es, si se quiere, uno de los más legí– timos derechos humanos, -de origen natural y racio· nal; el esclavo se revela contra el amo que lo hos-
liliza, hasta la bestia mansa reacciona contra el que la hostiga, es un aclo reflejo que hasta el "árbol que es apenas sensifivo", cruge contra el instrumento que 10 hiere Ejercifada de buena fe la rebelión y con ání–
11.1.0 de sustiiuir el mal gobierno por ofro más justo. es el mejor instrumento que tienen los pueblos ama· no para instituir el orden aunque ello parezca para· dógico El concepto jurídico de la rebelión como de· lito político, es del siglo pasado, de origen manér·
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