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A todo esto los autoridades militares de Granada, que sabían de cierto lo ocurrido con las víctimas, recogielon y enterraron sus restos, precipitadamente, o fin de acallar todo comentario <l

Pero esto último, no pudieron evitarlo las autoridades, porque toda la gente que llegó a la playa a las horas del macabro descubrimiento, se enteró allí mismo del atroz crímen cometido en Lo Pelona, y se– ñalaron, como autor de ton horrendo asesinato, o don Juan Argüello, Jefe de Estado, y o los víctimas milo. grosamenle encontrados como enemigos políticos del mismo Argüello

Hubo en eso época uno célebre publicación que circuló profusamente en Granado, en lo que se referían los detalles del crimen y en lo formo como había sido éste descubierto

"Los vientos reinantes en el lago", escribe el hstoriador Pérez, de donde hemos tomado el relato de esle crimen, "durante eso estacián soplan del Norte o del Este, en cuyo virtud los cuerpos flotantes, impe– lidos por ellos pudieron atravesar los corrientes contlarios del Lago, y naturalmente, llegar o lo playa de Granado

"Todo efecto de un hecho natural, continúa el mismo historiador Pérez, "mientras que el pueblo por ignOlanc1a de aquellos causas físicos, calificó de milagro lo aparición de los cadáveres flotantes sobre las agitadas aguas del lago"

Lo tradición nos cuento asimismo, que todos los que intervinieron en el asesinato de Vado, como los

que ejecutaron el horroroso crimen de La Pelona, murieron, todos ellos, trágicamente Unos fueron asesina–

dos, otros fulminados por un royo y el que ordenOl o los dos crímenes, don Juan Argüello, llegó desterrado a Guatemala, enfermó allá y muriá en lo mayor miseria en el hospital de dicho ciudad

Hoy se llamo en Granado o lo isla de Lo Pelona, Isla del Sacrificio Se dice también en la ciudad, que los navegantes en el Lago nunca permanecen en eso isla, porque, asegura lo voz que corre entre el vul– go y lo cree lo gente crédulo, que se oyen en ese lugar, durante la noche, lamentos y otros ruidos extraños

La Pelona, isla inmediato o los costo del departamento de Chontales, calece de vegetación y visto desde largo distancio, aparece como un fantasma calvo que surge de los azulados aguas del Gran Lago

Después de haber sido derrocado el Jefe Argüello por uno revolución y expulsado del territorio no– cional, como antes dijimos, no se lográ el afianzamiento de lo paz y continuó lo intranquilidad y, Granado, naturalmente se vió de nuevo envuelto en disturbios políticos y militares, reinando lo amargura en los espíri– tus y zozobra en el resto del país

El año de 1834 el general don Cándido Flores, jefe de los fuerzas militares de Granado, descono– ció 01 gobierno presidido en León por el doctor don José Núñez levantándose en armas en lo villa de Meto– pa Lo sublevación del general Flores fue secundado por el pueblo de Granado el 22 de Moyo de 1834 Las fuerzas del Jefe del Estado, doctor Núñez, después de derrotar o los revolucionarios en Managua el 13 de Agosto, entraron o Granado sin resistencia a principios de Septiembre El general Flores y algunos de sus jefes, antes de acercarse los fuerzas del gobierno, abandonaron la ciudad, quedando ésto en poder de una turba desorganizada que cometió saqueos y robos en lo mismo

Don José Dolores Gámez en Historia de Nicaragua, página 459, describe la situación de Granado en los días de Agosto de 1834 en estos términos

"Al desaparecer los jefes de lo revolución, la plaza de Granada qued6 enteramente acéfalo y a discreci6n de uno turbo de soldados que, alentados por los circunstancias tlataron de saquear algunos cosas

de extranjeros, que creyeron ser los más ricas por su mejor apariencia El doctor Dribon, residente entonces

en Granada, reunió en su caso a lo colonia extranjera, y con ella, bien armada, logró mantener a raya a la

soldadesco durante todo lo noche Lo llegado de los tropas del gobierno que tuvo efecto al día siguiente, restableci6 de nuevo el orden"

Pero los turbas 01 apoderarse de la ciudad, robaron y saquearon lo iglesia de Lo Merced Rompie– ron el Sagrario, arrebataron el copón, regando los sagrados formas por el suelo del templo y despojaron o lo imagen de los Mercedes de la corona de ora y demás alhajas con que estaba adornado y asimismo robOlon otros alhojos de las otros imágenes que se veneraban en el mismo templo Este hecho, sacrílego y vándoli– ca fue cometido el 24 de Agosto de aquel año

Al posesionarse de nuevo de lo ciudad los fuerzas del gobierno, restablecieron el orden y lo tranquilidad capturando o cuatro de los cabecillas que aún permonecion en ello Sometidos éstos 01 juicio de un tribunal especial fueron condenados o muerte y fusilados el 13 de Septiembre en lo mismo ciudad donde habían cometido sus crímenes Se llamaban éstos Roque y Ambrosio Sousa y Francisco y Manuel Orozco Sus nombres serán recordados con excecración fígurando en la historio trágico de Granado, como autores de aquel sacrilego crimen

Don Anselmo H. Rivas en sus artículos tituladas Nicaragua, Su posado, Ojeado Retrospectivo, publicados en El Diario Nicaragüense de Granado en 1895 y 1896 se expreso así acerco de aquel triste esta– do de cosos en lo ciudad

"Cuando lo anarquía de Granado tomó proporciones amenazadoras poro el gobiernq mismo, pues lo exigencia de los anarquistas crecía de punto codo día, el gobierno dió tregua o sus persecuciones y permitió que Granado se defendiese"

Se trotaba entonces de los encarnizadas luchas civiles entre dos grupos políticos denominados en

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