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Enlendemos que, teniéndose en lYlira dar na~

cirni.ento a un gobieyno que sea reconocido, to–

da aciuación debe hacerse dentro del rnarco de la c(}nstiJ:ucional1dad. La designación la debe hacer el Congreso Nacional Téngase presenJ:e que la objeción que se opone al Se– nado¡- designado General Chamarra, no se fun–

da en que no haya sido o en que haya sido

designado por el COllgTeso, sino en que es j·e–

nido por .Jefe de un movimiento militar que

afecl:a esa designación Si el Congreso, cuando

el P"esidenie Solórzano resignó el poder, hu– biera designado a oho Senador o representan– te en lugar del General Chamarra, el recono–

cimiento no se hubi.era hecho esperar"

"El Congreso Nacional, tal cual exisle, fue acepJ:ado por el que ejercía el poder legal, don Carlos Solórzano. Ante ese Congreso presentó

él, como Pr"esiden1:e, su lTIensaje o informe ad–

rninisft'ativo anual; aníe ese Congreso los acep–

tó la nación ioda, y aun el mismo ex-Vicepre– sidenJ:e, dador Juan Bautista Sacasa, ha pre– tendido llegar a la Presidencia, porque tiene por bien admitida la renuncia de don Carlos".

"El docior Juan Bautisia Sacasa, adernás de estar inhabilitado para ejercer la Presiden– cia por el Decreio-sen±encia que recay6 contra él y que no hay quien pueda revocar, está im– posibilitado de ser reconocido por haber en–

cabezado una revolución, y, sobre todo, por–

que lo adversa el pa\s. El sane perfectamente c6mo 'Ou nOl'nbre fue llevado a las urnas y Có–

'tYlO fue in'lpues1:o por Ja violenda. Y aquí cabe

observar: que la oposición no puede alegar irregularidades en la organizaci6n del úHimo

Congreso Apenas si se deshjcieron las irregu– laridades criadas el año anterior con solo la di–

ferencia que, pala lo último, no se ocurtió a

los secuestros y violencias hechas contra Se– nadOles y Hepresentantes en 1924-1925".

"No cabe hablar, por parte de la oposi– ción, de derecho que ienga don. Juan Bautis– ta, y de que 10 que trata es de recuperarlo, pm-que airo lanto podría alegar el partido que se halla en el poder, diciendo: que ha recu– perado uu derecho que se le arrebat6 al Ge– neral Chamarra. Esto de derecho, que cada

uno alega, necesitaría de un juez que, para

estos casos, no existe Apenas podría decirse que, en caso de duda, tiene n,ejor derecho el

que posee""

En la bah\a de Corinto, a bordo del cruce–

YO "Denver", se reunielon las Delegaciones el

dia 16 de Octubre de 1926. Después ele pre– «enladas, discuJidas y aprobadas las creden– ciales de los Delegados de una y aira parte se

iniciaron las Conferencias bajo la Presidencia

del Encargado de Negocios, Mr. Dennis.

En estas Conferencias se distinguieron,

lanío por su elocuencia co:m.o por su claridad

de pensalnienio, los doctores Carlos Cuadra Pasos y Rodolfo Espinosa R.

El doctor Cuadra Pasos expuso como cri– terio conservador que la constitucionalidad debía de considerarse corno una cuesti6n de hecho, "ya que aunque en Nicaragua en estos

DI José Bálccnas 1\Ieneses

Don RicRulo López Callejas

últimos siete meses ha habido dos clases de

conflicfos, exlerior e inferior, no es el primero

o sea la Íalta de reconocimienlo de los Estado; Unidos y de algunas Repúblicas de Centro– américa al Gobierno del General Chamorro

que aun subsiste, materIa o causa ahsolu±a d~

la falta de paz, sino el conflicto interno, PlO– venienJe de divergencia de criterio ne los Pal–

±idos, cada uno de los ....:1lales ve la constitucio·

nalidad a su lado".

El docior Espinosa R., por su parte, mani– festó "que el problema domésJico ha produci– do el internacional, por lo cual considera co– 'no prÍlner punto da discusión el restableci·

miento del orden. cOll.s±iiucional"

EsJos fueron los punJ:os de visJ:a de cada una de las Delegaciones.

Las Conferencias so desarrollaron en un ambiente de paz, y fueron un torneo de inte– ligencia y oratoria, pl"incipalmente entre los

docfores lTlencionados.

En la Sesión Cuarta, que puede conside– rarse corno la sesión crucial de las pláticas, di– jo el Dr. Espinosa R.: "Rota la conslituciona– lidad el 25 de Octubre, no queda más puente para volver a ella, que el Vicepresidenie Sa– casa. Por constitucionalidad debe entenderse el "restablecimiento" . El punto de vista del liberalismo es el de que no se pueden asentar

las bases de una Íónnula nueva, porqne existe

una personalidad qua debe asulni¡- el Gobier· no. EsLe es el nudo gordiano. El Poder Ejecu' tivo es el eje sobre el que debe girar la discu· si6n. El punio de partida es fundamental, porque no se han extinguido las autoridades legales, porque hay un Vicepresidente. La

cuesti6n es de principios. Yo invito a los Ho– norables miembros de la Delegación Conser– vadora para que pongamos iodo nuesJ:ro eS–

fuerzo para resolver esJ:a cueslión, que nO

es sólo nicaragüense, sino centroamericana.

Nuestra resolución es trascendental. Este bar-

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