Page 92 - lista_historica_magistrados

EL GRITO DE ANGUSTIA

Interpelo directamente a fodas las palsonas que de algún lnodo represenfan a los Estados Unidos de Norte América, en Nicaragua, al señor don Enrique Caldera., Vicecónsul de esia nación, único represenfan–

fe oficial. a Jos señores representantes de la Prensa Asociado, al señor lepresenfante del "Herald" de New

York. Y a fodoJ'3 los ciudadanos norleanl.elicanos resi–

dentes en Nicaragua para que digan francamente qué

quieren con nosoiro~ 5H pueblo y su gobierno, pues ye no aguantarnos por más iie:rnpo el estado de an–

gustia, de inquietud y,de alarma en que vivimos Que

diga el señor Taff' que diga el señor Rnox: esto que–

le!l.1.oS. yeso se hará: quié~ puede resisfirles ni opo–

lte15e a ellos en Centro América'?; son la fuerza, la fuer– za incontrñstable, y si tienen derecho para quitar man.datarios deben fenerlo también pala ponerlos¡ a quién quieren: aceptan al docior l\l1adriz'? Guieren al doctor Espinoza, a don Juan Estrada, a don Emilial10 Chal'Y\orro, al doctor Cárdenas, al dodor Velázquez, a don Pedro J Chan1.orro, al docior Francisco BacB, al dador Irías? Lo quier6n de Granada, de León, de Chi–

n~ndega, de Managua, de DiIiorno o de Tipitapa~ Lo

{Jl• .1eren blanco, negro, rnesijzo, indio o zambo'? De iodoz fellemos; pero que escojan pronto, mañana, hoV, ahora mismo; un telegrama, una palabra, una indj– f:ución: a. Uo ahí' cese la guerra! no n1.ás n1.atanzas, no rn6.s cal nicería I y así se hará o que nos manden a Magonn, que nos manden a Mr Merry, que nos indi~

qncn el q'l\e ha de arreglar nuestras querellas, el que nos ¿('lbe poner paz pero sin tanta dilación, sin tanta fuuia, porque ya Nicaragua no soparía más esta horri-

ble siluación. Estan\os ¡-esignados: los yankees l"nall–

den, pero manden bien; no permitan por más tien1.po esas horribles hecaloIllbes en que parece la flor de la juventud de este pa.ís; que se desanne todo el mun– do, y que quede en la presidencia el que sea del agra– do del coloso; pero no nos sigan matando a fuego lento, no nos opriman hasta coríarnos el resuello, por– que eso es cruel, inhumano, indigno

Yo, como ciudadano nicaragüense, protesto con– ha esta situación, aníe el mundo y ante la historial bago un llarnarniento a los grandes pensadores y a los filósofos de Norte América para que hagan oír su palabra autorizada, que hable Roosevelf, que hable Carnegie, que hable Root, que hablen todos los que tienen sentimientos n01:;l1es, y los que deseen la unión de todos los pueblos ame:ricanos

Los pueblos de Centlo América estarnos conven– cidos de que nada podrá evitar que se cumpla la doc_ trina de Monroe, la Amélica para los amedcanos (dol Nade), la doctrina de Buchanan, el destino manifiesto de esías pequeñas nacionalidades es caer en las ga– rras del águila del Norie, y la dochina de RooseveH, sólo el ruede garrote (big stick) puede arreglar a es– tos países En hora buena. c6janse el país¡ no pode– mos luchar conira fuelza tan superior¡ quiten y pon– gan mandatarios, pero a condici6n de gobernar bien, y de no permitir por l"nás tiempo la desolación y la ruina

GUSTI\VO GUZMll.l\l

EN PAR I S

(NOVELA DE COSTUMBRES)

I FRAGMENTOS I

CAPITULO 1

RECORRIENDO PI\RIS

Lovan!ados con el alba en una de esas hern1.osas

lT!.añanas del lnes de Julio, en que el sol aparece ra–

d.iant~ por entre las doradas rejas del Oriente, vamos a dnr l.\n paseo él pie por los Campos Elíseos, jardín doJicioso q1.\e constituye uno de los rasgos más nota_ hles de la gran ciudad: árboles, césped, flores, fuen,– tes, surtirlores, estatuas, restaurames, cafés, circos, pa– nOlarnas, juegos pa1.a niños, V gran afluencia de gente desocupada que se pasea por las largas avenidas de castaños o por los primorosos y sonl.bríos senderos cu biedos ele menuda arena, forman, durante la ~rhna­

vela y el verano, el más agradable, gracioso y risueño conjunto que la ilnaginación puede soñar Después de Jlegar hasta el Arco de Triunfo, subiendo lenta– mente la suave pendienfe de la hennosa avenida del Gran Ejército, volveTnOS sobre nuestros pasos, atra– vesamos la gran plaza de la Concordia, tomarnos la calle Real, el boulevard de Magdalena, el de las Ca– puchinas, el de los Delianos, y nos detenemos en el restaurante de la Maison DOlée pala fornar allí sabro– so y suculento alrnuerzo

Mucha, m1.1chísima es la gente que COtn8 fuela de

~u casa en París No son solamente los e:dranjeros, sino iambién los franceses y aun los parisienses mis– mos que tienen casa decente y bien servida los que van a comer a los restaurantes y cafés, que se encuen– han en gran número y a cada paso por todas parles

de la ciudad En los grandes houlevalds, en el !ra– yecio que hay desde la plaza de la Magdalena hasfa la de la Bastilla, pudieran contarse más de cien res– taurantes de diferenle clase y categoría No se da un paso sin. encontrar alguno, sea en el piso bajo, en el entresuelo o en los pisos superiores: algunos son a precio fijo, afros a la curta o al gusto del consumidol Una sola casa, llamada Duval, tiene más de treinta restaurantes en París, que llevan eS±a inscripción: "Grand éfablissement de bouillons. Duval" (Gran es– íablecinlienio de caldos DuvaU Están siempre llenos de gente, pOl qu.e los precios son moderados y la ali– n1.entación bastante buena Son servidos por mujeres muy aseadas, aienías y graciosas, y se paga todo por separado, desde la servilleta y el mamel, hasta el ser– vicio, pero siempre a pleGios módicos Hay restauran– tes a plecio fijo, en que se altnuerza por dos o fre!3 francos, y se COlTIe bien y decenfemente, COJ'Tlpren– diendo el vino, por cuairo o cinco francos, tales como el "Diner de París", el "Diner Europeenne", el "Fran– cais" y afros muchos que se encuentran en los boule– vards, en la calle de Richelieu y en el Palacio Real

Los que llaIY1.Bll. "grandes restaurantes",

COlTIO la "Maison Dorée, Café Riche, Café Inglés, Foy, Brevani, Durant, Bignon", etc, no dan comida a precio fijo, porque lo tendrían a menos, y s610 presentan la lista de los platos, a veces con los precios marcados y a ve-

-.153-