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« Previous Page Table of Contents Next Page »"Iedoral. El Gobierno conservador desde el principio cerró los oídos a toda insinuación de supervigilallcia. Don Diego Manuel fue electo en unas elecciones que no dejaron conformes a los liberales. El Departamento de éstado 1 econoci6 sin embargo al Gobierno de Don Diego Manuel, pero desde entonces interpuso con mayor acti– vidad gestiones para que se realizara una reforma sustan· cial del sistema electoral, que permitiera alejar lo más posible del Ejecutivo el manejo de los comicios. Sea por alteza de miras hacia la paz entre los nica– IilgüenSes, o por habilidad política, el Gobierno de don Diego Manuel Chamarro, acogió con amplitud las ¡nsi.. nuaciones de la re~orma electoral. Se puso a la cabeza del movimiento para verificarlo de la mejor manera po– sible Un experto llamado Dodds vino a Nicaragua envia– do por el Departamento de Estado para el estudio de la materia y formulación del proyecto. El experto conversó con los hombres importantes de todos los partidos, hizo comparaciones entre diferentes sistemas, investigó sobre los vicios que más obstaculizaban el libre funcionamien– to electoral, y llegó a la conclusión de que era necesa–
rio un nuevo método, que quitara por completo al Po–
der Ejecutivo, demasiado poderoso y bastante parcial, la fncultad de organizar los comicios. Por el nuevo sistema
Aos mismos partidos antagónicos quedaban encargados
de formar todo el engranaje de las autoridades electora– les con independencia de los Poderes Públicos,. y en vir– tud de una combinación de representaciones de la ma– yoría y de la minoría en todos los organismos de las au– toridades electorales, desde (as mesas receptoras de vo– tos, hasta el supremo consejo nacional, que debía veri– ficar el escrutinio y declarar el éxito del partido triun– fante. En virtud de este sistema, el partido de Gobier– no perdía su influencia en las elecciones en su calidad de Gobernante, pero la conservaba en su calidad de ma– Yof'iía. Pero el partido de la minoría quedaba presente
en todos los organismos para vigilar los actos de su ndversario.
Se implantó el sistema en virtud de una legislación 1>astante bien elaborada. Por desgracia para Nicaragua murió don Diego Manuel Chamarra que estaba, junto
COn los colaboradores de su administración, muy pene– trado en su criterio de la necesidad imprescindible de entregarse al desenvolvimiento del nuevo método, por el cual el partido conservador, tendría que operar con mu~
chísima prudencia y habilidad, para conservar el poder y su categoría de mayoritario por algunos años, no sin ha.. cer concesiones a su adversario. Es de suponer que don iJiego Manuel y sus colaboradores hubiesen ad'quirido durante la elaboración del sistema la capacidad más apreciable en política: la de operar sin violencia en be– neficio de su partido, durante un período electoral. Con la muerte de don Diego Manuel Chamorro va– I'ió el panorama político. El partido conservador, en sus elementos tradicionalistas, quedó fuera del Poder y pasó
ti: la categoría de partido de oposición. En cambio, el partido liberal se acercó al Poder en virtur de un pacto Con una pequeña fracción del partido conservador, que tenía por Jefe al Presidente don Bartolomé Martínez. Una campaña intensa se desarrolló exaltando los ánimos Hubo choques violentos y corrió sangre. Pare–
ció que el: sistema electoral nuevo- había fracasado por
completo. Una cifra de grande importancia fue pertur· badora de la libertad electoral: las armas, es decir, el ejército, como elemento actuante para guardar el orden en los referidos comicios. Elemento que el pueblo deno– mina en su lenguaje pintoresco: las cañas huecas.
En Nicaragua los dos partidos juegan con el mismo naipe, y cada caria en cuanto está en unas manos, está en las del contrario. Ahora son los conservadores los ¡nconformes con el resultado de las elecciones, que til– daron de oprimidas y fraudulentas ante el poder inter– ventor. El Departamento de Estado se mostró vacilante para aceptar el resultado de esas elecciones y prometer su reconocimiento al Presidente electo. El informe de la Legación Americana, conocido de los directores del partido conservador, confirmaba las quejas de los per– didosos. En el Departamento de Estado hablaron con al– gunos diplomáticos centroamericanos de exigir que la elección se repitiera, porque las armas habían impedido la libre votación Esto hizo concebir esperanzas a los conservadores, y atizó su inconfo! midad. Pero de pron– to la actitud americana cambió y confirmó la validez de las referidas elecciones.
Para mayor claridad debemos retrotraernos unos po– cos años.
Las dificultades surgidas entre las repúblicas de Centro América, después del último intento de unión,
y que estuvieron a punto de resolverse por la guerra,
~'erminaron con unas conferencias centroamericanas cele– bradas en Washington el año de 1923, patrocinadas y presididas por el Secretario de Estado Charles Evans Hughes. En ellas se quiso remover todas las causas per– turbadoras de la paz interior y exterior de las repúblicas del Itsmo., y entre esas causas se consideró a los ejérci– tos mal organizados, como factores de disturbios. El Gobierno Americano, plobablemente con el propósito de incrementar su influencia en ésios países, tenía el pro– yecto de suministrar de su ejército cuerpos de oficiales para que sirvieran de instructores y organizadores de los ejércitos de los países del mar Caribe. Hasta había pa– sado una ley en el Congreso de los Estados Unidos au– torizando al Presidente para celebrar convenios en ese sentido con los otros Gobi~rnos de América, y así lo.. gray la unificación de táctica y de disciplina en el con.. tinente. Inspirados por esa doctrina los representantes de los cinco países celebraron, entre varios tratados, el año de 1923, la denominada Convención Sobre Limita.. ción de Armamentos, cuyo artículo segundo dice así: "Siendo el deber primordial de las fuerzas armadas de los Gobiernos centroamericanos el mantenimiento del orden público, cada una de las partes contratantes se comprometen a establecer una Guardia Nacional que vengan a cooperar con los ejércitos actuales en la con.. servación del orden en los diversos distritos del país' y
en las fronteras, y considerará inmediatamente los me–
¡ores medios para organizarla. Con este fin, los Gobier– nos Centroamericanos tomarán en consideración el em– pleo de instructores apropiados para aprovechar de este modo la experiencia adquirida en otros países en la or– ganización de esos cuerpos".
Nicaragua ratificó esta convención. Pero por la fal– ta de ratificación por parte de los Poderes Legislativos de otros Estados suscritores, y por cierta desconfianza al
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