This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »~·t·::·::·::·::·::·::·::·t:·::·::·::·::·::·::::·::·::·::::'::'::'::'::'::'::'::'::,::·::·::·::·n·~:
~ ~ :: U *
~
:: 1I ¡:¡ ~ A VISO ~ ¡:!
ñ ~ ~.¡ HEI que sus el ibe pone en conoci-
n
:': miento del público que ha establecido un t:
:t tlen de cauetas con la conlodid:ld que Ú f:¡
el país PlopOlciona, y oúece conducil
n
ft pasajeros de Chinandega a Glanada, pOI ~:
:'t el módico pIecio de siete pesos cada f: *
d ñ n uno, inclusive su equipaje, no exce ie::l- :t
::'t do de cien libIas de peso; pelO si hu- f: n
biese exceso, el pago de éste sel á a11 e- H
s': glado convencionalmente n
~ « i: W
s': Se aflece no empleal en la malcha si- ,', ff no el número de días muy plecisos, pues :.:
t,: aun en los pueblos del tlánsito las ca- i:i U
iletas no estacionalán más tiempo que g
:: el indispensable pala el descanso de los H * . *
;'; bueyes: adviltielldo que SI alguno de los .'. :.: pasajelOs pletendiese dell101alse por i::
!.t cualquiera causa, la caneta no selá t.!
l'¡ obligada a espelarlo, y perdelá, en caso l:i
!.t de quedalse, todo delecho de lecL:-nno al- :.: .: guno saIne el flete que tenga pagado '.' q M r
~
.: Chinandega, Octuble 24, 1850 '.' ::
:~ *
ft .~ TUAN CALLEJAS .', :t K ñ ñ
ft ñ
;~ .:.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.::.:;.::.:~ :~ :Z·::·::·::·::·::·::·::·::·::·:::::; :
25 a 40 millas por dio dependiendo de la estación del año
De mañana de las 3 a las 4 hasta las 8 o las 9,
Y luego en la tarde, desde las 4 hasta las 9 de la no-o che son las horas usuales de camino pues entonces
el aire es relativamente liviano y fresco-
Los caminos en Nicaragua estaban bordeados por flOgmentos de carretas quebradas Allá una rueda
partida en pedazos, mas allá un eje partido en dos Los ejes eran los primeros en fallar, y por lo tanto cada carreta llevaba dos o tres ejes de repuesto para
en caso de emergencia Pero si el carretero era poco previsor y no llevaba eje de repuesto, entonces selec– cionaba el primer árbol de madera fina del tamaño requerido que pudiera encontrar hada, el nuevo eje,
y en media hora estaba de nuevo puesto en camino
A veces sucedía que dos o más carretas iban en
compañía para ayudarse mutuamente en coso de oc– cidente, y de repente por la noche los viajeros se en· contraban con los pintorescos campamentos de ca– rreteros cuando estos se detenían a descansar
En tales ocasiones, unos carreteros se mecían descuidadamente en sus hamacas, otros se acostaban
en el suelo, otros se afanaban alrededor del fuego, mientras todos fumaban sus
If
chilcagres"
Como los marineros del Lago constituian un gru–
po de gente aparte Asi, en la ciudad de León, los ca–
rreteros vivían en su barrio exclusivo, el de San Juan
Algunos de ellos eran propietarios de buen nú–
mero de bueyes y carretas que subarrendaban a los miembros más pobres del gremio fraternal de carrete– ros, entre los que existía tal espíritu de cuerpo que
no permitían aumentos o rebajas en las licitaciones de alquiler de las carretas u otras prácticas irregulares
Cada carreta lleva cierta cantidad de zacate y
maíz para los animales y los carreteros vivaquean don– de les coge la noche Los bueyes se atan a los árbo– les, los hombres encienden el fuego y hierven su café
Después, se amarran pañuelos a la cabeza, -y si es
durante la estación seca, cuelgan las hamacas de los árboles-, y se acuestan a dormir
Estos carreteros pasaban la mitad de la noche jugando naipe a la luz de la fogata entre risotadas y
trozos de canciones que sobresaltaban al adormitado viajero que a caballo tlOtaba por la montaña escu– chando el gruñido de las fieras salvajes
En 7850 era muy difícil la comunicación entre los pueblos del litoral Los medios de tlOnsporte in– dican una lenta peregrinación El aviso que se trans– cribe, publicado en inglés y español en el Correo del Istmo de Nicaragua, "14 de Noviembre de 1850, en
León" da la idea exacta de las dificultades Don Juan Callejas Soto de Chinandega, mantenia un tráfico re– lativamente activo con su tren de carretas de cinco jOlnadas hasta Granada, con todos los peligros del bandolerismo en el tristemente célebre Monte San Juan, cerca de León Más de una vez los hombres armados, que escoltaban la caravana, trabaron com– bate con los famosos salteadores El regreso era mo–
tivo de júbilo en aquel monótono vivir de aldea inte– rrumpido por los cuernos y cara~oles que anunciaban la llegada de los negocíantes, quienes traian también las últimas noticías y algún periódico
-20-
This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »