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1l00LI'@ DIAZ

toda sociedad bien organizada son factores de orden y

de ¡usticia, se tornan en inconformes, en levantiscos y en perturbadores, aunque sea del orden artificial que el des· potismo mantiene en el país. La dictadura, por los me– dios que usa, no es más que una continuada revolución que obra de arriba para abajo; y por ello se ha notado, con especialidad en la América Española, que las nacio.. nes que han "padecldo de ese mal, tras un largo periodo de despotismo, cuandQ éste flaquea y cae, le sucede otro largo periodo de anarqula, producido por los fermentos que el régimen dictatorial crea al envenenar el organis.. mo nacional.

Al ca'er la severa dictadura de los diez y siete años, el problema pavoroso de la anarqura era el más grave que fenían que a!rontar sus sucesores, cuyas firas de partidarios unidas durante la campaña libertadora por el oglutinante de la oposición, tendran a disgregarse en múltiples aspiraciones y tendencias, que al chocar entre sí iban a producir el desorden y la disolución. Los hom– bres de la ntleva situación midieron la gravedad de ta– maño problema, y trataron de buscar entre los elemen– tos de actualidad las soluciones salvadoras de la Repú· blica.

Este era el cuadro ruinoso al levantarse el primer Gobierno Conservador, después de una larga guerra ci~

vil. El respeto a la autoridad estaba perdido, extenua· das las fuentes de nuestros recursos econ6micos, extra .. viada y corrompido el concepto de todas las cosas gra.. ves. Complicaba esta situación el estado deplorable de nuestras relaciones exteriores, comprometidas por las inquietudes del dictador, que había practicado una po~

lítica internacional imprudente, procurando distraer lar fuerzas activas de la opinión pública hacia arriesgadas operaciones exteriores. Su agresividad fue manifiesta en la tendencia de inundar a los otros países de Centroamé~

•ica con el espíritu revolucionario que rebasaba en Nica· ragua. El Gobierno se enredó en una serie de conflictos que sería lar9e> de relatar y que produjeron el deplorable efecto de alarmar al Gobierno de los Estados Unidos, cu· ya política legendaria le hace interesarse vivament~ en los asuntos de los p.rses situados en la zona del Mar Ca·

S,,{,re la 9nferrJe61ci6n clJmericana

CUltimo ~en~aje

Se ha puesto de actualidad el asunto de la Intervención Americana en Nicaragua, presentándolo como un ataque histórico al Partido Conser

A

vador. Nos parece oportuno reproducir los párrafos del último mensaje que como Presidente de la República don Adolfo Díaz dirigió al Congreso Nacional el 15 de diciembre de 1928, en los cuales y en presencia de una lucida representación liberal don Adolfo, sin rehuir responsabilidades ex~

puso la materia con noble franqueza exhibiendo la rectitud y el patrio– tismo de los gobiernos conservadores de ese segundo período de predo– minio del partido histórico.

~s ¡ndudable que el año de 1926 ha sido final de una etapoil completa en la historia de Nicaragua: cierra una jornada que debo examinar en el Presente Mensaie,

último documento en su gónero que dirijo al Congreso de la República en mi calidad de Primer Mandatario, en la categoría Gspecialísima de último Presidente conser.. vador en el segundo período de predominio, durante el cual el histórico partido ha tenido la dirección de los destinos de la Patria. Por lo tanto no debo concretarme

en esta vez al examen ritual y circunscrito de una admi– nistración ejecutiva entre dos legislaturas, sino que debo extender la mirilda por el panorama, dilatado y ancho, de un lapso histórico de diez y ocho años, durante 109 cuales ha gobernado el Pal,tido Conservador. Debo exa· minar su obra sustancial ante los Representantes del pue· blo, cuando está próximo el momento en que va a re– signar de manera pacífica y legal los Poderes Públicos en manos do sus adversarios políticos.

No es Ini propósito, ni cabría en UII documento tle

esta clase, hacer la historia minuciosa del Gobierno Con· servador; pero sE deseo hacer resaltar las intenciones de aquellos a quienes las circunstancias constituyeron en di. rigentes; el pensamiento en que basaron sus actos para producir un sistema que ha cambiado por completo los modos de operar en la política nicaragüense. Al entrar en el examen de la materia, debemos recoldal', como punto de partida ilustrativo, que el Partido Conservador surgió al poder después que éste había estado en manos de una 13rga dictadura. Durante diez y siete años un hombre mantuvo tirantes las riendas del Estado. Este hecho es significativo de la severidad de mando necesaria para en· clavar el Ejecutivo en un individuo por un tiempo en que conforme nuestra tradición y nuestras leyes debieran ha.. ber sido varias fas personas que e¡ercieran la Presidencia, La dictadura, en el afán de perdurar y de centralizar, sub– vierte el orden social, frustra las libertades pú.blicas y vicia los sistemas administrativos, en virtud de una con· centra ció n absolutista, y al exasperar a los ciudadanos con el cesarismo, llega a pervertir hasta la misma oposi– ción, obligándola o convertirse en, revolucionaria, con lo cual los mejores elementos sociales, aquellos que en

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