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estudio sobre política económica, ya que nuestro de_ sarrollo econón-.ico se encuentra invariablemente li-

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El desarrollo económico, definido pragmáíica– lTtenfe, tiene corno objetivo el aumento del ingreso real por habilante Luego si una política de desarrollo consiste en modificaciones estructurales en el sistema económico, debe existir una exirecha relación enire los niveles aciuales de ingreso y la estructura económica de Nicaragua POl consiguiente, una política econó– lTtica para Nicaragua, debe partir del análisis de su estructura, y en función de las posibles modificaciones estruciurales que iiendan a elevar el nivel de ingresos de la población

El análisis estructural debe apartarse provisional– mente de conceptos valorativos de jusiicia o injusticia, y lTtanejar realidades objetivas corno nivel de ingresos reales y su disiribución, corno fuenies del bienestar material de la población medido por su capacidad de disponer de bienes y servicios que normalmenie cons– iituyen el standard de vida de los sujetos económicos y mientras no se llegue a esiablecer lo conirario, la teoría económica considera que una nación debe ob– tener la óptima productividad de sus recursos y una distribución de los bienes de consumo que resulte en máximum del bienestar Esiablecidos esios supuestos, eniremos en un breve análisis de las princ1p ales ca– racierísticas do la economía nicaragüense, que son simultáneamente efecto y causa de sus deficiencias es– truciurales:

I Niveles ele ingreso por habilante

El punio de partida de todo análisis, es el hecho, E:>stadísiicamenie comprobado, que desde el punio de vista de sus ingresos por habitantes, Nicaragua se clasifica como país subdesarrollado Y siendo la esti– mación últi:ma de nuestro ingreso per capíta, inferior a 150 dólares anuales, nuestro país pedenece al gru– po de naciones con los más bajos índices de desarro– llo económico, según elatos publicados por la CEPAL el año 1958 Es obvio que el grado de bienestar y de san olla social y cultural que una población puede de– rivar de este nivel de ingresos, es notodamente insu– ficiente para un standard de vida "civilizado" Cier– tamente, que esta realidad es el resultado de fUC1ZUS históricas, y si en ello cabe alguna culpabilidad, debe cargarse a nuestros antepasados Esta relación com– parativa, solo servirá para ilustrar nuestra situación en el lTtundo para aquellos a quienes por su padicular situación económica y cultural, parecerá extraño sabel que el estado económico y cultural de un nicaragüen– se plomedio, es equivalente al del promedio de los habitantes de Ceilán Esta falta de percepción de la lealidad circundante, desde la tone de marfil de la propia realidad personal, explica la frecuente falta de sensibilidad socioeconómica de nuestros grupos :mino– ritarios

!! Evolución del Ingreso Nacional en los úUinl0s aiaos

Desde un punto de vista menos emotivo que el

gado a una urgente y verdadera estabilidad política, que por desgracia no se vislu:mbra

anterior, la verdadera medida de nuestra pobreza, en relación con nuestras posibilidades, ha de realizarse en función de nuestra evolución económica En otras palabras, lo objetivamente importante es apreciar el ritmo real de nuestro desarrollo económico, y la difu. sión del ingreso entre la población como índice de mejOlalTtiento general

La década de 1950-60, de notable incremento en la producción agrícola de exportación; de gran desa_ rrollo vial, actividades de construcción, etc, se ha ca. lificado con10 una etapa de verdadero progreso y no vamos a negar lo impreroionante de muchas cifras que reflejan, lTtonetariamente, una actividad económica sin paralelo en múlliples aspectos A pesar de todo, y

aunque me gustaría que un buen estudio estadístico de contabilidad social -si alguna vez se empl ende– demostrará lo contrario, tengo como ciertas intuitiva_ lTtente las siguientes afirmaciones: 1) Que la tasa de crecilTtiento del inglesa por habitante, medida en té,. minos leales y constantes con base en 1950, es inferior al 3% anual; 21 Que en los mismos términos cons– tantes, el ingreso real derivado del trabajo no ha au– mentado proporcionahnenie al posible aumento del ingreso nacional, o sea que puede haber sido inferior al 3% anual, 31 Que estructuralmente no ha habido cambios sustanciales en la econo:mía nicaragüense que garanticen para el futuro in:mediato un ritmo de crecimiento razonable y sostenido pala un adecuado mejoramiento del nivel de vida de la población en general

Ciertamente la falta de un buen estudio del Pro– ducio Nacional nos impide confirmar la validez esta· dística de estas afirmaciones, y aun como estimacio– nes intuitivas, carecerán de sentido para muchos, si no existe una correcia comprensión d e los términos La experiencia me demuestra que es frecuente confun– dil- la medida del Producto Nacional Bruto, con el va– lor de la producción a precios corrientes, tal como apalece en las ciflas de exportación de nueshos prin– cipales producios agrícolas Sin embargo, como cual– quier economista lo comprende, el Producio Nacional Bruto, COlTtO :medida del crecimiento económico, y ge. nerador de Ingreso Nacional, es inferior al valor de la producción a precios corrientes. en el grado que se usen lTtedios de producción que provienen del exte– rior Por tanto, si se considera que las exportaciones contribuyen en un alto porcentaje a la formación del Producio Nacional, y que a su vez nuestra producción exportable se efectúa con una alta proporción de COSo tes externos, la generación neta de Ingreso Nacional par parte de la expodación es bastante menor de lo que sus cifras pudieran sugerir Por otra parte, si to– mamos en cuenta aumentos en los niveles de precioS de origen interno, :modificaciones desfavorables en las relaciones de intercambio con el E:>xterior y el ritmo na– tural de au:mento de la población, se llegaría a las coorecciones necesarias para evaluar debidamente y

con base constante, el creci:miento del ingreso real por habitantes Si todos estos elementos se toman en

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