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LICENCIAD,O DON JUAN JOSE ZAVALA

1797-1849

Nq podríamos, sin cOl'neter un gravísimo error, pasar pOl alfo y omitir, en esta Antolqgía del Pen– samiento Nicaragüense, la pelsollél1idad brillante del Licenciado don Juan José Zavala, por lo que, ha– ciendo como un paréntesis en el orden cronológico que hemos haído en este florilegio, no vacilamos en haer a colación ésto que si bien parece fuera de lu– gar no está sin embargo fuera de tono

En nuestra búsqueda, -hasta ahora infructuo– sa- de algún trabajo que hubiera salido de la plll. ma, bien cortada corno la mejor, de esa lumbrera del Foro,nicaragüense que fuera el Licenciado Zava– la, nos hemos encontrado con el discurso que pl0– nunció don Pedro Francisco de la Rocha en el solemne acto de recepción de la Borla de Doctor en Medicina, acto que fUe llevado a efecto en la Cate– chal de León, el 9 de Marzo de 1851 Este discurso fue dedicado por el señor de la Rocha a la memoria del ilustre Licenciado, su "inmor!al Mecenas", como una muestra de su agradecimiento

La salida de don Juan de Zavala, padre de nuestro Licenciado, desde el Señorío de Vizcaya al señodo de Amérka, la acometió aquel vasco em– prendedor con el objeto de llevar a cabo una gran empresa. la de abrir al comercio del mundo las lÍ–

quezas de las márgenes del Río San Juan, yla de hacer del pueno de San Juan del None en el Atlan– iico una puena abiena a todos los caminos elel Pa– cífico Para ésto traía en su equipaje de viajero las Cédulas Reales que le autorizaban sus empeños Ve– nía también acompañado de su esposa y de un tier– no infante de seis meses de edad Este no era otro sino el que había de ser: el Licenciado Zavala Los azares de un viaje peligroso en cualquier época pa– ra un niño de esa edad, no elan obstáculo para aquellos recios hombres que venían a América a Encarse y construir sus casas y haciendas con per– ,nallencia de siglos

Las Cédulas Reales a las que hemos hecho refe– rencia, son las si¡;ruientes.

"Pala que don Juan Zavala pueda verificar la expedición que se propone hacer desde Cádiz al Pueno de San Juan oe ha servido el Rey mandar por un efec– :lo de su ;Real plotección, que repifiendo el encargo hecho a U S por Real orden de 26 de Febrero próximo sobre este asunto se le prevenga ahora promueva las siembras de Algodón las cuales pro– bablemente se fomentarán con la aber-

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tura del Puerto, y se le franqueen a Za– vala los operarios para las conas de ma– deras exquisitas, palo de tinte, y oiros artículos comerciales como también los carruajes y embalcaciones menores que necesite: todo sin perjuicio de la ley 3' título 14, libIO 6' y otras que prohiben el servicio personal, exhonando y persua– diendo U S y los Alcaldes mayores a es– tos habitantes pala que procure U S por todos los medios posibles se le den los víveres para la marinería, y operarios de las faenas y puerto, a los mismos precios que los da el pueblo de Masaya para el consumo de la gual nición del Fuerte de Ssn Carlos, que se le flanquee la maes– tranza de Rivera de Glenada para la construcción de en.barcaciones chatas en que se ha de subir la c~rga por el Río sobre el pie y por los jornales que paga la Real hacienda caso que no se nelce– site cOn urgencia para alguna obra del Real servicio, que el derecho de consu– lado, y donafivo único que ha de pagar la expedición por la libenad concedida a los puenos menores, se deposite en esas cajas para hacer ballacones de fir– n.e en dos parajes que al Consulado pa– reciese conveniente, que para las provi– dencias económicas respectivas a este asunto, pida U S informe a Zavala siem– pre que esté cerca, y pueda darlo, pues como autor del proyecto, y por sus co– nochnientos prácticos del Río, puede in– fluir su dictamen en el acierto, finalmen– te que de todo lo que oculriese, dé U S cuenta al Presidente don José Domás a quien por Real orden de la misma fecha citada se le encargó protegiese esta em– presa De orden de su Majestad lo pani– cipo a U S para su cumplimiento, y le prevengo que óbserve los progresos de este proyecto de Zavala para informar a su tiempo, y que pueda el Rey premiar dignamente su celo y esfuerzos en pro– mover un objeto de tanta imponancia, adviniendo que por ahora le ha conce-