Page 92 - lista_historica_magistrados

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,~y qUlel1es 5011 esos rt~VOILICiOIIUl ios? -pregul1tó éllá

-Vial (] que eso esté! elil odado, comadre -contestó 61- qnddl1 vestidos C0l110 Guardias, r:!ic

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la genle que /la son ni Iibeloles ni conservCldores, a "nodie" le han quitado nade!, y ctdemós <¡ndob0l1 Con lIlr pCtdl ecito

La compasino oia ron otcnrjón y en un momento del diálogo afJrovcchó pell a dcjw bien scña–

!rleJeI su roartodo, pOi si la GIJ.f11 dia pasaba luego cerca de su ICincho

--Con que andan vestidos como guwdios comrodrej j¡QuiNa dccil ql1e si r'0;:CI/1 por (Iqllí, Cllf/l-

rlllielo se conflllldc; veldl1d ?

- -Así cs, Clsí és, rOI11C1c1l c- contcstuba el otro Luego hoblaron de otl as noticias

Not icias impal tontes rar a los cCltnpcsinos. (l1J(~ In Bol tCJSOI n habia 111Ut(JriO c1l r JlIC.h(l; 1I"'" r'l u ck'ncio h"bía tenido "pcle'lue", y 'lite el lanto de JUClI1 (~~I Il1widl1 d~ Ir¡ rampmsil1(1) h'Jbin id,j (/1 p"cI,h '!

11' 1 hnl>iu cOl11fJlado cigon illos

r:iltonCf~s el Juez: de Mc·;tn o(lcdó ~\l<; plOpios C igclI fillos CI la cOl1ladle, ~' " .. tu rompió (inr'.1 [lfl

ll\l~te<; de Volcncio, r¡LID no €I el 11 flUlr1 I IIC111 , sino pClI a nmutros, rJ qlli(:fles nos hrr!'>í<l visto pockr "'1 1" 'r

fllltr¡ dO toiJoco

Lllego lo ("'on ío ,

Fue I rna intcligel~1 (l inJill'("'!<1 qllO movili;ró ul J\lC, ("01'1 IInu Illpiúe;: ndmil C1bk

--(ompnch e, le dijo, llsté siol,do "fuez" no cJcbío de ondnl' km solo en esto5 11101110, Si 1" n)11

IICJn es',,; rev(1lu("ion~J1 ios puede que me le vnyu n r-OSGI ul~Jo Mejor váyase COl1lpcifh e dunuo mi Clll11C1–

dre Monc.ho Yq estó 111UY "escuro"

-Si CClnnOle, ya me voy -nijo el Juez: Pero CIntes de srtlir rol' Ir¡ pllerlo, ella lo cietuvn I'mn

I en'l dl1rl0 r¡uf' no dchín dcsrcgm so In MugnífirrJ del CU01 po

y 01 JUr.7 se file ron 1(1 Ml'lqníficl'l, eple tienl:: como c¡;s sobirlo, más nito:; y l11<1jOII::<; I'r)(b ~~ '111~

kl "C¡;'rl'.l dI:: (ilif.C, y la rutochn de el ut.

I "a Fila de Ciegos

25

Septiembre

19SQ

D EBE haber habido algun desperfecto en los instalaciones eléctricas porque se ha ido la luz Un rato después vinielon los oficiales con lámparas de batería y luego de 1 evisar las celdas vol– vieron a irse A c.ontinuación se escucharon los ritmiCos estallidos de un motor de emel genria y

I'cgresó la claridad

Las lámparas de batería de los oficiales y la oscuridad me hicieron recordar nuestras marchns noc– turnos on la montaña

Nos agrupábamos de modo que cada uno pudiera tocar el hombro del que iba adelante Erar, marchas lentas y penosos efectuados denlro de una oscuridad profundísima, par veledas llenas de lodo y

de hoyos, muchos perdíamos pié cayendo dolorosamente al suelo con todo el equipo que portábamos, y así 1ranscurr ion las horas, lentamente

Cuatro, cinco, seis, y a veces hasta 10 hOI as continuas duraban estas marchas pOI los senderos chontalei'ios. Subíamos y bajábamos en silencio y sin luces de nillguna clase

Solo quienes íban a la cabezo estaban autorizados paro encender un foco en caso de suma ne– cesidad Eran los guías que buscaban el camino y que proyectaban SllS luces por escosas segundos cuan– do dudaban de hallario

También los que marchaban atrás podían hacer uso de las luces si hobía problemas, y si se retlo– soba el avance de la columna Ellos hacían pasar la voz de "esperar" y así I09rábamos reagrupamos

Desde la punta de la filo se adivinaba un foco lejano, o veces alto, cuqndo lo cola estaba sohre un cerro, y a veces bajo, emergiendo de una hondonada.

Piedras afiladas, charcos, raíces lucias por el lodo, troncos traicioneros, bejucos imprevistos, da– ban frecuentemente contra nuestros pies lacerados, o recibian nuestras manos tendidas hacia adelante para protegel al cuerpo del impacto

El hambre y el cansancio desfiguran las sombras de la montaña Hay árboles que pOi ecen ca– sas, o cel ros y quebradas que a primera vista se figUl an abismos

Nuestros trajes verde oscur o llenos de lodo y de suciedad, eran casi invisibles de noche y la tierra suave servía de colchón acústico al ruido de nuestros pasos Pocos hablaban, pocos fumaban, pero se oía de vez en cuando el estrépito sordo de una caída o el ahogado quejido de alguíen que tlopezaba a ciegas conL.1n obstáeulo del ¡;;amino.

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