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Doña Carloia de ~(ell\"

"Del;plIés de la muerte de don Enl'iq{'"e Guzmán se hail pul>!icado tl es opúsculos conteniendo sus es cli tos : son las 1I0tas de su diarin intimo, escritas día a día. En ellas vim te totÍn SU pI!l)samielltn y sus ideas con lespectn a los homlnes y a les acontecimientos oCUlridos entonces Según opínión de rilUchos qne las han leído, está en esos cuadernos SU mejOl obra literaria por el allo! te o contribución que Pl esta a la historia del país. Allí lefiere con su buen llumor los innúme– rOS y jocosos incidentes de su vida de destert:ado y de 1 evo– lucionario; de 10 que vió y de las pC1sonas con quienes eS– tuvo en contacto en aquellos momentos de su agitada exis– tencia

En el primero de esos Diario lelata los incidentes (le-la intentona revolucionaria de 1876, conocida en la historia nícáragüense con el nombre de la Falanje de Nacnorne Fue ésté el último nlOvimiénto revolucionado organizado pUl el doctOl y genel al Máximo Jerez Durante ese movimiento Guzmán sirvió de Secl etario al famoso caudillo y nos cuenta ell sus men\orias de la incapa– cidad del jefe para dirigil el movimiento; de Sil carencia de nlalidó militar, y aún de in– fluencia entre BUS ¡nás ínti– mos cortcsanos Y por último ilOS refiere las divertidísimas escenas pi ovocadas por las féminas que acompañaban al géncral en jefe las que ocu–

PlIbiln los lanchones destina– dos al transporte dé los solda– dos y municiones de guerra de la Falanje, con los atados de ropa que aquellas lleva· ban La pintura que hace don Enrique de la expedición dé Nllcaome, La Brea y La Unión, es admirable pnr el colol ido y los ¡·asgos de inge– lIio con qUl¡! condimenta esa iutentolla ti ágico-c6mica en la qUIl él luismo anduvo metido

El segundIJ dé los cUa· dernos se I efiere 3 su exilio

de 18i14 a 1885 e1\ Guatemala, con SI/S compañeros liberales expulsadOS de NicaragiJa y

que tenían como jefe al Ledo 110n Francisco naca padre, no' table allógado y político ni. cnrilgiiense a quien Guzmán juzga como hombre honrado,

pelO inútil para el cal gO qUé Be le había confiado

Cou frases chispeantes de humorismo I ienté y a la vez con la cáustica frase de un Tácito, cuenta, a dialÍo, 10 que pasaba en aq\lclIos dias trágicos y tenebrosos en Guatemala Pinta con mano maestla al mismo Barrios, a su Ministro Barrundia, cruel, de enolme orl!,ullo y de escaso entendimien– to; al Padre Arroyo, "hombre sin sentido mOl al" De Valel O Pujol dice que ela erudito en sumo grado, pelO agrega que a pesar de Sll talento y notable instrucción, no era cfltimallo en Gllatem.ala a causa de su servilismo; pasa I evista en ese !lindo a toda la gente de viso que figulllba én aquel entonces en Guatemala, no faltando tampoco los rasgos de algunas llamas, de 135 que üataba don EnJique y de las que posible. monte era admirador y nos ha dejado la piutura de cada uno

de sus compañeros de exilio.

Los pet filcs físicos y las l'acultades m<>rales de totlos esos personajes que c<>ntribuyeron con sus actos a escribh la

histOlia centroamericana el1 la época dé qUé tratanIO!!, están

ti azados con maestría y con gran dosis de humorismo; y en cuatro blochazos nos muestra el autor ser un psicólogo it un fino ollsel vador de aquellas figUll\S políticas, no sin pintnrnoa también, al vivo, los hOlrOl es ql/e se presenciaban en la Pe· nitencial la de Guatemala en esos años

PCIO denh o dc los cuadros sombríos y 109 tétricos pero sonajes que pasan 11 nuestra vista hay un royo de sol, UltO

bella página lh ica del autor de estas nucstla vista hay un layo de sol, una bella plÍgina lh iCa dé1 autor de estas memo· lias. Es la 1'lÍgina que escribió Guzmán en el álbum de doña Carlota de KeÍly, distinguida dama de la sociedad guatemal. teca, leploducida en su Diario con el título de "No todo so

olvida".

Con palablas armoniosas y en fI ase alada y sencilla, diserta sabl c lo que para él significa el recuerdo Hay en esa pi oducción tal sentimiento y tal manera de exponerlo que

le parece a uno estar leyendo algo de la clásiea lIteratUra griega, que hizo a 108 helenos llegar a 10 sublime en la ex' presión del pensamiento. El

sentido filosófico de su diser– tación es de nn optlmismn sano, en el Que hace l\na ad· mil ablo descripción de lo que Be expedntenta en el I\lma cuandó viene a la memoria Uit recuerdo grato e inolvida– ble.

Algo muy parecido a

esto que trazó don Emiqae escribió más tard0 MAreel Plou5t hablando sobre el r~'

éuerdo ni que llama "inmenso edificio".

El estilo de don Ellrique Guzmán es de cortoD perío–

dos, epigranlático, o, como decía Horacio, de "dentibus albis". Docto en la zumba sn–

caba de quicio al adversario. Crítico, acerbo 11 veces, otrils festivo, riente, no temia "he. rir los oídos delicados con verdades amargas". Aficio– nado Il la Filología, puso en la prensa periódicá clase de gramático de sana erudición para corregir las faltas idionlátkas en que caían los demás, Su estilo pOi lo objetivo y 10 ters() de su dicCión. se ailcDleja mucho al de don Mariano José de Larra y como éste, "afi· loba sus dardos alcanzando sus sátiras mas de un designio

de I"ueza en el lenguaje", sin caer en 10 pedantesco del dó. mine, pOI qlle todo 10 condimentaba con la salsa humorística que le ela peculial. Campeaba en SI/S produccionés el Con– cepto de sabO! ático, \·ivo y personal en su forms y fOIl~o.

Nunca liió a luz nada que no fuera pulido, sin que sé des. cubriel a en su frase o en sus palabras 10 11lllsnerado o lo lebuscado.

Su }llosa era castiza r

Hana, siempre matizada de fina irol1ia Don Ricardo Jimenez, recordándolo hace pócq, lo llamó "el Adstófanes nicaugiien!>e", el gramático griego na· tUl al de Bizancio a quien se atribuye la invención de los acentos y de la puntuación",

PIO BOLAAOS ALVAREZ

:liJtno ~.

.. Viene por primera vez a tni casa el alsaciall.o 'lsher a hablar conmigo acerca del plan de fOlnar esie liarlel Me inspira cémfianza esfe hombre

Esclibo unos suelfOB para "El Republicano" los

lue pienso firmar Frá Diávolo.

Fisher se propone seducir a Cole (quién será o~

jefe de la insunecCÍónl para que nos entregue el oUÍl.r~

fel

Le escribo a Gregario Abaúnza y le digo. "que ;a-' tnás pensé que un hombre formal como don Anselmo

apelase a patrañas abs\\rdas para aiacarIne¡ cual

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