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Se dice que al regreso de Zavala habrá destierros

y cc:mfinanVlln!os '

DICII:MBRE 26

Vienen a mi casa el Coronel Chico Luna y J D Gárnez. entre los dos Bl'reglan un plan para tamal se este cuartel. ,Cuá'!1ta locural Hablamos de la carla in– solente que Salvador Argüello ha dirigido al dodor Cárdenas

DJClEMJUlE :JO

~ las 2 p ro se presenta Ignacio Chávez que aca–

ba de Venir de las; Segoviasl dice que en Masaya que– «16 Fisher el cual viene llamado por Gárnez para tomar el cuarlel de este. ciudad.

(NOTA: Juan Fishel era un aventurero alsaciano)

DICIEMBRE :JI

Viene el Dr Cárdenas de ManagJ,1a para asistir a la esposa de don Pedro Joaquín Chamarra que Se en_ cuentra grave

Chávez me anunció que hoy como a las c1iafro de la tarde vendría Fisher, pero entiendo que no vino pues ningún recado he recibido y habíaTnos convenid'; que con nadie se verla antes que conmigo

En la casa de Fauslino. a donde voy por la noche no se habla más que de si hacen bien o no loa opasi: tares al gobierno en ir a visitar a don Pedro Joaquín ahora que su Tnujer esiá grave Fausiino, que ae está muriendo de miedo. y que ya estu"io donde d.on Pe– dro, sostiene que yo debería ir, Benedicto Meneaes, de acuerdo conmigo, dice que mi visila sería ridíc!.Ila y

humillante.

1884

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JUICIOS CRITICOS, SOBRE Et DIARIO INTIMO DE DON ENRIQUE GUZMAN

Gral. Jus~o Rufino Barrios

"Empieza este diario el 25 de Octubre de 1884 y con· ,cl\loye el 2 de Octubre de 1885, corto lapso escogido p01 la ProviJlencia para curar a su autor dé los errores del libera– lismo. a los que. era afecto, mediante el contado del tc' mo· cauterio que fueron para la nobleza de su alma lall prlÍcticas terribles implanta· das en la desgraCiada y oprimida Guate· mala Por el liberalismo genuino de Justo Rufino Barrios. uno de los monstrlloS mas abominables que han aparecido en el decurso de la historia.

l<.ln ese cOrto período de su vida va don Enrique apuntando, !lía p.or dla, los SUCesos importantes de que es testigo; nos cuenta además las impresiones que reCibe del trato con los hombres políticos que encuentra 4 su paso y nos deja de eltos rétratos a pluma acabados, 1efhién– donas de muchos su espeluznante histo· rla.

AdemlÍs de la importancia que le da

.n este Diario Intimo el poner de mani– fiesto la evolución política de U11 penSIl–

(for Jiic8ra¡:,üense, tiene otra no menor en la circunstancia de que en él se relata buena Pl!rte de 1\1 historia de la tiranía de Barrios. escrita en el teatro mismo de los aucesos y no sin correr el riesgo .el eseritor de perder la vida o sufrir algún 'desman, si. por alguna casualidad posible en un país inundado por la policía secre– ta. llegaba a conocimiento del dictador la existencia de tan revelador manuscrito

Cuentan· que lo mantenía don Enrique bien oculto baío el Go!chón de su cama; pero aún así debemos considerar teme1a– ria ,la tarea que voluntariamente se impuso de escribirlo, ma· yormente llevándola a cabo con tanta sinceridad

i>ero ahora no podemos menos que alegrarnos de que .haYá ~ometido esa especie de locura, porque servida en su ·límpida prosa gozamos de la ·historia interesante de su vida

de emigrado, con las fases de SU evolución política, y ademlÍs de la del dictador chapín, vilipendio de la historia centr.óame– ricana, que con bastante extensión nos cuenta este Diario I1\timo.

y sería meternos en camisa de once varas el pretender juzgar esta óbrita des– de un punto de vista literario. Nuestros estudios no nos llevan por los ellPín.osos campos de la crítica filológica: mas. esta abstención obligada y necesaria de nues– tra parte no significa en ninguna mane– ra que hayamos de abdicar de la /l8tl!r– facción .de exteriorizar en pala\lras mal hilvanadas la impresión que hi.zo en nues– tro ánimo la lectura de este Diario como obra de literatura.

Cuando lo tomamos en las manos se puede decir que fue para no. soltarlo hasta .haberlo concluido. FigurlÍbasenos estar leyendo una novela clásica, que eS cuanto hay que decir para ponderar una obra cualquiera por lo amena. entretcl\i• Ila. y bien escrita; creíamosnos con él Gil Bias de Santillana frentll a nuestros ojos

cuando ansiosos devorábamos varios epi" sodios de la vida de Barrios, entre los que sobresalen "la historia de Guillermo Rodríguez"', espantable obra de los ¿clos del tirano; la historia de "La señora To– na y su hijo Martín", que es la de Ba·

rrundia y su madi e; la del Padre Ar~oyo.

el sacrHego e incestuoso favorito del dés-

pota. y otras por el estilo a cual más inte1esante cada'una. El picaro de Santillana no hubiera .he– cho retratos mejores. ni desdeñado ser el autor de lQS capítu– los que con mano maestra traza don Enrique. e.n la céle_bre relación de BU vida imaginativa, que los que ha dejado ellcri– tos don Enrique, brevemente, tomados del natural":

P~DRO JOAQUIN CUADRA CH.

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