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examinara y visara los docunlentos de la Tesorería Los que conozcan personalmente a estos ires indivi– duo!;, es posible lleguen a creer que hablo de broma: riada más cierlo, sin embargo.

Estoy seguro de que, si por una orden general se hubiera dispuesio que la "Falange" rezara un rosario todas las noches, el General Jerez me hubiera designa– do a mí para enseñarlo.

La credulidad de Jerez corre parejas con su de– bilidad de carácier Es la inocente credulidad de un niño o la fe del carbonero No se imagina que nadie quiera engañarle Puede uno hacerle las promesas más absurdas sin temor de que pase por su frente la sombra de una duda

Un amigo de él y mío, hombre sin instrucción pero de un admirable buen sentido, me decía en cierla ocasión en Guatemala. "El General Jerez cr8e en iodo menos en Diós"

. Porque hay que .saber que este "gran.creye~te" es un libre pensador. LIberal de buena ley, Juzga Incom– patible la democracia moderna con el caiolici!;mo 10–

mano

Hasia los treinta años fue un cristiano fervoroso El mismo se ríe ahora de sus antiguas preocupaciones, dé los terrores que le hi.spiraba el infierno y de sus es– crúpulos de monja

Un día 11eg6 en que, según sus propias palabras, su Tazon se iluminó, y sintió su espíritu aliviado de la pesada carga que 10 abrumaba"

Jerez es ahora un filósofo de la escuela de M Lil– tré: no afirma ni niega a Dios; ignora simplemente quien és y dónde está

Sus opiniones racionalistas le perjudican con fre– cuencia en un pueblo 1<;<n .fanático 9;,mo el nu;estro, pero él no terne hacer publIca confeslon de sus Ideas; más todavía. no satisfecho con decirse libre pensador, procura hacer la propaganda anti-religiosa y para ello nunca pierde la ocasión

El iiberalismo de Jerez llega a las últimas conc1u– síones Su prograi"fta es el de los radicales colombia– nos que escribieron la Constiiución de Río Negro' y creo que si alguna vez llegara al poder, pondna en práctica los principios que prof~sa

Jerez goza, y con jucticia, de una gran reputación de probidad. Ni sus más acérrirnos enemigos le han echado nunca en cara un acto de impureza En su vi– da privada es un modelo de honradez. Profesa y prac– tica la moral pura de los hombres libres sin osienta– ción ni hipocresía Es un buen discípulo de Holbach por quien tiene profunda ad,rniraci6n

Dice varias veces el citado' autor de las "MenlOrias para la Historia de Nicaragua" que .Jerez no conoce el valor del dinero, y esio es verdad Hom.bre de abstrac– ciones, no estima ni percibe siquiera los inrel eses n18-

ieriales: así es que hará siempre un malísimo admi_ nistrador.

Por la elevación de sus ideas, por su candor in' fantil. por su ingenua franqueza, por su credulidad sin límites y por otras n"luchas razones, es el Genelal Jerez el homble más incon,petenfe para caudillo revo lucionario, sobre todo en un país airasadísimo COrno ei nuestro

El nO hablalá nunca a las mafias ignorantes el bajo lenguaje demagógico que tanio alaga a los oídos de la. rnultilud, no sabe prometer grandes lucros ni sangnentas venganzas, es incapaz de mendigar Con lastreras adulaciones el apoyo de los sacristanes es– ianqueros y alcaldes de barrio} no se rebaja ja~ás

hasta cargar esiatuas de sanios en las procesiones co– rno he visto hacerlo a varios pretendientes de mí' tie_ Ha, y por úllinlo, Jerez dice a cuántos quie>:en oírle que ':'~ hay avenimiento posible entre la Eb@iltad y ei catohClsmo

Un hombre hábil al estilo ceniroamericano, un revolucionario vulgar, disimularía sus opiniones polí– ticas y religiosas, siquiera mientras llega al poder, pe_ ro Jerez no enliende de subterfugios, ni de transac_ ciones con su limpia conciencia

Es un idealista, un gran liberal, un apóstol \Tale– lOSO y abnegado, pero no un político y 1"nenos un cau– dillo revolucionario

En cuanto cabe en nuestra pequeñez, puede COln–

parársele al inmortal Mazzini Tiene Ja fe, las ilusio– nes, los entusiasmos del dictador de 1848 ¿Tendrá su misma suerle~

El famoso. agitador iJ:aliano, al terminar, su larga

y trabaJosa VIda, pudo ver la reconstruccion de su hermosa palria ¿Verá Jerez la unidad de Centro Amé.

rica~ Es más que dudoso '

Creo sin embargo, efue la posteridad le hará cum· plida jusiícia

Hoyes un iluso, un revoltoso, un delirante Tal vez =añal'ta esta misma tierra cen±1oan"lericana oue le escalnece, le maldice °

le compadece, adorará-su nombre corno el de una de sus n"lás puras e inmarcesi· bIes glorias

11¡1azzini pasó su vida en el desiierro y al día si. guiente de su muerle los rornanos y los genoveses le· vantaban n,onumenios a su mernolÍa

Quizás llegue un día en que los hijos de nuestros nietos eleven estatuas al soñador sublime, al agüador infafigable, al eterno vencido General Máxin"lo Jelaz

Mientras tanto, el "León del Istmo" sueila, espera p,obablemente, y COlno el glan patriota italiano, sU

brillante lnodelo, repite a cada instante. "Fe y acción y será nuestro el porvenir!

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