Page 46 - lista_historica_magistrados

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Entre mis acompañantes esíaba el joven víCÍoÍ: Manuel Cha~orro, hijo, de don. Pedro José Cha~orro, a qulen al ~asar por Chl~o Pe– lón ordene se quedara a111 co1abo2iand~ ~;m

oiros ofioiales en la defensa de esa poslclon, maS con tan mala suerte que no había terrni– nado¡¡mi inspección de ese lugB;r cuand~ recibí la nQÍicia de su muerte a los pnmeros dlsparos del enemigo.

, Es naiural suponer que el enemigo hubie-ra preparado 10 mejor de sus fuerzas, así corno hubiera empeñado el mayor número de ellas, en sús empujes del priIner día, sin embargo, la verdAd es que no los seniiInos tan poderosa– mente intensos cómo los que se verificaron al siguienie día 13. , '

Al amanecer del 13 de agosio habíamos tenido la suerte de eliminar corno combatiente a la columna que dé las Sierras de Managua bajó a

aiacar la parte occidental de la ciudad.

Esta columna en la. que figuraban el Ge- Civiles y mUítill'eS contlibl'YCl'OlJ a JI! defensa

ii.ér~l biohisio Thornas, Rosirát)., Murillo tAn- de jvlanagllll.

,d.résl y otros jefes de impodancia, llegó a en-

freniarse a la PenitenCiaría como una o dos ho- 'baslan±e alarmante. Es±ando alrededor de un 'ras después de que el General Zeledón había escritorio casi iodo el Gabineie de Díaz ..¡ yo 'iniciado el ataque a la loma de Chico Palón, junto al ~eléfono recibiendo un informe de la pero habien~o sido def;lcubierfa por los artill~- posición del Barrio del Infierno, era tal el bi.l.,. ros que' habll'i l:;c:>!ocado en la torre de la Penl- llicio de las detonaciones que se oían por el. tenciaría, éstos les dispararon unos cañonazos aparato que llegué a consider~r ya rota es¡;i qile resu1:f:aron muy efectivos pues suprimieron línea de defensa. De pronto nos cayó un¡a a vatios de los Jefes y a los otros los desorga- bomba del Herald sobre el techo de la casá, la niz6 de fal maílera que se regresaron; llenos que rompiendo el piso del alto derramó sobre ,de páiüco, infundiendo el femor por las comar- nosotros desperdicios de Herra y madera ba– cas' que transitaban en su huída. 'ñándonos

él. todos los que es:l:ábalnos allí reu-Fue fal el desastre de esa columna del dé- nidos y un' pedazo de metralla pasó entre Díaz neral Dionisio (Nicho) Thomas, columna que 'y yo rompiendo el aparato telefónico por el

~ra considerada como las fu~rzas de choqUé que hablaba. Sin embargo, ninguno de noso– del General Mena, que su amenaza desapare- ±ros mostró femor o alarma. Lo único que hi– ci6 por co~ple±o en el combafe de Managuf::l:, 'cimos fue sacudirnos el polvo y admirar él ;pues el General Andrés Murillo, que había coraje del Capitán Salinas, que era quien hacía quedado cqmo jefe principal de' esas fuerzas, 'la defensa en ese Barrio, y quien al ser infe– rio quiso' volverse a reorganizarlas, ni mucho 'trogado por mí sobre el avance del enemigo menOs a ,enfrentarse de nuevo a nuestras tro- deniro de la población, me dijo: "Imposible, palO, le;> 'q1,le nos permiti6 usar los ,elementos General Chamorro, aquí está el Capitán Salí· que teriíamos destinados a defender ese sedor nas que no permite que ningún Menisia 'per– eri la defensa de~ sedol;' de Oriente, o sea, el fore sus defensas",

atacado por el General Zeledón. ' Todavía ahora recuerdo con entusiasmo y En este seCÍor se peleó con intensidad ex- simpatía el coraje de una serie de CapiM.nes iremaen Varias ocasiones, yeso daba ocasión que hicieron la defensa de aquel]

él. línea que

el movimientos en fas líneas de defensa, las que iba del Barrio del Infierno a Los Manguitos. avanzaban y retrocedían conforme a las aecio- Ellos eran: el Capi!án Salinas, hombre apaci– nes y reacciones del combate. ble, an1igo de las musas, que vive acfuahnen±e Por eso, a veces con alguna frecuencia, de limosna, cantando cancioll es con su guita– llegamos a creer que las fuerzas de Zéledón ya rra, guiado por un perrito, pues es ciego. Al habían traspasado las defensas y que se en- . verlo ahora· nadie podría pensar que aquel 'éontraban peleando en las calles de Managua, hombre fue uno de los principales defensores pero El pesar de todo, nuestras fuerzas reaecio-de :Managua, que evitó que las fuerzas de Me– naban eon éxifo y nunca hubo ae

nuesfra paríe na enfraran a la ciudad. El Capifán Villalobos, :la idea de la derrota, ni aun cuando estaban hombre de, carácter un poco violento, quien cayendo sopre nosotros en la Número Uno"la también vive de la caridad pública, enfermo, Cása Presidencial, los disparos del cañ,ón. He- relúnático y sumamente pobre y que se disgus– raId. Entorices fue cuando sucedió una cosa ,fa conmigo' y me recuerda la defénsa de Mana- , curiosa y e~ que uno de esos disparos é\rrancó· -gua cuando no le puedo dar los cinco córdobas el monograma de Zelaya de la veranda del . que me pide y s610 le doy dos o freso A Salinas

"bal~6n: ,. ;', ' .

¿ ,.y:ViIlaiqbos, se unen el Capitán Guadamuz, el airo de esos eañonazqs produjo unefeC±o': Capitán Ot'dóñez,' el Capitán Sánchez (César)

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