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bernamen±al, hacen el tráfico en1re Managua y Momo±ombo, sirviendo de enlace entre el tre– cho ferroviario de ese úl±imo lugar y Corinto y el de Granada-Managua.

"En cuanto a las casas de Managua es po– co lo que podernos decir. Son por lo común

parecidas a las de Gra– nada, pero a veces muestran cierta tenden– cia a separarse del esti– lo usual, y un residente de gusto americanizado estaba construyendo, cuando yo es±Uve allí, una quinta de fipo "Oueen Anne" en una lornüa con vista al lago. Al lado oriental de la plaza ha y una gran iglesia Con fachada de dos torres donde los do– mingos por la mañana se celebra misa a la que asisten el Presiden· te y su Gabinete. La banda de los SupremoE Poderes, que dicho sel': de paso tiene elegantE uniforme y la integrar excelentes profesores foca siempre en esa misa. El viajero la paSé en Managua mejor que en cualquier otra partE del país. Hay allí ires hoieles, dos de los cua les -uno de un inglés y el airo de un italia no- sirven exquisita comida; los aposenfos, el cambio, dejan mucho que desear" .-Simmonl!i

189; «;

OR virtud de su posición

g~ográfica

:en±ral, Managua está mejor si±Ua– la que las arras ciudades para ser capü81 oel país. Las oficinas del gobierno, los cuarieles y demás edificios públicos están en la plaza; ±odos son de dos pisos, de piedra caliza, y no se disfin~

guan por su belleza ar– qui±ec±ónica ...

"Managua es la uní– ca ciudad de Nicaragua que fiene agua corrien– ie, y la unica también ton fábrica de hielo que se produce en can– tidades suficientes para abastecer a las ciuda– des del oerde de los la– gos a razón de cinco centavos la libra; el ne– gocio es una mina de oro. Los talleres de re– paraci6n del ferrocarril están igualmente ubi– cados allí; hay además una fábrica de jab6n, una de mecates y va– rias airas de pequeños

artículos de uso domés– tico. Allí está localiza–

da también la oficina de telégrafos, propiedad del gobierno, que presta un servicio barato y más o menos bueno en ±odo el país. Cabe de– cir aquí asimismo que Nicaragua cuenta con un excelente servicio posial. Varios vaporci±os construídos en Inglaterra, y de propiedad gu-

BRUJULA PARA LEER

EL CONSERVATISMO y EL CONTRATO SOCIAL

DESDE EL LIBERALISMO

POR WILlIAM T. BUCKLEY JR.

En este su reciente libro, William Buckley se refiere al meollo del problema conservador que consiste en alcanzar una ordenada, cOl)sciente y positiva exposición del Conservatismo. En él ofrece a sus lectores tanto un plan de acción, como una justificación teórica de ese plan.

El programa de acción ofrecido se puede resu mir así: "Mantener y en lo pos¡ble aumentar la liber– tad del individuo para adquirir propiedad y disponer de ella en la forma que le parezca". La justificación teórica .de este programa yace en la eSfratégica identificación de una fundamental i1\ferdependencia entre la Iibel1ad económica en particular y la libertad humana Eln general. La relación entre los medios y el fin en este aspecto de la teoría debe tenerse presente. El fin es la 'libertad humana concebida como la meta de la auto determinación. Se enfatiza la propiedad corno el medio necesario de alcanzar esta libertad por– que Buckley cree que la tendencia liberal a la planificación económica constituye la mayor amenaza a la libertad en nuestro tiempo.

Por esta razón la ecuación propiedad privada: libertad, no puede ser sino una parle de la solución conservadora de la vida. Sin embargo, sirve muy bien para definir el área de acción defensiva contra el . estado socialista.

El gran problema del hombre es cómo vivir en sociedad puesto que 110 puede vivir solo. Su básica necesidad y su primer cuidado es vivir en una sociedad ordenada. Pór lo tanto, 1<1 verdadera prueba de toda teoria político.social está en su mérito ante la vida personal y social del hombre. Afortunadamente, uno de los más valiosos elementos de la tradición conservadora ha sido su interés y aun reverencia por el contrato social. Buckley ha resumido con daridad permanente esa actitud.