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Así fue que conforme a mi plan salí de Santo Domingo llevándome a todos los que conmigo habían llegado a ese lugar y además a muchos otros amigos que llegaron a incor– porarse al movirniento revolucionario. Dejarnos a tm lado la población de La Libertad y fuimos a salir a Beiulia, de donde contil1.uam.os nues– tra nlarcha hasta llegar a Cam.oapa, población de alguna iInpor±ancia en el Departam.ento de Chon±ales.

En esíos lugares, los habitantes ni siquiera soñaban en la posibilidad de que pudiéram.os llegar hasta ellos, así es que a sus resguardos los iom.ábam.os cOlnple±am.ente por sorpresa.

Com.o a Cam.oapa llegam.os m.uy tempra– no de la mañana, después de dar rnis disposi– ciones respecto al acuartelarniento indispen– sable del ejército, resolví tornar tiernpo para il', con un grupo de mis oficiales, a Comalapa, que queda como a dos horas de carnina, para saludar a lUí madre y delUás miembros de mi familia que allí vivían. También a este mi pe– queño y querido pueblo sorprendió mucho mi llegada, lo que no fue obstáculo para que rne dernostrara un delirante entusiasrno. Mi m.a– dre al verrne lloró de la ernoción y pasé un buen rato tratando de calrnarla. Después de sentarla y de recibir de ella su amoroso saludo, hablé con rnis cornpañeros de infancia para ver de que se incorporaran a la Revolución.

Salí de regreso a Cam.oapa ese rnismo día habiendo engrosado m.is filas corno con cin– cuenta. de mis arnigos de Comalapa, entre ellos mi cuñado Ceferino Enríquez.

Habiéndome convencido, por entonces, de que no podía fener ninguna conexión con el General Mena y su columna, pues supe que no había salido aún de El Rarna, resolví seguir adelante y esa misma tarde, caminando toda la noche, emprendiInos la marcha hasta Boaco donde llegarnos por la mañana del siguiente día.

Aquí tuvimos un simulacro de resistencia pero que fue de cortísima duración y signifi– cado. Como en esta población ha habido siem– pre un elemento liberal de valía, tuvimos que ejercer mayor vigilancia que en las poblacio– nes anteriores en los que el elemento conser– vador era más predonlinante en el casco de la población.

Creo que en Boaco estuvimos como unos ocho días, y no fue sino hasta que supimos que se aproxinlaban fuerzas enemigas que ernpren– dimos de nuevo la rnarcha hacia Matagalpa.

A poco de salir de Boaco, a unas dos le– guas de distancia de la ciudad, nos encontra– mos con las fuerzas enemigas que comandaba el General Alfonso Valle, arnigo personal mío desde la juventud. Después de un encuentro bastante reñido logré ponerlo en fuga., captu– rándole una buena canfidad de provisiones y de parque que buena falía nos hadan.

Después de ese encuenfro llarnado de Las Tetillas, continuamos nuestra marcha hacia Muy Muy, sin haber fenido incidente alguno

U • •• engrosaron las filas mis amigos rle Comalapa, entre

ellos, mi cuñado Ceferino Enrlquez."

digno de mencionar. Estando acuartelados en Muy Muy tuvimos el penoso desagrado de sa– ber que uno de nuestros oficiales, Vicente Me– dina, había dado muerte a un pobre soldado por una bagatela. Nuestro enojo fue muy grande hasta el punto que dispuse que se fu– silara a ese oficial ínmediatarnenie, mas ha– biendo intervenido algunos otros de los Jefes para que no le aplicáramos esa pena, optamos por destituirlo de sus presillas mili±ares y le dimos de baja del ejército, mas ese individuo, queria, realmente, tanto a la Revoluci6n que no se separ6 de nuestras fuerzas, y aunque no tenía cargo alguno, siguió tras ellas hasta que en el combate de Tisrna pereció a consecuen– cia de las heridas que recibi6.

Cuando salimos de Muy Muy para. Mata~

galpa, sabíarnos que las fuerzas enernigas ve– nían iras de nosotros a no muy larga distancia y que más adelante en una posición bastante difícil de subir por lo escarpada, nos estaban esperando fuerzas enemigas.

No obstante esa amenaza y sabiendo que rnis fuerzas rnantenían un espíritu elevado y combativo, decidí la torna de Matagalpa y en– cargué al General Masís por un lado y al Gene~

ral Correa_ por oiro, para la. limpia del carnino que nos conduciría a la ciudad.

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