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Estas ideas guiaron mI animo en Tipitapa y son ciertamente el distintivo de mi vida polí– tica, de mis afanes en la guerra y en la paz.

Como candidato del Partido Liberal las sostetngo todavía con fe inquebrantable, y por medio de esta carta quiero excitar a Ud. candidato del Partido Conservador, para que las pro– hije también y le sirvan de guía en los momentos actuales y solemnes de la República. Que no haya más guenas fratricidas y que la libertad y el orden se establezcan para siempre entre nosotros.

Ahora que estamos viendo la just.eza con que proceden los encargados de la supervigi– (ancia americana, cuando con generoso y loable empeño nos dan la mano en el desarroJ(o de las instituciones republicanas, por medio de una libertad electoral verdadera y honesta, nosotros los que deseamos una era de paz y trabajo para Nicaragua, podrlamos convenir en aceptar

esta misma su.cervigilancia, por uno o varios períodos más de Gobierno constitucional.

Por mi parte puedo desde ahora ofrecer a Ud. para cuando el caso l/egue, que al ganar el poder el Partido Liberal, se empeñará en corresponder a la buena voluntad del Gobierno Ame– ricano con elecciones absolutamente libres, prometiendo desde hoy, si así conviniere a los inte– reses del Partido Conservador que en la subsiguiente elección presidencial aceptaré de buen grado la mediación de los Estados Unidos en la misma forma y manera que los arreglos Stim– son establecieron.

Eso ofrezco a Ud. como a candidato del Partido Conservador, para demostrar que siem– pre siento incfinación a ofrecer a los demás la misma cantidad de justicia y honradez que en

todo convenio, a mí o a los míos, se haya prometido.

Con muestras de mi distinguida consideración, me ofrezco su Atto. y S. S.,

(f) J. M. MONeADA

Octubre 20 de 1928. Señor

General José María Moncada Managua. _.

A~i estimado General Moncada:

Correspondo a su atenta carta del 19 del corriente que me entregó en propias manos su

recomendado don Pilar A. Ottega, y que con gusto paso a contestarle.

Me place sobremanera manifestarle que estoy enteramente de acuerdo con su modo de pensar. Entiendo que una paz firme y duradera, fundamentada en la conciliación de los dos partidos históricos en que se divide la opinión pública de Nicaragua, es el sostén más s6lido y

eficaz en que descanse la prosperidad de nuestra .oatria.

Esa paz, que todos debemos procurar como buenos nicaragüenses, I/egmá necesariamente co– mo el resultado lógico de una elección libre y honesta, en que cada ciudadano sin restriccio– nes, deposite su voto por el candidato a quien favorezcan sus simpatías.

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Ajustándonos sin desvíos a esa norma de conducia, terminaremos de una vez para siem·

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.ore con esas funestas luchas intestinas, que Usted menciona, y que tanta sangre y tantas ri- !

quezos nacionales nos han costado en los pasados tiempos. i

La superv;gilanóa americana ha venido a darnos el goce de esa libettad electoral, que sin i

duda alguna traerá consigo para bien de todos, tanto liberales como conservadores, una lar- ¡

go y fecunda era de tranquilidad nacional. I

Creo que debemos otorgar toda nuestra confianza sin reservas de ningún género, o los i

muy dignos representantes americanos que han de hacer real y efectiva la liberíad del sufra- I

gio en los próximos comicios de Noviembre. Estamos en la patriótica obligación de mantener

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1 inalterable esa confianza, porque siempre han sido y serán óptimos los frutos que C=0seche–

mos al estrechar nuesttas relcciones de amistad con el Gobierno de los Estados Un'dos. Así he

¡' pensado siem.ore como buen conservador y como ciudadano amante del bienestar de mi país. . Por esas razoné:i -que mI? he permitido expresarle en el ;~~so

de la presente, aprecio en -¡

toda su trascendencia y con entusiasmo abrazo la laudable idea que Usted se ha dignado ex-