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Preciso es confesarlo, aunque nos duela, la in– dustria se halla en aquella parle de la América en un grado de atraso, y desmoralización que contrasta es– candalosamenie con el estado en que se encontraban las arles en Hempo de la dominación colonial. No sostendré cierlamente que la madre patria les dispen– sase la ilusfrada protección que debí.a, ni desconozco, por aira parie, que el azoie desmoralizador de la re– volución, las teorías de ilimitada libertad de comer– cio, y otras causas han debido influir en la decaden– cia de la industria del país¡ pero sean cuales fueren las causas de la aniigua y nueva süuación industripl, el hecho es tan innegable, corno más y más faiales cada día las consecuencias de esie esiado actual de co– sas. Continúa el Sr. Gómez: "según los daios que reco– gí, fanto en el establecimienio mismo, corno en con– versaciones con el ministro de Chile y airas represen– tanies de América en París, podríamos maniener en él con un gasto en todo de quinientos pesos anuales a cada uno de nuestros alumnos. Esios no deben ser jóvenes menores de 16 años, anfes de cuya edad el Jarácier y la infeligencia del hombre carecen de la madurez necesaria para sacar iodo el fruto posible de su enseñanza teórica práctica; y ninguno es admiti– do en el esiablecimienio sin sufrir dos exámenes en que acredite que posee los conocimienios prepara– torioa que se han estimado indispensables en aritmé– tica, áljebra, jeomeiría y dibujo, para sacar el citado ?rovec::ho, y basiar a los rnulfipilicados irabajos de ia indusiria, efc.

Empenémosnos, señores represenianies, en hacer feliza una pairia que nos es fan cara, y a quien mu– chas veces han puesto agonizanie los caprichos y las pasiones de algunos de sus hijos. Pero me esiravío del ¡;Lsunfo que Ine ocupa, y debo volver a él, supli– cándoos tengais la bondad de escuchar con paciencia lo que aun todavía me resia que deciros brevemen– te, Procuraré no molestar por mas fiempo la alfa aíen– ción de vuestra soberanía.

Nuestros caIninos que son practicables, y que so– lo en la estación de las lluvias presenfan algunos punios fragosos, son mejorados por las junfas ifine_ rarias respectivas con los fondos que el gobierno les ha señalado a consecuencia de las autoridades que les otorga la ley de 7 de junio de 847, y con el auxi– lio que les ofrece el prellidio ambulante, dividido hoy en dos secciones, una orienfal y aira occidental.

Estando encargado el poder ejecutivo de cuidar de la exac;:tifud y precio de la moneda, y notándose la faifa de leyes que exijan el de la extranjera, se ad– vierte una exiraordinaria introducción de moneda de otros países, todas ellas disfantes más o menos de la legalidad de la que siempre ha circulado enfre noso– tros, resultando de aquí. un efectivo menoscabo de la riqueza pública, y el mayor embarazo para el comer– cio en las compras y pagos fuera del Estado. Portan– fo, el ejecutivo llama la atención de la asamblea a un punio, cuya urjencia e importancia son demasia– do manifiesfas.

No fenemos Inas que dos hospifales, uno en León y otro en Granada que sirvan de consuelo a la hu– manidad aflijida¡ pero ellos, con pocos fondos y bajo la inspección de las municipalidades con arreglo a la ley de 11 de mayo de 1835, de que ya he habla– do, cada día caminan a su ruina total. Es necesario pues, proveerles de algunos recursos, y hacerlos de-

pender inmediafamente de una junia de caridad com.– puesta de individuos que posean sentimienios huma– nos, capacidad, actividad, y .que estén libres de ~fras

cargas pára contraerlos preClsamenie para su obJeto. El gobierno os presenta sobre tan interesante negocio un proyecto de ley que fendreis la dignación de exa– minar.

Los correos de Guatemala y Costa-rica están en corriente, y el gobierno, a virtud de la facultad que le confiere la ley de 24 de abril de 845, ayuda a pa– gar dos que mensualmenfe le dirije el de Honduras, ha establecido uno que conduzca del puerto de San Juan del norte la correspondencia de ultramar, y tres en el inferior, de Inanera que el supremo gobierno fiene frecuentes relaciones. La fabla adjunia Inani. fiesia las carreras, eniradas y salidas de los referi– dos correos.

Nuesiras cárceles, por desgracia, no han podido establecerse de una manera que no degraden nuesfra sociedad, mas como ella fiene un dérecho induda– ble de castigar a los ofensores contra las leyes, re– conociendo nosotros el principio de que bajo ninguna circunstancia se debe castigar al miserable delincuen–

te con Inás cadenas y grillos de 10 que es necesario para asegurar su persona, ni debe encerrarse en as– querosos y pestilentes calabosos, encenagados en su– ciedad, ni privarles de luz y venfilación, se tiene es– pecial cuidado de que los reos sean traiados con la posible consideración, y se les sumini:'lfren los pre– cisos alimentos. Muchos días de paz nos presenfaran medios seguros para fonnar nuesfros establecimienfos penales co=o en otras naciones.

Hay cuafro iInprentas en el Estado, dos en León, una en Granada y aira en San Fernando: en fodas ellas se ha escrito y se escribe con foda libertad. Tan sagrada es para el gobierno esfa libertad que ha per– Inifido Inejor ser víctiIna de sus abusos que reprimir– lo en un ápice siquiera. Es un dote especial, ha dicho un compatrio:la nuestro, es un dofe especial .de la na– turaleza en el hombre, la facultad de manifestar sus deseos y pel1samientos, por Inedia de la palabra. Ni las leyes • ni Inenos las autoridades, pueden prohibir– le su uso de la Inanera que mejor le convenga, a Ine– nos que las leyes sean opresivas, y las autóridades firánicas. Si el pueblo confiere la autoridad, es con– siguiente que vele a cerca del modo con que ésté!- se ejerce. En donde quiera que el pueblo es indolenfe, y abandona esie derecho no tarda en haber usurpa-ción de poder, y abuso de autoridad. .

Señores representantes: debo ya cumplir mi ofre– ciInÍenfo. Concluiré este informe sobre la ejecuci6n de las leyes, contenfándom.e con presenfaros cerca de cien decretos gubernafivos, que durante la administración del actual Direcfor se han diciado para procurarla, en los diversos ramos que ellos comprenden. Yo so=eto a vuestra soberana decisiÓn todos los aefos del poder ejecutivo. Mientras fanio, quiera el sabio por e:'lencia, inspiraros leyes eminentemenfe Inorales que encade– nen la opresión y la anarquía. Leyes que hagan rei– nar la inocencia, la hUInanidad y la paz. Leyes en fin, que hagan triunfar la igualdad y la libertad.

He dicho.

SEBAS'K'IAN SllLlNllS

Managua, febrero 27, de 1849.

Licenciado Don Manuel Barberena

"Don ManueÍ Barberena nació en León donde hizo sus estudioll, y en Guafemala se recibió de abo– gaao en los "tiempos prÓxiInos al de la Independen-

cia, así es que ya no alcanzó a ejercer su profesión cuando iInperaba el gobierno colonial, ni figurÓ du– rania los días aciagos de la dominación de lfurbide.

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