Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

Vázquez de Mella, notable orador español, expresaba "Que la ±radición supone algo permanente que se tras– mife, un caudal d~ ideas e instituciones que pasan de unas generaciones a otras como herencia social". Y resumía foda su definición en esta expresión más sitn– pIe: "Es una ley social importanfísitna que expresa la continuidad histórica de un pueblo". A Pedro Joaquín le gustaba seguir para a±rás el hilo de esa continui– ciad. Perseguía el recuerdo entre papeles viejos que él sabía cultivar con el esmero propio de un jardín. Es– carbaba, ~xaminaba y no concluía su trabajo sino has– ia llegar a la profundidad de las raíces de la plania histórica.

Pa~a apreciar la energía de esa vocación basia pensar que ese ±rabajo asiduo era realizado en un país absolufarnenfe carente de archivo, que la inclemencia

d~ una loca política había despojado casi hasta de su fe de baufismo. Sólo encontraba obstáculos en todas partes.. Realizó una labor recogedora de datos en los archivos familiares, que sufren también de abandono y están expuestos al polvo y a la polilla. Pedro Joa– quín los limpiaba, copiaba cuidadosamente las piezas en que florecía un dato histórico. Tenía una secreta– ria especialmente dedicada a esta tarea bajo su mme– cJ,iata dirección. Así logró formar un archivo particu– lar, que es tal Vez el más completo que existe en nues–

t~o país.

En esas trabajos y estudios se autoformó' corno un ayentajadc;> historiador. Me detengo en mi conversa– ción con Pedro Joaquín para darme cuenta del signi– fj.caqo que para él tenía la historia. Es la historia un arte o una ciencia" La historia antigua, la nacida en Grecia, la desarrollada ampliamente en Roma era arie puro, qJ.1e Cicerón llegaba hasta decir que era una :ra– m,a de la oratoria. Se Ve por ejemplo que algunos textos, tales CoInO el de Tito Livio, son elocuenfes can– tos al poder de una nación, al éxito de los ímpetus conquistadores o al genio de los grandes personajes. Todavía la historia en el siglo XIX conservaba esa frescura y axnenidad de las cosas producidas por el arte. En este siglo la van convirtiendo en ciencia pu– ra, aplicando a las investigaciones, y a las medidas de

1;'1 antigüedad, la evidencia de las matemáticas. .Pedro Joaquín culfivaba la historia en esa condi– c;ión de artista e~amorado de su trabajo. Pero al de–

s~nvolver el ovillo enredado de nuestros anales, no se conformaba con la versión· seca de los hechos, ni con el simple enunciado de la~ tradiciones. Discuf{a los origenes, los probables móviles de los h9mbres, y tuvo una parlicular filosofía de la historia. Se apasio. naba. Todo trabajo de la inteligenci.a es por fuerza pasional y produce con±radicción, pero el calor de las aficiones particulares en Pedro Joaquín era siempre caballeroso. En iodos los actos de su vida no le dejó de asistir el santo temor de Dios como buen cristiano gue fue desde su niñez hasta su muerte.

Suele suceder que esos aficionados de la historia que znanosean al pasado y logran arrancarle sus se– cretos, se enamoran de sus frutos, y los guardan con avaricia. Pedro Joaquín por el contrario, investigaba profundamente, pero no guardaba para sí solo sus descubrimientos, sino que por un espíritu comunicati– vo los propagaba inxnediatamente, ya en las conversa– ciones con sus amigos, ya publicándolos cuando con– seguía órgano propicio. Pero en la penuria que enton-

ces había en Nicaragua para co:m:unicarse con el pú. blico, y en el deseo de xnostrar el fesoro de verdades

y esencias que arrancaba a la tradición, resolvió lan. zarse al periodismo para buscar el camino que le pero mifiera dialogar sobre sus conocimientos ante el púo blico, en una nueva vocación, la de ll'mesfro.

Pedro Joaquín fue periodista sin vulgarizar su pluma. Aplicaba al análisis de los sucesos de actua. lidad las mismas reglas de investigación q~e usaba corno historiador, y los comentaba con calor, con en– tusiasxno, con pasión si se quiere, que la pasión no es mala cuando es honrada y se contiene en los lími. les del respefo al pensazniento y a la dignidad de los confrarios. Muchos percances sufrió Pedro Joaquín como periodista. Conoció ei destierro. Vió xnuchas ve– ces zozobrar su obra. Pero su constancia era superio:t' a

las contrariedades y así pudo obtener con la funda– ción de "La Prensa" el mayor éxifo que en cuanto a

estas eInpresas se ha conseguido en N'icaragua. Pero en esas actividades intelectuales siempre Se desemboca en Nicaragua en la política. Pedro Joa– quín penetró en él tempranero y a pasos firmes. Ell su niñez sufrió la ruina de la fortuna de su familia. Tuvo que salir de Nicaragua. Niño peregrino repasa– ba sus lecciones, hoy en Costa Rica, mañana en El Sal– vador'. Sus actividades políticas descansaron sobre el luisll'lO denoxninador del ±radicionalismo. Por eso fUe un verdadero conservador. Nunca -perdió de vista los orígenes de las cosas sustanciales de nuestra patria, y recogía, en lill'lpia tradición, 10 que según él sobrevi. vía y fenía la virlud de poder hacerse futuro por un soplo del progreso bien ciInentado.

Insisto en .dec1arar que el fradicionalisll'lo inteli– gente y positivo, envolvió toda la personalidad supe– l'ior de Pedro .Joaquín. Por eso sus estudios literarios se fincaban especialmente sobre los clásicos. Esfudió latín, porque gusfaba tambiér¡. de conocer el origen de las palabras; y logró formarse un estilo sobrio, c1arp, castizo. Creo que su obra le ha:t'á en el futuro figurar como uno de los clásicos más puros de Nicaragua. Sobre todos esos caminos march6el hombre can recta estafura y paso firme. Sujeto de .una sola pieza, De vida sobria y sencilla, de una valienfe conformi– dad cristiana en las adversidades. Hombre de bien en,

toda la extensión de la palabra. Y sobre esa bondad ingéniiél llna infeligencia ilustrada abierla a las co– rrientes de la civilización, pero cerrada a las malas dpctrinas que podían amenazar las esencias de su pa– tria, de las cuales deseó ser un vigilante centinela. Al escribir este prólogo, he sido arrastrado por mis recuerdos a ocuparme más de Pedro Joaquín, e1 autor, que de don Fruto el héroe de su libro. Pero creó que Pedro Joaquín fue también, corno fodos los que trabajan sinceramente por el bien público, elerrtenfo valiosísimo de nuesha sociedad. Y el frufo de su tra– bajo intelectual perdura. La obra escrita que dejó es voluminosa, creada con método y escrita en lengua correcta y castiza. Con el to:mo "FRUTO CHAMORRO" sobre mi mesa, me figuro que 10 he recibido de la propia mano de Pedro Joaquín para entregarlo al lec– lar en esfa introducción. Lo hago con reverencia y re– comiendo al que 10 recibe, leerlo defenidamente en la fe de que en sus páginas apreciará los pasos vacilan– fes de nuestra sociedad en la vida republicana, y en el prhner ejercicio de su autonomía.

-36-

Page 48 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »