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AMERICA LATINA, UN CONTINENTE EN ERUPCION

E'UDOCIO RAVINES

Eudocio Ravines es una destacada fgura en el escenario político de la América del Sur. Como perua. no militó en el Aprismo, en el que alcanzó alta posición, fue cautivado poi' el Marxismo, a cuya causa se entregó apasionadamente, pero hombre sincero e íntegro no pudo soportar la falsedad del Comunismo In. ternacional y se separó dramáticamente de ese movimiento. El ensayo que ahora publicamos es lIn análisis sociológico de la realidad latinoamericana en el que presenta audaces soluciones a los problemas políticos de este Continente en constante ebullición.

América Latina está cumpliendo en la actualidad un proceso histórico que tiene todas las características de una revolución. General y de carácter eruptivo, abarca la totalidad, no siendo un acontecimiento, sino un acaecer trascendente. Es todo un devenir comprometido en la acción y no tan s610 el episodio crítico de algunos de sus conflictos sociales o políticos.

La unidad geográfica de este Continente al cual pero tenecemos, es sin embargo ilusoria. Hay unión en la in– fraestructura geológica, pero separación en el relieve topográfico. En verdad en este aspecto s610 unen la Geología y el Mar, pues todo lo demás convierte, en la dimensión espacial a la América latina en un archipié– lago de regiones insulares.

De igual manera, el factor económico, establecido por el marxismo como determinante histórico fundamen· tal, no desempeña ningún papel unitivo entre los parses de América Latina. A fas dífcultades geográficas para la intercomunicaci6n, se une la estructura económica de ca· da país que reposa sobre uno o más productos, a menu– do concurrentes, sin que ningún sector pueda suministrar los artículos manufacturados que hacen falta a los de– más.

Estas antinomias no propugnan en América Latina las elecciones radicales, sino que obliga a un compromi– so permanente que se refleja en todo su devenir. La magnitud y la extensión de ios elementos separatistas, hacen que la "unidad política de las naciones latino-ame. rica nas" no pase de ser un "sueño de Bolívar". En el porvenir, la perspectiva inexorable cual un destino, es de carácter panamericano.

Factor unitivo es sin duda el idioma, que opera en– tre los pueblos latino-americanos como el vínculo de lo~

vínculos. Luego, la herencia cultural y el ímperio de la latinidad que se refleia en la entraña de un mestizaje lujuriante, alzándose hasta la más encumbrada realiza–

ción espiritual. la comunidad latino-americana se forja además bajo la acción de los elementos contradictorios: de un lado la influencia de un triple factor sociológico: ibero aborigen el primero; europeo clásico el segundo y

norteamericano pragmático el tercerOj de otro lado, bajo 'la acción de la resistencia común y unánime de la ¿fusor– d6n espiritual incoercible que viene del Norte, resisten· da saturada de la orgullosa herencia de los viejos hi– dalgos que se funden con los más fieros sentimientos de orgullo nacional en cada país.

Factor aglutinante sin duda, es el constituído por la actuación de las mismas categorías sociológicas: Pa– triciados fundadores de la nacionalidad, después de la lu– cha común por la independencia; Oligarquías mercan– tiles aliadas de los consorcios extranjeros; Clases medias en ascenso que hacen irrupción aliándose al pueblo y acaudi/Jándola como masa contemporánea contra el po· der de las Oligarquías mercantiles en declinación irreversi· ble; intromisión del militarismo como expresión de la in– capacidad de dos bandos civiles que, tras el áspero cho– que q.ve les ha desvencijado mutuamente, no han logra– do una victoria del uno sobre el otro, ni establecer en la sociedad desarticulada, el sentido del mando y de la obediencia. Junto con ésto, la uniformidad del fenóme· no, que significa depresión de los partidos políticos clá· sicos, acción operante de los sindicatos y organizaciones corporativas que desempeñan una función política, y el dilema comÚn a todos los países, de fa disyuntiva his– tórica entre una reforma y una destrucción.

Es imperativo sin embargo evitar el escollo que con· siste en la aplicación superficial y superflua del mani– queísmo, que quiere ver nada más que influencia sovié– tica y actividad comunista en este proceso. La Guaya– na de los Jaagan, la Guatemala de Arbenz, la Argenti– na de Per6n, son solo episodios y lo que se halla en evo· lución es devenir total. Si se quiere una interpretación justa, es menester no confundir el episodio con la tras– cendencia.

La casual profunda o determinante consiste en que América Latina ha sido penetrada por la nueva técnica de la vida social. Cada sociedad y cada ciclo histórico tiene su técnica adecuada. Hay una técnica de la vida social de la aldea lacustre, del grupo nómada, de la co– munidad sedentaria. Otra distinta es la de la vida social de la ciudad campesina y de una bien diferente, la de la urbe de rascacielos.

La nueva técnica social, refugio de las más moder– nas creaciones del mundo occidental, ha revolucionado primordialmente los dominios del espíritu, el mundo del pensamíento y de las ideas.

La estructura de la vieja sociedad, sus jerilrquías tra· dicionales, su autoridad y sus prestigios han sido redu– cidos a escombros. La nueva técnica social ha estado arrancando de raíz todo lo viejo. Pero no se han asen·

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