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Antes de ocuparn1.e de las relaciones interiores y exteriores, y de 105 demás ramos que han sido a mi cargo, parece convenienie tratar del grande e impor– tanie negocio de la organización nacional. Sabeis que frustrada la reunión de la dieia en Sonsonaie, El Sal· vador, Honduras y Nicaragua convinieron en que se verificase en Nacao:me, exitando al efecio a los otros gobiernos de GuaielUala y Cosia Rica. Esie nuevo em– peño dió por resultado la insialación de una dieta de los tres Estados, la que tuvo efecto el día 6 de junio de 847 en la referida ciudad, y aunque no dejaban de tenerse esperanzas de que GuaielUala y Costa Rica concurrirían con sus delegados deniro de los iérn1.inos que aquel alfo cuerpo fijó para esperarlos, dichas es– peranzas quedaron desvanecidas con su no COlUpare– cencia, y perdidas del iodo con la negaiiva expresa a la acepiación de los convenios del 7 de ocfubre del mislUo año, que le fueron remitidos con este objeto; y no obstante, que ellos fueron arreglados con la mejor armonía entre los delegados de las parles comprome– tidas, falfando la absoluta conformidad en la ratifica– ción de las respectivas asambleas, la nación quedó como antes, abandonada a su propia suerte.

Aun cuando los Estados de Cenfro Amércia hubie– sen sido desde su origen naciones independientes, no podría desconocerse la conveniencia de unirse bajo un solo y único sistema de gobierno, a:l:endida su locali– dad, sus pocos recursos peculiares en el aislamiento de ca,da uno de ellos, y sobre iodo, la unifonnidad de idioma, de religión y de costumbres; por ma,nera, que la cuestión de conveniencia, es una cuestión que se resuelve por sí lUisma, y con ianta más ra,zón cuanto que los Estados de hoy no son otra cosa que la,s parles de un todo de más de tres siglos, coma lo son aquellas en que se han dividido otros varios vireinatos y capi– tanías generales de las demás secciones de América. ¿Pero cual sería, el medio de ejecutar aquella reso– lución :tan necesaria corno ingente, y tan conocida co– mo deseada de todos los centros americanos? Esta, úliima cuestión se ha intentado resolver por el proyec· to de convención decreta,do por el gobierno naciona,l, y abra,zado con diversidad por cada uno de los mis– mos Estados, y sin embargo, los pa,cfoa de Chinandega, y de Nacaome no han hecho más que a,umentar una página para la hisioria, y desvirluar para siem.pre en– tre nosotros, ese :medio que en otros países, ha con– ducido a los pueblos a la consecución de sus desig– nios.

Pero Nicaragua que por decirlo así, ha sido el que ha sostenido a,rdiente las miras de que se organi– Ce el pa,ís, ha convenido con Honduras en la convoca· toria de una asamblea nacional constituyente, y pro· puesto el proyecto a los Esta,dos hermanos; mas aun este paso ian legítimo y ia,n confonne con nuestras instituciones, observa el suprexno Director, que deja todavía en pie las pretensiones de soberanía, parcia. les, sin duda, porque ni ésfa ni ninguna, de las medi– das que se han propuesto anieriorn1.ente concilia,n los intereses locales de ca,da uno de ellos.

Piensa, por ianto el ejecufivo, que una junia per– manente compuesta. de un cOlUisionado por cada, uno de los dichos Esta,dos, se ocupe constantem.ente de proponer la, ma,nera que crea más eficaz para, logra,r la organización de la república" organización que io· dos desean en el fondo para salir de su precaria si– tuación. Si la,s empresas maieria,les y de interés pú– blico han merecido ser consideradas, y entretenidas en oiras naciones, por una comisión encargada exclu· sivamente a,l intento, ninguna merece mejor que la de

Así corno entre los individuos se mide el valor de sus capacida,des por el de la,s relaciones que cultivan, del mismo modo se detern1.ina el de las naciones por el grado de consideración que merecen entre sus iguales. De aquí nace precisamente la necesidad que l:ienen de rela,cionarse, y de lUantener entre ellas una correspondencia, franca y generosa; que ja,más se halle en contradicción COn la, lea,ltad y buena, fe, que cons· tituyen su decoro, su poder y su grandeza,.

En este sentido puede a,segurarse que Centro América ha hecho algún progreso desde la, revolución de 838, a la, fecha, pues los Estados en capacidad de soberanos, han cuUivádo este interesante ramo de la administra,ción pública, respecto del extranjero, y de los demás gobiernos de la antigua unión. El de Nica· ragua, ma,nfiene y observa, los convenios que desde la referida época de 838 tenía celebrado con Guatemala, El Sa,lvador y Honduras, en la pa,rie que no han sido alierados por los últimos acontecimienios, y por los tratados que nuevamenie se han ajusfado, con que tendré el honor de daros cuenta en pieza separada.

Respecto de Costa Rica, con quien Se ha lUanfeni do iambién una íntima amistad, debo infonnaros del progreso que ha,n tenido la,s confesta,ciones habidas entre éste y aquel gobierno sobre el partido de Nico– ya y limites territoria,les en la, Cosia, del Atlániico. No habiendo sido aprobados los pacios de 12 y 14 de di– ciembre de 846 por la, espiración del término conve– nido, y decreta,da la prórroga e instrucciones necesa– rias pa,ra que el ejecutivo pudiese verificarlo, no se había obtenido de Costa Rica una coniestación decisi– va sobre su aceptación hasia que llegó a, la capital un comisionado suyo, quien dió mérito para que se trata– se esie asunio de un lUodo diferente de corno fue ini– cia,do en los referidos pactos, y consta, así del docu– mento que os acompaño con el nÚ1Uero 1.

iamente depresivas del honor e integrida,d ierritorial del Estado, fuvo el sentimienio de que no se tra,n13i· giesen aquellas cuestiones, cuya importancia y grave· dad ojalá que jamás sean causa de serios a,conteci– mientas entre ambos pueblos. El propio gobierno, so– mete a vuestra soberanía este negocio, esperando que sea felizmenie concluído a vista de la justicia incon· trovertible que asiste a Nicaragua, y de los deseos sinceros de los costarricenses por su terminación pa– cífica, y razona,ble.

838, este gobierno tuvo a bien reconocer expresamente a,l que aquellos pueblos establecieron en septielUbre de 848, ofreciéndole sus amistosas relaciones, e inter– poniéndose desde luego con el de Guatemala para que le dejase en paz, cons:t,i.iuir sus autoridades COlUO era de estricfo derecho; y que a la fecha han vuelfo los mismos Altos, corno en 840, a ser una fracción de Guatemala. Sobre este incidente os acompaño el do· cumenio que va, lUarcado con el número 2.

En cuanto a las relaciones extranjeras, el cua,dro que ellas presentaban en 30 de marzo de 847, según infor:rné al cuerpo legislativo, en aquel día, se hallaba reducido a los oficios que ejereia el encargado de neo gocios Sr. don José de Marcoleia, para que se le reco– nociese en alguna,s de las na,ciones de Europa; ma,s hoy tengo la grande complacencia, de anunciaros, qUe el Sr. Ma,rcoleta ha sido ya, reconocido en su carácter diplomático por los gobiernos de la Bélgica, de la

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