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él" incierto porvenIr, el nublado de la seceSIOn de la 'Costa Aflántica"" y única:mente lo motejó de injusto "pOrque "No pagó los Estados U~idos en lo que ..vale "11;1 opción" al m,mal, con tres ml110~~s de pesos , ya que "Lo que le hemos 'dado, la opclOn del Canal, no solarnente vale la .cantidad referida. Vale la tranqui- . lidad de los Estados Unidos por doscientos años, y ante el Derecho Internacional mucho más que los tra– tados Clal'ion.Bulwer y Hay-Pauncefote, celebra.dos entre naciones que ningún derecho tenían en el referi– do Canal"; Y :mostrándose corno un visionario, afir:rnó que "Nican\.gua "con la opción." ab~p.dona una .gyata esperanza, porque Estados Unldos no constrwra el Canal nuestro, sino cuando algún caiac1is:mo destruya el de Panamá. TenernOS, pue?, bastante tiempo los nicaragüenses, "para trabajar a la sombra de nuestras tristezas, Y no para llorar bajo los sauces de Babilo– nia",' (32)

H:ay una declaración, puesta en boca de los de– legados del. Dr. Juan Bautista Sacasa al discutirse en la Villa de Tipifapa la intervención del Coronel Henry L. Stimsqn qué presenta una realidad no contradicha por el líberl'l,lí.smo y rnás bien aceptada por el Gral. Moncada, cuando éste nos refiere que los Dres. Manuel Cordero Reyes, Rodolfo Espinosa R., y Leonardo Ar– güello, le expresaron que tenían a'l1±orización del Dr. Sacasa para proponer su nornbre al representante del Presidente de los Estados Unidos, Mr. Calvin Coolige, para la continuación del período del renunciado Pre– sidente de Nicaragua, don Carlos Solórzano, ya que siendo Senador "ellos creían -además- en la posi– biliciad de que Stimson"me aceptara por tratarse de persona amiga de la influencia americana en Nicara– gua". (33)

ciembre 9 de 1931, hizo ver al Gral. Moncada, Presi– dente de la República, que "los oficiales y soldados de la fuerza de marinos de Estados Unidos permane– cen en Nicaragua para ese auxilio {supervigilancia electoral,aclaramos nosotros), corno para completar la instrucción de la Guardia; "mas corno antes he di– cho a ·U. no comprendo la manera de que puedan permanecer mayor tiempo" que el requerido para las referidas elecciones. La opinión pública en este país

de Enero de 1932, en la que razonó así: "Yo no con– faba'" y creo que Ud. fampoco, "con el cambio de opinión" de Estados Unidos; con que en 1933 "queda– ríamos" olvidados -de la mano de Dios-, "por abandono de esa política..... "Si los marinos se van", por qué no buscar un término medio que nos per:rnifa vivir en paz y nos justifique a U. y a mí, de los arre– glos de Tipifapa, en donde U. declaró con solemnidad que aquella fecha ----4 de Mayo,..-- aseguraba una era de paz para Nicaragua? .. Cuando en una de sus car– fas U. me dijo, "que los marinos se irían el año de

1933, yo pensé con fristeza" en toda la sangre derra– mada desde Río Grande hasla Managua... "Podríárnos hacer arreglos parecidos a los de los Pactos Dawson en 1910", de los cuales provino una Constituyente y una Constifución...

Si a los Convenios "se agregara la fir:rna de un Delega– do del Departamento de Estado, corno mediador.. ," somos tan débiles los Partidos "y tan necesifados de una mano prudente que nos ayude en el desenvolvi– miento de la República, "que para cumplir esos Con– venios basfaría la ingerencia de la Legaciéln America– na, en cada elección presidencial, para demandar 'el cumplimiento de la Constifución".

Corno puede notarse, las transcripciones que an– teceden no necesitan comentarios para hacer evidente la adhesión al principio de la intervención de los Es– lados Unidos, pero ameritan fijar la atenci6n en que el Gral. Moneada, en 1932, era partidario de vincular la solución de nuestros problemas de política interna a convenios similares a" los conocidos como "Pactos Dawson", los que, a su juicio, tueron en el año 1910

Sin duda alguna, habiendo tenido una persisten– te actuación pública y con conocimiento de causa, ex– clamó: "Yo quisiera saber cuál de los Partidos puede en Nicaragua arrojar la primera piedra, ni decir quie– nes están exentos de pecado. Es hora de medifación... he sido amigo de la influencia de los Estados Unidos en Nicaragua, para que crezcamos a su sombra en las prácticas republicanas". (35)

Lorenzo Montúfar, "Reseña Histórica de Centro-Améri– ca", 2~ Ed ¡ To. VII, págs. 208 y 209.

Montúfar, Ob. citada, To. VII, págs. 604, 605, 606 Y 608. José D. Gámez, "Historia de Nicaragua", 2~ Edición, págs. 531, 537 Y 549.

Morttúfar, Ob. citada, To. VII, pág. 474.

Montúfar, Ob. citada, To. VI, pág. 156.

Montúfar, Ob. citada, To. VI, págs. 164, 165, 16G Y 171. Enrique Aquino, "La Personalidad Política del Gral. José SaJltQs Zelaya", Ed. 1944, pág. 14.

y 17. .

. F:rancisco Ortega Arancíbia, "Nicaragua. CUal'enta . Años", pág. 236.

Gámez, Ob. citdn, pág, 502. Montúfar, Ob. cit~da, pág. 512. La Gac<lta dl! 1876, pág. 823. m Combate, 4 de Junio de 1893, No. 29. Aquino, Ob. citada, pág'. 45.

R. Sánchez Vigil, "Reincorporación de la Mosquitia des– des el punto de vista histórico", págs. 9 y 16.

"InfOl'me de la Comisión de Estudios Históricos relativos a los Conflictos de Nicaragua con países extranjeros", To. 1, La Mosquitia, págs. 163 y 164.

(23) José María Moncada, "Estados Unidos en Nicaragua",

Ed. Hl42, pág. 55.

(24) Moncada, ob. citada, pág. 57.

(31) Mancada Ob. citada, pág. 86. (32) Moncada, Ob. citada, págs. 138 y 139. (33) Moneada, Ob. citada, pág. 19. (34) Moncada, Ob. citada, págs. 155 y 156.

(35) José María Moneada, "Monogl'afía Histórica", págs.

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