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Anoche me contó Jerez que Dn. Pío decía: "Esfe Jerecifo desbarafa todas las revoluciones de cuya di– rección se encarga". Quizá no va muy errado Dn. Pío, al expresarse así, pero en esta ocasión sobre él mismo pesa la responsabilidad de cuanto ha sucedido porque nadie, sino él, dirigía las operaciones durante los pri– meros dos meses, y es sabido que los primeros pasos decidieron de la suerle de la Falanje.

SEPTIEMBRE 26

Viene Jerez a decirme que varios segovianos e?– tán vivatnente interesados en que los Castellones vuel– van al seno de la Falanje, y que ellos mismos están dispuestos a abandonar a Selva si se les presenta una pendiente suave. Quedarnos de tener una conferencia con Bonilla y Leandro sobre el parlicular.

A las diez nos reunÍInos en casa de Jerez y éste propone sus bases que los Castellones deben aceptar si quieren unirse a nosoiros: estas bases se reducen a designar ires personas para depositar la Presidencia: Bonilla, Dn. F. Castellón y yo y a eliminar por com– pleto a Selva corno ele=enfo reaccionario. Co=pro– =etiéndonos a guardar el más estricto secreto sobre las antedichas bases firma=os este documento Jerez" Leandro y yo.

Te=o que la reincorporación de los Castellones, si es que ellos aceptan este convenio, lo que dudo, vuelva a enjergarnos. A =í na me inspiran los Cas– fellones ninguna confianza.

Vaya la una donde Leandro. Allí esfaban Jerez, Irías, Dn. Julián, Chávez y oiros empeñados, en una acalorada discusión: Jerez dice que él acepta con gusto a los Castellones, pero que sería un loco si vol– viera a unirse con Selva; Dn. Julián declara que ellos no pueden separarse de Selvs, y por tanfo no volve– rán a la Falanje, si no es bajo un arreglo que dé ga– rantías a 10 que ellos llaman el círculo de Selva.

Por último se ve que no hay ya avenimiento po– sible entre los verdaderos liberales y los anfiguos reac– cionarios Que se disfrazaron con el nombre de mode· rados cuando celebraron el Convenio Colindres. Lo que n-.ás me llama la atención eS que Selva y los su– yos rechazan sobre todo con marcada insisfencia a los guzmancisfas.

Bonilla, Montenegro y yo conversa=os con Jerez sobre la expulsión de los jesuífas y sobre liberlad reli– giosa. El General tiene sobre fodos esíos puntos las =is=as ideas que yo.

SEPTIEMBRE 27

Jerez viene a decirme que juzga conveniente ha– cer extensivo a otros individuos de la Falanje el conve– nio de ayer a fin de que firmen la eliminación de Selva. Jerez pienza que puede servirnos este Conve– nio de nqrma para conocer o calificar ~l liberalis~o

de una persona: si acepfa o no el susodlCho ConvenIo del 26 de Septiembre. Yo encuenfro muy bueno este pensamiento que quizá confribuya a formar en Nica– ragua un parlido liberal digno de esfe nombre.

Llamo a Salamanca, M. Rivas y Juan Rodríguez para insfarlos a firmar el convenio secrefo y lo suscri– ben sin vacilar. Ya 10 han firmado los principales de la Falanje.

Escribo a mi padre diciéndole que Jerez desea que venga.

Me llama Jerez a las 4 de la farde para mostrar– me una clave que debe servir a los telegra=as que de Guatemala dirijan Leandro y Bonilla; esta clase contiene 15 telegramas fodos referenfes a nuesfra si, tuación.

El Convenio del 26 que se ha dado en llamar "el convenio secreto" esfá ya en conocimiento de fantas personas que es muy d.udoso pueda guardarse el sigi-

10 que Jerez desea; al =enos ya Juan Venado anduvo hablando de él esta tarde, algo chispo.

SEPTIEMBRE 28

A las 8 a.m., se van para Guatemala Bonilla y Leandro y para La Liberlad E. Chávez. Selva se fue poco después para El Salvador. Me obligan a escribir a Dn. Manuel Balladares una carla diciéndole que mande el ganado que le piden.

Acaba de venir Jerez a enseñarme una carla de Leandro de La Brea en que le dice que don José María Sa=ayoa pasó en el vapor: no se sabe si va para Europa o para Costa Rica. Escribe Jerez a Soto dicién– dole que yo voy a Tegucigalpa comisionado por él para informarle de la friste situación de la Falanje y de cuanto aquí ha ocurrido desde que él se fue. Opina Jerez que ya no podrá vivir la Falanje más de ocho días porque aún dando dos reales diarios apenas hay dinero para cinco días.

Por la noche me llama Jerez para que él y yo escribamos aira carla a Balladares pidiéndole gana– do; le hago observar al General que si la Falanje no ha de vivir más de una semana es inútil molestar a Ba11adares, pero Jerez me dice que quiere dar "las úl– timas patadas de ahogado".

Recibo dos carlas de José Anfonio Mejía fechadas en Tegucigalpa: la una del 23 y la ofra del 26 del corriente: me pinta a Tegucigalpa como un lugar muy triste donde la vida es basfante difícil y me cuen– ta que van a mandar desarmar a los pocos falanginos que han quedado aquí. Mejía ve nuestra causa per– dida y me aconseja que me traslade a La Unión a esperar que Chamarra deje de mandar en Nicaragua y =e dice que si bien el nuevo Gobierno manifiesta si=patías por mi padre, no cree él que estas simpatías pasen de un afecto pura=enfe platónico.

El Coronel Herrera escribe a Jerez de Tegucigalpa una carla tan desconsoladora como las dos que Mejía me dirige a =1. Yo veo irrevocablemenfe perdida la causa de los emigrados. Los hombres del nuevo Go– bierno de Honduras solo fratan de consolidar su po– der, y temen, a mi juicio, que un conflicfo con Nica– ragua los pusiera en dificultades.

SEPTIEMBRE 29

Es indudable que el Gral. Jerez es quien nos ha hundido: sus ilusiones infantiles, su debilidad para someterse a las insensatas insinuaciones de Dn. Pío, y por último su reconocida incompetencia milifar y política han traído las cosas al estado la=enfable en que hoy las vernOs.

Rodolfo Espinosa, Salamanca, M. Rivas y yo con– versamos sobre ésto, y estamos de acuerdo en decla– rar que un Jefe más avisado que Jerez, habría de– rrocado a Chamorro. Dice Manuel Rivas que él se re– gresa a Nicaragua, aunque 10 mefan a la cárcel, para contarle a cuantos quieran oírle en León, que Selva, Jerez y Dn. Pío perdieron al partido liberaL

Recibe Jerez otra carla del Coronel Herrera en la que le informa de la ruda persecución que hace Cha– morro a los segovianos; muchas personas nofables de aquel Departamento andan huyendo, airas han llega– do a Yuscarán, y varias se encueniran en las cárceles de Managua. Me dicen que antes ae llegar a Cholu– feca se regresaron once soldados leoneses que venían a engrosar nuesfras filas y supieron que ya esfábamos en disolución.

La Fancha, querida de Jerez, me cuenta que Juan Prado le dijo, "Si el General se aparlara de los Guz– manes, tendría mucho más parlidarios". Hoy vino Dn. Chico Casfellón de Amapala: dice que Samayoa va para Europa. Hemos determinado irnos mañana en la tarde a dormir a Pespire.

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