Presentación Revista Conservadora

Cuando Joaquín Zavala Urtecho regresó a vivir a Nicaragua, escogió como trabajo el cultivo de la tierra en una finca pequeña en las afueras de Chinandega. Ahí se dedicó al algodón, como tantos otros de su tiempo, pero también y además, se dedicó ¡al buen gusto! Sin embargo, aunque estaba satisfecho, quería más, quería ser más y hacer más, porque se sentía capaz de trabajar en otros cultivos: fue así cómo fundó y dirigió esta revista para cultivar con ella la cultura de sus conciudadanos, para ayudarles a sembrar el futuro conservando las raíces.

Una revista así, con el velamen con el que él la concibió, sólo podía ser obra de los recursos humanos y financieros de una institución gubernamental o privada, pero él la hizo él. Sus recursos humanos fueron los amigos y conciudadanos capaces de este otro cultivo, amigos y conciudadanos que él supo descubrir. Sus recursos financieros fueron los de un pequeño negocio imaginado para cubrir los gastos de esta revista a la que llamaba su “hija gastona”.
 
Así nació la Revista Conservadora en agosto del año 1960. Fue el año en que John F. Kennedy anunció su candidatura y ganó la presidencia. Fue un año preñado de tantas ilusiones independentistas que Benín, Burkina Faso, Camerún, Chad, Chipre, Costa de Marfil, Gabón, Madagascar, Mali, Mauritania, Nigeria, República del Congo, República Centro Africana, Senegal, Somalia, Togo y Zambia dejaron de ser colonias. También fue un año de ilusiones integradoras: en París nace la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OECD);  Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela forman la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEC); Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua anuncian la formación del Mercado Común Centroamericano (MCCA). También año de hazañas geográficas:  Augusto y Jacques Piccard, padre e hijo, descienden 11.034 metros a bordo del batiscafo Trieste en la Fosa de las Marianas, el nivel más bajo de la tierra; el submarino nuclear USS Triton da la primera vuela bajo agua al planeta; el navegante inglés, Francis Chichester, durante 40 días atraviesa solo el Atlántico en su yate Gypsy Moth II; el submarino nuclear USS Seadragon emerge a la superficie del Polo Norte y su tripulación juega softball sobre el hielo. También año de hazañas sociales: en Greensboro, Carolina del Norte, cuatro estudiantes negros se sientan en un comedor segregado, les permitieron quedarse sentados pero no les sirvieron comida, su ejemplo multiplicó protestas similares en los estados del sur, seis meses después, el comedor segregado sirvió el almuerzo a los cuatro estudiantes; el cantón de Ginebra, en Suiza. reconoce el derecho de las mujeres a votar; la Corte Suprema de los Estados Unidos declara ilegal la segregación en el transporte público. Es también el año en que Theodore Harold Maiman produce el primer rayo laser, el año en que comienzan Los Beatles y Harper Lee publica su novela To Kill a Mockingbird. En Nicaragua, León Pallais Godoy, S. I. anda soñando con una universidad privada dirigida por la Compañía de Jesús, sueño que será realidad pocos meses después con el nombre de Universidad Centroamericana.

En 1964 seguían los vientos integradores. La joven Universidad Centroamericana siente orgullo de su nombre, el abanderado empresarial salvadoreño Francisco De Sola guía hacia el establecimiento de una escuela de empresarios en Centroamérica que llegará a llamarse INCAE. Joaquín Zavala Urtecho mira a Centroamérica y quiere que su revista sirva a Centroamérica: en julio de ese año, con el número 46, su revista comenzó a llamarse Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano.

Para Joaquín Zavala debió haber sido “natural” pensar en Centroamérica porque desde niño había estudiado en el colegio de los jesuitas, en Granada, el Colegio Centroamérica; también debió ser “natural” para León Pallais Godoy, S. I. llamar centroamericana a su universidad, porque él también había estudiado, de niño y joven, en el Colegio Centroamérica de Granada. También Enrique Bolaños Geyer estudió en el Colegio Centroamérica de Granada, él y sus hermanos; ahora, como ex-presidente de Nicaragua, en gesto de suprema transparencia, está poniendo su biblioteca presidencial en internet; ¡la está abriendo al mundo!; como “compañía” de su biblioteca, está poniendo las obras nicaragüenses que él considera han sido contribuciones al mundo; doble gesto que hace patente que para él también es “natural” pensar en lo universal. Yo también estudié en ese colegio y aprendí el sentido universal del hombre. Hace muchos años, en versos escritos en Granada, en Jalteva —“de noche sin luz”— un poeta “español y nicaragüense”, Angel Martínez Baigorri, nos dijo:



    “Cuando hacia el lago mirabas,
    Soñando en el mar cercano,
    Te daba el sol en la cara”


Con el nombre Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano llegó esta publicación a su número 134 de noviembre de 1971, último publicado en vida de su fundador. En el número siguiente, a cargo yo ya de la revista, escribí en la nota editorial: “Don Joaquín Zavala Urtecho entregó a los hombres —y en los hombres a Dios— un esfuerzo con mucho de volcánico que levantó en nuestro horizonte cultural una gran biblioteca de lo nicaragüense y lo centroamericano. Cualquiera que pretenda estudiar lo que fuimos y somos, no puede ya prescindir de esa enciclopedia entregada en mensualidades”.

La revista siguió 23 años más. Las hice trimestral y le simplifiqué el nombre, Revista del Pensamiento Centroamericano. Durante el primer gobierno sandinista fue muy difícil imprimirla por la escasez de papel, de tinta y de cuanto hace falta para imprimir cualquier cosa; difícil, pero el gobierno no me impedía hacerlo; en cambio, me impedía distribuirla atemorizando a los que se atrevían a difundirla o venderla, exceptuando al Ejército Popular Sandinista y al Ministerio de Cultura quienes me compraban colecciones enteras para obsequiarlas a visitantes importantes como muestra de la calidad intelectual alcanzada por la revolución. Sin embargo, a finales de 1985, los gobernantes decidieron exigir que la revista fuese sometida a censura. Puesto que una revista de pensamiento no puede ser censurada sin dejar de ser pensamiento, comencé a imprimirla en Costa Rica como publicación de la casa editorial Libro Libre. Lo que pretendí por años con la revista en Nicaragua era exactamente igual a lo que pretendía con los libros de Libro Libre en Costa Rica: ayudar a que los hombres conviviesen como hombres y no como bestias.

Al terminar esta presentación de lo que fue la revista que comenzó llamándose Revista Conservadora, doy la bienvenida a otra revista de pensamiento, no física sino digital: Temas Nicaragüenses. Ya es una revista muy importante. Su fundador y director, conciudadano y amigo, José Mejía Lacayo, quiere continuar la obra que comenzó Joaquín Zavala Urtecho. También él estudió en el Colegio Centroamérica de los jesuita en Granada. También a él le “daba el sol en la cara”.



Xavier Zavala Cuadra