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Dos~,~as sí son esenciales: La primera, que los hombres tengan en todo tiempo la mll libertad" par~ que todo lo experimenten, y pueda así su conciencia, su instinto natll su ra~, .., su sentido de responsabilidad, oh Minerva, determinar conforme su sab ría, lo que han de hacer y lo que no han de hacer, lo que han de desear y lo que no hal querer en cualquier momento dado. Y segunda, que el gobierno s~a renejo lo más ex¡ posible de lo que los gobernados quieren, con autoridad de los gobernados deriv

y dejemos en paz el insistir en que mediante esta o a4uella forma de gobierno in~

biable, fija, petrificada, se ~stablecerá la paz, reinará la justicia, se mantendrá ej den, se conseguirá la gloria;''''fluirá la abundancia o se tocarán las canciones desn" con las manos. La función única del'bllen gobierno es acatar la voluntad de los gobe! dos, sin forzarla, dejjndolos en libertad para que esa voluntad, que es nuída, se d! rrolle y cambié conflrmeJ cambian las circunstancias y c.'lmbia la sabiduría de los ~

bres. Y se pod.... ~t .. acer a los hombres prudentes, facilitándoles el saber que e más alta funciÓJi~ .... ? gobierno y el mejor don que puede otorgarse a los morfi

(llustl'e ,,.~ilia, Liliro, IV, p. J48 -: Salomón de la .~elva).

Hermoso es mirar dentro del corazón de los reyes cuando son consagrados y empi el poder. Arden allí con luminosa llama los propósitos de dedicación y sacrificio. el bien de los pueblos no hay peligro que no estén dispuestos a arrostrar, ni pena q~

huyan por grande que ésta sea. Ni IJ~r partan jamás de ésto los grandes reyes, a Clui: Júpiter mismo I!~»,¡I de valentía d~': '. les aliento, mayor q~e .el de los demás mortales ra soportar el grave peso de golJ@ '.1', que es carga cotidiana. Pero una sola cosa truye todo esJ.e,;,orden y hace flaq~~lit a los más fuertes: El temor de perder el p empuñado. Entonces los que rigel\~pueblos de hombres se desentienden de las t¡ de gobierno, de que las leyes tengan efectividad y su aplicación vaya encauzada vías ~e justicia, de que el esfuer2':o común se enderece para satisfacer las comune cesidades, y, en fin, de que con previsión acertada se atienda a lo que puede sobrev así la carestía y la escasez como las'excesivas cosechas con que Deméter engaña, mortales a quienes el hambre acosará otro año si no hacen acopio de la abundanci presente. (lfustl'e '(lmilia • LibI'o J p. 29 - Salomón de la Selva).