This is a SEO version of RC_1967_09_10_N84_85. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Imaginaos, un canal, pero DO un canal nacional ni internacional sino un ca~al puramente imagina M rio y entonces veráis cómo en la tierra abierta iba a cesar de crecer el trigo, como ibais a dejar de re– coger frutas y cereales, y vuestro ganado, sI es qne sobreviviere el ganado, Cómo flaco de olvido morir en los hatos desolados.
Aceptada la rotunda hazaña de Enmanuel Mon– galo, cabría preguntarse dónde este endeble maestro de escuela primaria absorvió tantas fuerzas comO para figurar al lado de los más aguerridos patricios. Priva en el ánimo de todos los pueblos, y el ejerci– cio militar lo comprueba, que sólo son capaces de estas grandes determinaciones aquellos hombres que por sU naturaleza o fuerza, acometen sin temeri–
dad.
Pero he aquí que haciendo un estudio conscien– te del valor, del civismo personal y descartado des– de luego al héroe de Carlyle, convendríamos, y es– trictamente por veta castellana, que nosotros hijos de peninsulares y fundamentalmente quijotescos, tengamos del valor un concepto más intelectual que biológico, de improvisación inmediata, duro, enteco, pero de grandes realizaciones hUmanas. León Fe–
lipe, sentencia con acierto, y refiriéndose especial– mente a Don Quijote, que la justicia se gana no sin la ostentación material, sino con "una lanza rota y con UDa visera de papel".
Salomón de la Selva ratifica magistralmente es– ta opinión asegurando que Prometeo, mediano de cuerpo, alcanza gran estatura por la luz que irra– diaba su mano libertaria, por el enorme fulgor que orIaba su figura. Así, en nuestro abono citaríamos también casos, aún fuera de nuestra raza, como el de Abraham Lincoln, cuya oración de Gettysburgh y no sus grandes hazañas
t
nos da la impresión de un hombre entero, seco, quijotesco, como la de Jesús orando de amor en el Monte de los Olivos.
Enmanuel Mongalo es de esta estirpe. Su va~
lar cívico es esencialmente intelectual, logrado en el aula en contacto con la niñez, (con la ternura, es. decir) su estirpe, es sentimental, sin queréis como la del Padre Hidalgo, enjunto entre sus hábitos, pálido de tanto pensar; esmirriado como José Mar–
tí, desorbitado de tanto meditar.
Ya podéis imaginar la fuerza material de En~
manuel Mongalo, acostumbrado a repintar guaris.– mos sobre las pizarras; hábil en trenzar síla'bas, pa~
labras, oraciones; magistral en señalar intrincados afluentes sobre el mapa. Su fusil, fue el metro pa" ra enseñar decimales; su parapeto, la ilustre cáte~
dra, sutil a cualquier golpe; su almohadilla la me.. tralla; la tiza, el proyectil. No practicó nunca la equitación COmo los generales de abolengo, porque ignoraba la aventura de sobresalir mañana en me.. dio de una plaza pública de Nicaragua.
Su estirpe, digo, fue clara y sencilla como la de cualquier héroe nacido al amparo de la medita.. ción.
(76)
Por eso, se hace muy bien en celebrar esta gloM riosa fecha, encongregar a todos -los niños como en ronda familiar, para mostrarles sin pretensiones pro– tocolarias, las valores morales de un pueblo que busca ansiosamente su claro destino;
De esto viven los pueblos, y cuando la historia en su devenir ha regateado estos valores, buscan entonces estos pueblos para asegurar su futuro, una base mística y mítica tal como lo hicieron allá, los antiguos gestores de la Cultura Griega y Romana. De esto viven los pueblos, por ésto progresan, y si no fuera así, ¿para qué entonces tantas luchas cí– vicas, para qué tanta sangre fraterna derramada, para qué inmolar tantas vidas, levantar tantos pe– destales, destinar tantas celebraciones, tantos desfí~
les, escolares? ¿Por qué entonces la consagració,", de Máximo Jerez, la admiración a Miguel Larrey– naga, la pleitesía a Rafaela Herrera, Castro, Mon– galo, Cabezas, y Estrada? ¿Por qué el aplauso sin fin para Benjamín Zeledón?
Hombres y mujeres del pueblo de Nicaragua, la figura inmortal de Enmanuel Mongalo no debe apa– recer solamente en las estampillas, cama único tri– buto nacional y que sólo el filatelista admira. Su nombre no debe ser sólo raíz, fuente, -sólida base de fundación de la Escuela de Ciencias de la Edu– cación. Ya es tiempo que levantéis en su honor un monumento que materialice su hazaña conmove– dora; un obelisco para que lo identifique el aire na– cional; una muralla que sirva de tope para los de– sesperados, de resguardo a los perseguidos. Haced– le un monumento, y no muy elevado para que los niños de todas las edades y de todas las clases so– ciales puedan admirarlo, tocarlo, acariciarlo. Noso– tros alumnos y plofesores del Ramírize Goyena, allá en el Norte -pues hacia el llorte pegó su brazo_ levantamos un monumento al soldado Andrés Cas– tro. El monUmento es media*o, de piedra dura y semidesnudo. Un indio más, un ídolo más sobre el pétreo cordón de América, un guardián más, que como las estatuas griegas, COll sus ojos bien abier– tos vigilan nuestros pasos sin hablar.
Vosotros jóvenes estudiantes para resguardar el sur, para proteger nuestra frontera, para velar nues– tra integridad nacional, debéis de levantarle un mOM numento a Mangalo, y de piedra dura, elemento clá– sico en la escultura precolombina. Hacedle un mo– numento y si sospecháis que el canal imaginario puede mañana ser un canal real, -nacional o inter~
nacional- hacedle entonces arranques fuertes y pro– fundos, para que resista el empuje de las precipi– tadas aguas que buscan otro mar.
Ponedle entre la mano una antorcha de vivisi ma llama para vencer el gran Maratón de la Liber– tad; para que los niños de Nicaragua, en olímpica natación de relevo, saliendo sobre el río San Juan, nadando contra la corriente, partiendo del fuego de Bafaela Herrera, y pasando por el Concepción, pue– dan con músculos y ojos fatigados, divisar desde lejos, en la costa de Rivas, la llamarada, que anun~
cia la entera Libertad, la llamarada que anuncia la
Libertad final.
This is a SEO version of RC_1967_09_10_N84_85. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »