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« Previous Page Table of Contents Next Page »cia la frontera de Costa Rica. La <1cción d~ Madregil fuá en verdad un verdadero acto de patriotismo, se... parándose a tiempo de aquel funesto filibustero que tan grandes y profundos males había de causar a Ni– caragua.
La carga de los filibusteros fué e"pl...ndida: pero la resistencia de los nuestros fué heroica, a <::xtremo de obLigar al enemigo a detenerse y no dar un paso
más, así como un hombre que corre y se detienel aJ.
llegar a un precipicio que encuentra en su camino. Ignorantes de lo qu9 ocurría. a sentarnos a la mesa con el padre Delgado y el coronel Argüello íba· ·mo.s e~. (:a~a de éste.. Guando oímos las descargas de Marenco y los fnibusteros de Occidente. y sin demo... ra montamos en nuestras eabalgaduras que estaban listas y itos encaminamos hacia la línea de fuego. en donde el coronel Argü~llo se puso a la cabe~a de ·la tropa que enconiló para detener a los asaltanles, lo
cual consiguió, pero a costa de su vida que Se le es., capó cayendo atravesado por una bala filibustera. De... ·' tenidos los americanos en su empeñó dg llegar a la plaza, apareció procedente de San Juan del Sur el coronel Manuel Argüel1o.. quien atacando can vigor al enemigo lo obligó a refugiarse en la casa de ado– bes de don Máximo Espinosa y en la ca~a de don Pe· dro Cubero, separadas por la calle. Desde esas casas nos hicieron gran daño los filibusteros, pues con cal– ma pODían en p ..... áctica su mOl'tífera punte"ía, tan te– rrible, que un señor RosaJ~s que hacía fuego sobre la casa que ocupaban, por una claraboya que había en una pared vieja, fué espiado por el filibustero. y al momento de disparar Rosales su arma por la clarabo– ya. el amerigano metió por ella 'Su bala matando a Ro.
sa~es en el momento de retirar su arma. Salvador Cabe-za'J hacía fuego tras un co'rpulento á"bol de ta– marindo, y luego que cargaba su fusil salía un mo· me.nto al claro para dispararlo: el filibustero Jo obs9r. va, y al disparar Cabezas, recibe una be.la qUe JI .... de'S– lr.o%a: los dedos de la man.o izquierda con que soste... nía el arma y le atraviesa el cuerpo de la regíón
s1.1b~clavicular del'echa, donde apoyaba la culata, de modo qUe por diferencia d~ unas Jíneas el' filibusfet'o no estaba el fusil del guerrillero patriota. Estos dos casos tUvieron éfecto a bastante distancia enlre los eOJ'!lbatien:t.es.
En donde está ahora la casa de d.on Evaristo Ca· raso.. había entonces W1a galera perteneciente a don Pancho Monte. All!í en casa colocamos a Cabezas so– bre una cama, y el doctor Bustos qUe era el cirujano le hizo la primera curación: pero estaba tan nervioso que al sondearle la herida del hombro dió can la son... da con el cuero de la cama, porque Cabezas había si ... do atravesado por la bal'a. y exclamó el doctor: ¡aquí está la balal y ~ra el cuero: pero entendido del error,
lo curó colivenientemente.
Walker dice en su guerra de Nicaragua que con– taba en sus filas con jefes superiore's: a una hueste d1 hombres comunes. Esta convicción de superioridad y la defensa que le proporcionaba ]a casa en que él es...
taba, aumentaba su ténacidad en la residencia: mien· :tras que' los nuestros, faItos de elementos para des– truir fortificaciones, se veían en situación dificilísma _para desalojar-los.. y entonces fué cuando el coronel Bosque tuvo la feliz, pero peligrosa idea de ponerle
fuego a la casa.. y al efecto buscó. entre la tropa.. un voluntario que quisiera exponer su vida en tanarries~
gada comisión. El patriota' Enmanuel Mongalo ()ye la propuesta del jefe.. y comprendiendo el alcance del pensamiento, COrre presuroso a ponerse a su orden
y un momento después la: caSa ardía, o'bligando a Wal– ker a desocuparla. En e~ momento de comunicar la orden de desocupar la casa.. solamente contaba Wal~
ker cOn 35 hombres aptos para combatir; los demás estaban muertos o heridos,· de los cuales los que po. dían caminar Se prepararon para la huída, y ya lis–
tos se lanzaron fuera de la caSa COmo fieras acosadas por los cazadores, tomando por d~ntro de las ha,cien– das con dirección a San Jorge en busca del camino de la Virgen para llegar all del Tránsito y encaminarSe hacia SaJ,t Juan del Sur.. ~ donde con paso lento y arrastrando los rifles llegaron a las 6 de la tarde del
30 de junio.
Pero a pesar de tanta serenidad y denuedo de parte de los je;fes, hemos de hacer constal' con pena. que Se desperdició la más preciosa ocasi6n que la Pro~
videncia nos puso en 18- mano para acabar co~ Wal· ker, pues no hizo el málS: pequeño esfuerzo ·para perse~
guido a raíz de su derrota. . Sin embargo. en la noche del mismo 29 hubo una reunión de jefes y oficiales en la cual se hizo alusió~
a la falta de no haber perseguido al ene1tligo~ -Y fué entonces cuando don Evaristo Carazo ,pidió 25 hOJl1.
bres para ponerse en el acto en su, persecución. yapa,. yando a don Evaristo el! padre Delgado ofreció acom– pañado en la expedición.
Los filibusteros, guiados por un tint-erillo de San
Jorge, de apeIIido. Mayorga. llegaron a una finca en· tre Rivas y la Virgen, en donde pasaron el resto de la noche.
Los americanos, extenuados por tanta fatiga, de·
rrotados por ~os nicaragüenses, perdida la creencia que tenían, de que.. eran invencib:les.. con muy poco parqUe en sus cartuchS'l'as y sÍtúados- en un terreno completamente- desconoeido para ellos, estaban en una situación difícil para poder sostener un ataque. de modo que examinadas lar anteriores consideraciones. no es ilógico sostener qUe fué un grave -error el no ha~
ber dado a don Evarisio los 25 hombres que pidió p~
ra p~rseguir a Walker. y que 'Su completo aniquila. miento, 10 repetimos ahora.. porque ya 1:0 hemos di~
cho, era tan seguro COmo el resultado de una opera– ción matemática.
Las bajas de Walker fueron entre muertos y he· rirlos 20 hombres. Nosotros tuvimos unos 30 entre he· ridos y muertos. aunque Walker dicel que 60. contán... dose entre estos últimos el coronel Estanislao ArSüe· 1'0, el capitán Salvador Guerrero. ell ten,enfe llamado PataleJa y el joven patriota Francisco ÉJizondo. \ Con esta sangre preciosa derramada por la liber– tad de la patria, se selló el duelo a muerte que Se Les declat'ó a los filibusteros.
Para terminar 'exponemos: que deper y muy grato es para nosotros dedicar estos re,cuerdos a la memoria de los valientes que perecieron en la acción, asegu· rándoles que mie,ntras exis:tan corazones agra1eCidos. no Se marchitarán los laureles que la Historia tiene depositados sobre sus tumbas.
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