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~l volcÓn de Mosaya=Nindirl c. 66Ó m. era MUY

activo en tiempo de la conquista y poco antes había

habido una erupci6n muy fuerte explosiva IAndagoya)

Ademá~ existía un lago de lava flúida en el crátel arien·

tal, el cual en 1529 ya no era visible, pero se mantuvo

todavía en Iq hondura, porqve se refirió que el humo

ascendiente de aquel cróter relumbraba de noche, es de·

cir fué iluminado por la lavo d~ abajo En el cráter

occidental había un cláter muy plofundo (217 m), en

el cual existía un pozo con un pequeño lago de lava

El nivel cambió mucl)o y a veces llegó hasta la margen, dejando derramarse 'un poco de la lava en el fondo

del gran cráter Como se creyó en aquella época, que

este fluido contenía oro, el atrevido Fray Bias del Casti– llo con sus compañeros hizo dos bajadas al cráter y has– ta recogió muestras de la lavo fluida del pozo (1538)

Los fenómenos, que se observaron en la lava fluido, eron Jos mismos que observamos ahora en el Kilauea en la isla Hawai

No sabemos, si esta lava fluida existía en

el cráter hasta 1570, ni tenemos noticias seguras de Iq

que posó después Es muy dudoso, que haya tenido lugar eh 1570 una erupción, de que hablan Privot-Des–

chanelles et Focillon Squier menciona una erupción del

año de 1670, que produjo la gran corriente de lava,

cuyo término ahora cruza el ferrocarril

OtlO erupción ha tenido lugar en 1772 El 16 de

mClrzo a las 10 1/ 2 am hubo temblores fuertes y al mis– mo tiempo se vió fuego y piedras volantes los tem– blores continuaron y una nube densa y espesa con chis~

pos cubrió el MasayCl; una corriente grcmde de lava se

derfClmó del cráter occidental y llegó hasta el camino de Manclgua A los O días concluyó la erupción. Cuan– do Stephens visitó el cerro el 2 de marzo de 1840, todo era tranquilo Pero el 8 de junio de 1852 el lago de

Masaya arrojó gases, el 29 se oyeron ruidos subterrá– neos y en julio dió el cláter occidental un delrame lige– ro de lava (pela no me elO posible encontrarlo en el

campal El 9 de abril de 1853 empez6 el volcán a

echar nubes de vapor de agua

El 25 de abril de 1858 2 h pm comenzó una se– rie de temblores y retumbos que duró hasta el 11 de

mayo

El 10 de noviembre de 1858 ocurrió una ligera erup–

ción; otra de cenizas (después de un ruido subterráneo

formidable) el 27 de enero de 1859; lo selva de Masate–

pe fué incendiada por las cenizas; otra erupción sucedió

el 27 de marzo de 1859 después de una detonación formidable

Cuando Karl van Seebach subió el cerro el 1B de enero de 1865, todo ero tranquilo y la configuración to– pográfica tal, como la ví el año de 1897 En ese año encontré unos fumarolas (de 68,5·, 76,2' Y 84,2. CIen

el Cerro Pelón, un parásito de la falda septentrional, otras en el intel ior y al NE del cráter occidental

En 1902 el 25 de junio hubo un temblor, enseguida hasta el 6 de julio retumbos El 15 de julio se supo, que el Scmtiago lel pozo oriental del cráter occidental)

haya comenzado a echar humo En seguida fué arro– jado de vez en cuando un poco de ceniza; erupciones

un poc\> más fuertes había ellO Y 11 de enero de 1903

En junio de 1904 ya e);(istía un pequeño cono de ceoi· zas en el fondo del Santiago pero paulatinamente se

colmó el voléán

Desde el 31 de diciembre de 1905 hosto el 5 de

enero próximo afligió una serie de temblores fuertes la

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ciudad de Mesaya y se dijo, que el 2 de enero se abrie_

ron grietas entre el Santiago y el Pelón arrojando humo y ceniza

Existe la noticia, que el 12 de julio de 1913 hubo un temblor y actividad del Santiago Pero no se sabe,

qué fenómenos se han verificado

Cuando el 5 de marzo yo junto con el Señor Don Dionisia MOItínez Sanz y unos amigos alemanes visité

el cráter de Masaya, vimos desde lejos (Enromada) una

el upción considerable del volcán Con mucho ruido se levantaron del cláter enormes nubes de humo denso,

que o una a lturo de unos 500 m sobre la cúspide del

C91 ro fueron llevados por los fuertes vientos aliseos ha. cia él, occiqenfe Al pi eguntar a los vecinos del volcán supe, que tales erupciones ya se verificaron de vez en cuando desqe varios meses y que habían hecho mucho

daño, porque matan las hojas del cafeto y destruyen con el tiempo el alambre espigado

Habiendo subido el cerro ví, ql,le el cróter occiden–

tal del volcán de Ma.aya hClbío sufl ido grandes cam–

bios, especialmente en el pozo oriental, que se llama Santiago. Este se ha engrandecido mucho y de una bo– ca granrlc existente en la pared NE en el fondo salen de vez en cuando con mucho ruido grandes bocanadas

de humo azulejo el cual 01 levantarse unos quinientos meflos ~bbre el pozo se pone espeso y blanco, ploba–

blemente por lo condensación del vapor de aguo que

contiene Considerables masas de arenas y algunas es~

corias muy frescas se hallan depositadas alrededor del

pozo (efectos de las erupciones de los CIñas de 1923 y 241

El volcán Masaya-Nindirí está situado en posición excéntrica dentlo de una circunvalación gigantesca: un

moar de 10 km. de eje mayor en dirección casi EO y 6 de eje menor El último resto del antiguo lago del

moar existe ahora en la margen oriental del mismo: el

lago de Mosaya, cuyo nivel era en 1B98 a 127,7 m so– bre el nivel del mor; su profundidad llega a 88 m En

tiempos posteriores se forrpó el volcán gemelo de Ma–

saya y sus productos han rellenado la mayor pOlte del

moal primitivo El volcán tiene dos conos te/minales vecinos,_ cada uno con un cráter QlOnde El del cono

oriental tiene 600 m de 101 go (EO) Y 450 de ancho, más de 100 m de plofundidad y es de forma de una cal– dero Al Sur, se arima otro c.áter de 120 m. de diá– metro y 60 m de profundidad debajo del punto culmi– natorio Al E se obse, va la parte Sur de un cráter yo

destruido más antiguo

El cráter del cono occidental 'tenía en 1897, 800 m de largo (EO) y 400 de ancho con 550 m de altura El gran cráter del siglo XVI es rellenado en su mayor parte par lo lavo de 1670 o 1772, pera hay todavía las gran,

des terrazas ya mencionadas por Ovied6 unos 20 m.

sobre el actual fondo del cráter Al O Y E hay un pozo hondo .1150 m ?); el pozo del O no se há cambiado no, tablemEmte después de mi visita en 1897; pero el pozo

oriental, el Santiago, encontré en 1924 muy agrandeci· do; el conito de ceniza del año de 1904 ya no existía;

pela en el fondo había ahora uno c;avfdad grande 01

N, de la cual salieron las violentas exhalaciones solfatá· ricas y las erupciones del tiempo actual

Grandes COI rientes de lava se habían derramado

ya antes de la conquista al N y SE, formClndo extensos

campos de lava con superficie muy áspera

El parásito El Pel6n (390 m) tiene una elevación propia de 70 m y un cráter abierto hacia el N_