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la edición y se emitió el de~reto 15. Este de~reto posó

al Congreso, pero varios d!putados I~vontaron su voz,

condenaron la medida del Ejecutivo y el decreto no pa– só Arévalo respetó lo decisión del Congreso Al día

siguiente solía de nuevo "la Hora",

Podría decirse, como lo ha dicho ya un periodista guatemalteco, Rigoberto Bren Azmitia, redactor desge su

fundación, que "La Hora" es Marroquín Rojas y a lo in·

velSO MOIroquín Rojos es "La Hora"

POI lo demós, técnicamente, es una cosa corriente,

sin que contengcl méritos especiales dentro del género periodístico Su director propietario, con pluma ágil y

fecunda, de chispo y gracia indiscutibles, y con estilo suelto y otqwido -a veces desvergonzado----- entretiene a sus lec10185 de todos colores y condiciones porque co– noce y ha sabido explotOl la sicología del pueblo, del que no es excepción Guatemala, que se divierte con el chismonco, los bulos y las alusiones a hechos de natUlol leserva e intimidad

No se muestlo el periodista seleno V equilibrado que tr~ta de orientar a sus lectores, función primordial del editolialisto, sino frecuentemente, el contradictor, el opositOl en todo~ y cada uno de los campos: en el po– lítico, anle todo, V, también en el religioso

Su actitud con la Iglesia Católica, quizá por. ese espil ilu de contradicción que notábamos al principio, es sumamente paradójica Tan pronto la defiende valien– temente en algunos de sus aspectos! como impugna sus dogmas, sus enseñanzas, sus personas, desencadenando,

r.l veces, campañas antirreligiosas V anticatólicas

NACE "EL IMPARCIAL" CON RESTRICCION

El Imparcial nacía la tarde del 1ó de junio de 1922 Era el 1 esultodo de las conversaciones tenidas pqr sus fundadores en el Hotel Iberia, único en la capital, según reza el anuncio del primer número en primera plana de El Imparcial Allí se fueron reuniendo D Alejandro Cór– doba, que había de ser su director hasta su muerte trá– gica, lo.s jóvenes e.ntusiastas César Brañas (Alfonso Al· f(llo) y Carlos Góndara Durón (Rozamukin), Antonio Gón– dora Durón, encargado de la Administración y algunos oh os reporteros

Rafael Muñoz y Salvador Valdés aportaron la pri-mela imprenta El recién nacido contaba sólo con cua· ho páginas, o seis columnas cada uno

las secciones principales se reducían a un glosol iO

t a cargo de Alfonso Alfaro y otra titulada Alrededor del Momento, de Razamukin

(o Sección informativa se abría con la sensacional noticia de los 300 cadáveres que se habían encontlado en11e las víctimas de la inundación de San Salvadol El nuevo diario quería ser combativo, pero nacía bajo el signo de la restricción de garantías y tenía que plegarse a las condiciones del momento histórico Des– pués de repetidos deliberaciones con el Gobierno poro ver de estilar lo mós posible la libertad condicionada de explesi6n, decidió salir a la palestr9 con los siguientes propósitos, consignados c1aram~nte en el promedio de labores,

"Para el gre-mio de periodistas soplan vientos hu· racanados del hldo del ~obierno, y en los últimos di88 todo se ha vuelio confusión y pesadumbre, sobre la mi .. tad de los diarios cayó el entredicho radical en forma

de decreto y se ha tenido el amOld4zamiepto definitivo

de la pIensa

Nuestras conferencias han sido, pOl cierto bien ex

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plícitas; y, después de cstilarlas en todo lo que dan de

sí, hemos formulado las decisiones que nos inclinalon a fundar El Imparqal, como un periódico de independen– cia neta. . - "El Gobierno pide, y ~i es posible exi&,e, que 1~

lnensa mantenga su lenguaje dentr!> de 108 límites que su misión cultural demanda; quier~ que se reconozca a los empleados y funcionarios públicos el derecho de de– fensa que hasta ahora ha sido patrimonio exclusivo de los palticulales; quiere que cuando se ventilen altos in– tereses públicos, se conceda f~cultad de .ilusbm sus pl0– yeetos, tend.encias y finalidades mediante confel encias con el personal directi\'o o redactor de los periódicos, pala que los comentalios y las críticas se levanten so– bre bases firmes; y, por último, desea, terminantemente, que se destierre del IJCriodism9 toda campaña que fo–

mente odios e intranquilidades entre los distintos com– ponentes de la familia guatemalteca. Respetando estos lineamientos, acata la oposición y la censura en todo cuando comprenda su administración, sy. política y su

personal

Hemos nosotros meditado con toda serenidad ~oble

dichos lineamientos Y. aunque se nos moteje de cándi– dos, o de torpes, todavía dentro de ese círculo, conside

w

1 amos factible y eficaz la acción de la prensa indepe~·

diente, en provecho y defensa de los intereses y las li–

bel tades del pueblo.

Mientras tanto nosobos, al analizar el conflicto de

la pIensa, hemos considel ado por lo que a nosotros mis– mos lcspecta, que es más gallardo luchar en un campo– acotado, que cederlo nI avance del Poder ,sin más satisM facción que la de alzal las manos en la sombra".

PRIMERAS INFORMACIONES CABLEGRAFICAS

Para Razamukin "El Imparcial" se iniciaba contra ca"" lumnias y sospechas, pues nadie podía presumir enton– ces que un periódico surgiese por puro profesionalismo y omor a la libertac;l de noticia y comentario Pora Al– fonso Alfaro, erq emprender el viaje, hermosamente En la tercera página de este emotivo primer número apclrece ya la información internacional por cablegrama,

y se do importancia prominente a lo vida sodal en lo cUOlta V última de sus páginas

PORFIRIO BARBA JACOB y OTROS POETAS

Al entrar "El tmparciol" en escena, estaba aún fres– co el recuerdo del derrocamiento de la dictadura de Estrada Cabrera, de.1 movimiento unionista, del régimen de Carlos Herrera, del golpe de estado del General José María Orellana Mandaba el Partido Federalista El forjador de "El Imparcíal" era D Alejandro Cór– dova, que traía las brisas del periodismo modelno, ve– nía fogueado ya como escritor del Diario de Centro Amé– rica y de El Cuarto Poder del que había sido fundador, juntamente con Federíco Hernóndez de León y Alejandro Arenales

En los primeros números "El Imparcial" libró bata– llas por la dignificación de la prensa, por la importan– cia de la noticia y del comentario, por la libertód de

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