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Hoy fuimos al Castillo de Windsor que fue hecho en el siglo X por Guillermo el Conquistador

Este día era día libre y nosotros estamos hacien– do este ToUr por nuestra cuenta, nos costó el tiquete

4 dólores Tuvimos \0 suerté de \legar a tiempo para

ver el cambio de guardia en el patio de Windsor. Fue una ceremonia regia y ahora sí la pudimos ver bien en todos sus detalles, pues quedamos muy cerca Vino una tropa de guardias uniformados con sus chaquetas roías gafonadas en dorado y pantalones negros y en la cabeza grandes morriones de piel de oso y guantes blancos, avanzan haciendo unas ma– niobras militares; se ven imponentes Después l/ego una banda escocesa con trajes típicos escOceses y to– cando las gaitas, hacen ceremonias, y se quedan los que llegaron y se retiran los que estaban antes . Después visitamos el Castillo. i Qué magnificen– cia! Tiene como 30 regias cámaras amuébl<Jdas con ; gran lujo.

dos de suits de lino en colores pastel, se ven más mo– dernas que en París

Londres es uno ciudad hermosísima y enorme Lo elegancia de Jos hombres ingleses es auténti– co Con razón tienen fama desde in ¡Ilo tempore. Pero creo que les ayuda mucho sus buenas figuras que les permite lucir bien lo que se ponen. ¡Y qué trajes más bien llevados! i Si parecen unos maniquíes! Vimos muchos señores con bombin y bQstón, es– pecialmente en la sección donde estón los Bancos Llama también la atención en Londres lci elegan– cia de los policías En primer lugar, son oftísimos y muy bien plantados, vestidos de oscuro y cori guantes blancos

De pasada vimos las tiendas en Londres, me pa– recieron regias, modernas En París los almacenes co– mo Las Gaferías de Fayette y el Printemps y el Louvre son muy hermosos y de un luía suntuoso, algo del siglo pasado, pero bello

Aquí en Londres encuentro que son más modernos los almacenes

. Los jardines en Londres son bellísimos, muy flo-recidos y bien cuidados

La comido es regia y los frutas riquísimas. Tan– to en Londres como en París, la comida nos pareció muy buena, pero en París son mejores los pescodos y aves y aquí en Londres muy buenas las carnes, e~pe-

, cialmente el roastbeef y los jamones y todo ta,", bien servido y tan bien presentado

Encuentro que los Estados Unidos, están muy' por debajo en este respecto; pero en asuntos de baño y de confort higiénico, se llevan la palma los americanos Lo moneda inglesa la encontramos algo compli– cada, pero ya noS desenredarnos bien

La vida aquí es carél como en París, pero allí tu– vimos la ventaja de que al pogar con los cheques del Viajero obteníamos rebajes del 20% y en algunos ca" sos hasta del 40 %. (Esta ventaja sólo lo tuvimos en Francia).

AGOSTO, 18

CASTILLO DE WINDSOR

Hay bellas pinturas de Van-Dyck de Rubens y de otros famoSos pintores.

Tienen enormes alfombras y regias arañas y mue– bles, no hay una idea del lujo que hay allí

De lejos nos enseñaron las habitaciones donde vive la reina actual, Isabel' Dicen que esas habita– ciones son también de gran lujo; pero lujo moderno Las salas antiguas solo las ocupan para ciertas recepciones, para nombrar caballeros u otras dignida– des.

Al salir del Castillo de Windsor, llovía a torren– tes, ya me extrañaba a mí, que en Londres, que. es tan lluvioso, en 3 días nO nos había caído nada de agua.

Temimos que más de alguno se enfermaría con semejante remojada, pero gracias a Dios a nadie le pasó nada

De regreso atravesamos el Puente de Watel loo sobre el río Támesis

Vimos la Catedral de San Pablo que es una copia de la de San Pedro en Roma.

San Pablo y la Abadía de Westminster son ahora Iglesias anglicanas.

Enrique Vil terminó de hacer fa Abadía

Vimos la casa blanco que es donde vive la reina madre y pasamos por el Parque St James

• AGOstO. 18

Salimos en un bus para el aeropuerto poro diri– girnos a Ginebra a las 7 de la noche. Tomamos un avión de la B O.A.C , pero d$sp~és de luchar una hora por quererse levantélr el avióií sin resultado, se dieron pOr vencid0s y nos hicierOn bajar del avión y regresar a lél estaCión del aerópuertO. . Una hora y media des– pués nos llevaron á otro avión de fa misma Compañía B,O.A C y volvirMs a tener la misma dificultad, pero al fin pudo elevarse.

Qué susto pasamos! Todéls con los rosarios én las manos y hábla que ver aquellas c~ras de angustia. El vuelo fue bueno, péro nosotros no descansa– mos hasta que aterrizamos, cerca ya de las doce de la noche, en Ginebra

Cuando llegamos al Hotel Beau Rivage eran-las doce y media de la noche.

Nos esperaban en el Hotel con el comedor abier– to y nos sirvierOn una buena cena caliente. Esta es una prueba de las atenciones a qué es acreedor el via– jero en estos países de Europa

Un clima muy agradable estaba haciendo en Ginebra, algo frío, pero seco y con buen sol En París y en Londres tuvimos hasta calor algunos días El Hotel Beau Rivage, donde estamos hospeda– dos, es muy bonito y está muy bien situado; frente al lago de ,Ginebra, que es el lago más grande de Suiza. Hay en 'Ginebra 1 711 lagos. El comedor del Hotel (¡lieda frente 01 félgo mós grande de. Suizo. Ginebra tiene 300,000 habitantes y el cambio es más o menos como el cambio Francés; aquí son fran–

COs suizos los que c9rren. 9