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La otra no le gusta porque está "aventada" -Quién
la aventó, muchacho? -Mi hermanito don Ambro– sio -Y"cómo aventaste a esta dama, don Ambro– sio?" -"De dormir con vos, Güegüence!").
En otra escena, a pesar de que anteriormente _cuando le convenía- ha dicho que es "un pobre viejo l/en o de dolores y continuas calamidades- el Gtiegüense alardea de mujerero y se l/ama a si mismo _-jugando con las palabras- "tuno sin iünal" para pedirle al Gobernador "un trato y un contrato" con la dama dolÍa Suche Malinche Suche e5 un regionalis–
mo que significa alcahueta Tendrí'a esa significación entonces? En tal caso la escena, un poco oscura, ad– qui/ iría un sentido picaresco y una vez más irrespetuo–
so pOI a la autoridad porque -si el original no está enado-- doiia Suche resulta hija del Gobernador En todo caso no es la primera vez en nuestra historia que la Alcahuetería es hija de la Autoridad !
Pet o el perfil .oicaresco del GLiegLiense adquiere rasgos más definitivamente nicaragüenses cuando ob–
servamos su descendencia El pícaro -viejo expo– nente de la típica e inestable familia nicaragüense fruto del mestizaje- carga con un hijo y un "ente– nado" -Forsico y Ambrosio, a quienes da el título de don (porque yo desde el siglo XVI ningún nicaragüen–
se se sentía de menos oara flevarlo) El "entenado" --es decir, el hijo de otro marido o de otro hombre de
su esposa, constantemente contrapunteo con el Güe– guense quien le l/ama"mala casta" y lo cubre de apo–
dos burlones y en cierta ocasión en que el entenado le contradice y acusa de embustero, el Güegüence suelta el trapo y grita
-''Ve que afrenta de 'muchacho hablador, boca floja! Reviéntale, hijo, la cabeza, pues como no es
hijo mio me desacredita de esa manera
Y el hijo, don Forsico, interviene
-"Quítate de aquí, mala casta! No se espante, Señor Gobernador, en oír a este hablador, pues cuan– do fui con mi padre por la carrera de México y cuando yolvimos ya estaba mi madre encinta de otro, y por esto salió tan mala costal "
El Lazarillo, Guzmán de Alfarache, o La Pfcara Justina no desdeñarían esta escena para antologizarla en su picaresca Pero con el percance del entenado, el GLiegtience nos ha enseñado' burlescamente otro rasgo mós del nicaragüense su índole vagabunda En esa escena ya lo vemos por los caminos de México, en otro parlamento nos relata "cuando yo anduve
por esas tierras adentro, por la carrera de México, por la Veracruz, por la Vera Paz, por Antepeque, arriando mi récua " En otra recuerda cuando "se vio en
aquellos comoos de los Diriomos" En otra habla de
mesoneros, d"e dudades con niñas bellas en los venta– nas (Es el primer anticipo de aquel otro vagabundo qUe escribirá luego "E/ Canto Errante"
"en palanquín y en seda china por el corazón de la China,
en automóvil en Lutecio,
en negra gándola en Venecia sobre la pampa y los /lanas
en los potros americanos . )
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Es el mulero de los machos-rotones de los ma– chos guajaqueños o de Oaxaca, del ma~ho puntero, del macho mohino, del macho moto, el arreador de récuas trashumante y caminero, el buhonero comer– ciante con sus cajonerías de oro, de plato, de hüipíles, de medias, de zapatos, de ropa de Castilla y "cantida– des de hermosuras", el contrabandista de "ropa de contrabando", el' hombr(i.> de muchos oficios -que "hasta en las uñas tiene encajados los oficios" agrega burlón- lo que va con su índole vagabunda. "pues ha sido escultor, carpintero, hacedor de yugos, hasta piloto de alturas "
-"Esos no son oficios de continuo, Güegüence", le advierte el Gobernador al trotamundos Y el en– tenado, descubriendo la otra cara de la moneda del viajero impenitente dice;
-"Válgame Dios, Sei'íor Gobernador Tastuanes! Vergtienza me da contar las cosas de ese Güegüence embustero, pues sólo está esperando que cirre la noche para solir de casa en casa a hurtar lo que hay en las cocinas para paso! él, y su hijo don Forsico!" En las hOlas negras, quizás, el vagabundo habrá robado alguna gallina Pero él no acepta que le pi– dan licencia para ver al Gobernador El es, asegura,
un hombre rico y de consideración -"Válgame Dios, Señor Gobernador Tastuanes -dice el fanfarrón ni– caragüense- por dónde no he andado yo negociando, tratando con gente, obteni.endo crédito y quién me ha pedido licencia?
y como buen nica -poeta y fantaseosa-- ante
la insistencia de la burocrático autoridad que le exije solicitar audiencia, dice este bellísimo pasaje de via– jero'
-"Válgame Dios, señor Gobernador Tastuanes, viniendo yo por una calle derecha me columbró una niño sentada en una ventana de oro, y me dice qué galón el Güegtience! qué bizarro el Gtigüence! aquí tienes bodega, Gúegúence, entra, Gúegúence, siéntate, Güegüence, aqui hay dulce, Güegüence, aquí hay li– món y como yo soy un hombre tan gracejo, salté a
la calle con un cabriolé, que con sus adornos no se distinguía de lo que era, l/en o de plata y oro hasta el suelo, y así una niña me dio licencia, Señor Gobernador Tastuanes!"
¿No está en este lindo poemita en prosa encerra– da toda la alegrfa de la aventura, de la fanfarronada,
y de la vagabul'idia del riicaragLiense?
Quien así habla es el primer personaie de una li–
teratura que luego produjo a Rubén Daría y creado por un pueblo que todavía se hace el sordo al clamor de
ciertas realidades, que todavía se burla hasta de sus desgracias, que todavía es "piloto de alturas" de un
viaje que no termina, y que sigue fanfarrón, malha– blado y picaresco con su "cajonería de oro, su cajo– nería de plata" su cabriolé, su hijo, su entenado . Güegtience', en la antigua y noble lengua nahualt, significa "el viejo" Es el viejo nicaragüense Qui– zás el eterno nicaragüense burlador de sí mismo
PABLO ANTONIO CUADRA
(,UI>(tulo del libro en prensn: "EL NICARAGtlENSE")
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