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"Entre los aliados --nos decía en Washington Mr Livy Lewis, quien peleó 01 lado de Walker-, los guatemaltecos siempre dieron muestras de disciplina y valor En los muchos encuentros que tuvimos CQn ellos en Me, saya y Granada, mostraron cierto fatalismo oriental que les hacía indiferen– tes a los fatigas, a los peligros yola muerte En una ocasión -en mi ca·

rácter de parlamentario-- fui enviado por el General Walker a fin de arre· glar los términos de un canje de prisioneros, y esto me proporcionó la ocasión de sostener una larga conferencia con el General lava la, en el pueblo de Diriomo Hablabo el inglés con muchísima corrección, y en nuestra hora y medio de plática, pude formar juicio sobre su complexión moral Ero un eterno joker, y con sus chungas y bromos suavizaba los horas de pesadum– bre del campamento Agudo y vivo de genio en sus rápidas respuestos y en sus chascarrillos -parecidos a los de lineal o- mostraba la gracia espa– ñola, qlgunas veces picante y mordaz Fácilmente llegamos a un acuerdo respecto del canje propuesto, después, mi charla con aquel jefe, se deshi– zo en diálogo cordial y ameno Al despedirme, díjome -¿El General Walker fumo?

-¿El General Walker juega?

-Nunca le hemos conocido vicio alguno ¿Por qué me hace usted esas interrogaciones, General lavala?

-Es que de toles premisas soco esta conclusión él, si no empina el codo, ni fuma, ni tiene devoción a Baca y o Venus, es claro que le:> único que desea es la sensualidad del poder, y por eso un hombre de la cultura de su jefe, sin otra pasión, se ha convertido en filibustero Teniente Lewis, dis– culpe mi franqueza, pero yo siempre he desconfiado de los hombres que no rinden algún homenaje a los vicios

Al llegar a Granada referí' al General Walker las palabras del loco la–

vala -pues sus propios omigos así le lIamqban- y pude observar cierta sonrisa irónica dibujado en su cara de esfinge

En los tiempos posteriores -añadía Lewis- confirmé mis juicios sobre la oficialidad guatemalteca los más humildes unían a su fortaleza de ánimo una modalidad cortés y caballeresco Mostraban dones de buena crianza y formas gentiles, sobre todo entre los oficiales de cultura que cayeron en nuestras manos en calidad de prisioneros

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