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celebrar la preces/en La cencwrencia alcanzó a más de dos mil personas, las calles adornadas

y la población fOlmada en una y atta acera Quedó fundada como una institución de declDlara– ción anual de fe por parte de la ciudad de Granada Se ha visio cómo ha crecido esa protesta– ción y cómo ha sido imitada pOI otras ciudades alcanzando máximo esplendor en la Capital de la República

Tal vez pocos saben que es la oblO insigne del Reverendo Padre Rossi A mi me hacia

el efecto de que era algo así como San Pablo, bajo de cuerpo, máximo en la energía de su cOla–

zón, y con un optimismo fundado en los plOmesas de Nuestro Señor Jesucristo como el del Após– tol de los gentes

Fundó un periódico llamado La Acción Católica h¡vo gran éxito Yo fui su colaborador

obligado Es un episodio grato de mi vida Estaba entonces muy joven, mi cuñada Mm garita

Cardenal, que había regresado de los Estados Unidos y que era expelta en el teclado de la má–

quina de escribit El Padle Rossi llegaba donde ella y le decía -Necesito un editorial con estos y estos pensamientos Ella me llamaba a mí y yo le dictaba el editol ial y otros sueltos que el

Padre Rossi insinuaba Fuimos secretarios ella y yo de aquella empresa que produjo efectos plau– sibles en cuanto a la preparación religiosa de la ciudad de GI anada,

El Padle Rossi reglesó o México cuando cesó lo persecución leligiosa Llegó a la extrema ancianidad de noventa años Vivia en la ciudad de Puebla y también nunca olvidaba a Nica-ragua Murió hace dos años Cuando ya estaba muy anciano y vino a Nicaragua el Obispo de México, que se hospedó en la casa de doña Isabel de Cardenal, nos contaba que él nos conocia a todos nosotros por relaciones que respecto a nuestras personalidades le había hecho el Padre

Rossi Desearía cantot la gloria de estos sujetos que realizaron obla trascendental para nuestra

cultura, y pedirles que siempre insistan por sus méritos ante Dios impulsando su obra en sus nue–

vas actividades universitarias

E

YN el año 1917 y ] 918 tuve ocasión de cultivar mis relaciones con el Gral Luis Mena Me dedicaba a la administración de una finca en la costa del lago, respaldo de Jica humedad de una hacienda que en compañía con mi hermano Dionisia poseia en la llanura húme– da que fue el latifundio histórico de la familia Sacasa, llamada Talistagua El GIOI Luis Mena poseía otra de igual consistencia a las orillas del río Poneloya Con frecuencia viajábamos juntos sobre la casta del Gran Lago En una de esas caminaias fue cuando ocurrió la conversación en

que el Gral Mena se descargaba de la culpa de la guena Cabalgábamos apDleados y adelante montado en una yeguita andariega iba mi hijo Pablo Antonio, niño de seis afios de edad El Gral Mena le preguntó Cuándo fue que naciste Pablito? Pablo Antonio contestó Ya naci, cuando

fa guerra de Meno Entonces e/ General con su acostumbrada malicia le dijo Mira Pablito, dile

a tu papá que te enseñe bien la historia de Nicaragua para que diga la guerra a Mena

En comentarios sobre el incidente, pasamos el tiempo del resto de la jamada paca más a menos de hora y media Nas pusimos muchas veces de acuerdo, parque en realidad de verdad iodos pusimos mana culpable en la rtiptura de la paz en el Partida Conservador Allí adquil í lo convicción de que el Gral Mena era profundamente conservador, tomando el partido en el sen– tido de ideales par su programa y en el sentida de su historia actuando sobre la historia general de la patria

Pues bien un dío de tantos se me apareció el Glal Mena en mi casa de habitación lle– vando a su hija Eduardo que ncnh"ba dc rcgtesm de las Estados Unidos en dande se hahiu pIe

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