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picoteó su cadáver, puso en su boca lo que se le anfojó decir, e hizo la apología del ex– linio poniendo de relieve como uno de sus m.ejores lliulos a la consideración pública y al respeto de la posteridad, 10 que había sido uno de sus fracasos políticos: la expulsión de la Compañia de Jesús

El periódico "La Esrrella'·. que redactaba en Granada el docior Carlos A García sa atre– vió a penetrar en el sagrado de la concien– cia para hacer revelaciones sensacionales Al referirse al esfado de salud del General Zavala, un día antes de su muerte, relataba que el ilusire enfenno se sentía con el ánimo tranquilo porque su confesor. el Presbítero Ramón Ignacio Matus, Cura de la ciudad, le había oído en penifencia y hacía aparecer a éste como inficiante del secreto de la confe– sión El Padre Matus, que no se dejaba sen– tar moscas dio a la mendáz afirmación del citado periodicucho, la siguiente enérgica desmentidal

HABLA EL PRESBITERO MATUS

Granada, 30 de Noviembre de 1906

Señor Redador de "El Comercio"

MANAGUA

Muy estimado señor mío:

En el número 2 263 de "La Estrella" co– rrespondiente al 29 de este mes, se dice lo siguiente:

"CONFESION DE PARTE

Cuenta la crónica social que antenoche se confesó el General Zavala y que ayer ama– neció muy contento y con el 8spirifu confor– tado porque su confesor lo absolvió de toda culpa ,inclusive la expulsión de los jesuilas, que fue siempre su pesadilla y él consideraba corno un pecado imperdonable"

"Parece que el Padre Mafus increpó cris– tianamenie al General por su condueia en este asumo; pero pronto se dio por satisfecho cuando supo por la propia boca del ex-Presi– dente que la expulsión de los hijos de Loyola obedecló a orden tenninante del General J us– io Rufino Barrios quien lo amenazaba con la guerra y con quitarle la Presidencia si no la cumplía inmediaiamente"

El úUimo párrafo trascrilo que empieza con la afirmación vacilante del verbo parece y a continuación pasa a afirmar con certeza, me presenta a mí corno violador del sigilo sa– cramental

Siempre que se me ha atacado por la pren– sa he acostumbrado callar, pero en el caso presente es deber mío imperioso hablar Así, pues, manifiesto y declaro en presencia de Dios y de la Iglesia que yo no he referido a nadie ni la más leve palabra de lo que con9– iituye la confesi6n sacramental del General Zevala, e invifo a las personas sensaias de GJ-anada a que a veriguen por cuántos me– dios puedan y estén a su alcance si yo he dicho a alguien 10 que la gacetilla de "La Estrella" me aJribuye en el párrafo aludido

y pone en mi boca

y promeJo a Dios, y prometo a mí mislT\o y a esta culta sociedad de Granada, que si tal averiguan, desocupo en el acto esía pa– rroquia, y abandono para siempre el augusto ministerio sacerdotal, y rne voy a sepultar a un mon*e corno el ser más vil e infame

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Es duro para mí el caso presente: en vir !ud del si9i1o sa~erdoial no puedo ni deci; que son Clerias nI que son falsas esas Pala bres que "La Estrella" pone en boca de él– en esíos momentos difunto General Zavalá

1 q e p d I Sólo sí vuelvo a repetir una V"e

más por todas que es falso, falslSirno, que y~

haya dicho a alguno ni una sola palabra de lo que constituye la confesión del General Zavala

RAMON IGNACIO MATUS

(Tomado de "El Comclcio", dc Managua, No. 2947 cOlles!londiente al maltes 4 de Diciemble de 1906)

AFIRMACIONES CONTRADICTORlllS

(Tomamos de "El Comelcio'\ de Managua¡ No 2951, cOllespondientc 0.1 sábado 8 de Diciemble de 1906, el siguiente suelto infolmativo):

"PALABRAS DE UN MORIBUNDO"

"El doctor Luciano Gómez, que siempre cul– tivó con el General Zavala las mejores rela_ ciones, nos ha manifestado lo siguiente: Quince días ITlás o rnenos antes de morir el

General Zavala estuve a visifarle. Entre otras cosas me declaró que el hecho de que en su vida se hallaba más orgulloso era la expul– sión de los jesuilas, que si se hubieran repe~

±ido las circunstancias que dieron lugar a de– creiar esa medida, estando en su mano ha– cerlo, los habria expulsado todas las veces posibles porque ese paso lo consideraba co~

mo primordial medida progresista Agregó el General que se sentía morir y que pronto vería el público su juicio acerca de los hom~

bres que figuraron con él en la administra– ción de los negocios del Estado. lo mismo que de los hombres de la hora presente en cuanto se relaciona con el desenvolvimiento del país La opinión pública dirá -conclu– yó el General- si mi juicio es o no el eco de una con~iencia honrada e imparcial. que no espera ya nada de la tierra"

"El relato del doctor Luciano Gómez -ter– mina diciendo "El Comercio"- aclara y con– firma puntos que ha discutido la prensa del país relativos al difumo pafric:io granadino"

NUESTRO COMENTARIO DE TODO LO ANTERIORMENTE EXPUESTO

Lo aseverado por el docior Luciano Gómez que fue uno de los más adictos partidarios del General Zavala, y de los simpatizadores más entusiastas de su política progresista, está en contradicción con otras afinnaciones de personas muy allegadas también al Ge~

neral Zavala y en quienes él depositaba toda confianza como lo era don José Miguel Gó· mez, prominente conservador de Granada. que sostienen iodo lo contrario.

Heferla Don José Miguel haber oído expre– sarse más de una vez al General Zavala en ténninos que dejaban ver la profunda amar· gura que embargaba su alma cuando se re– cordaba el hecho de la eX,Imlsión y esta eS– pecie es más digna de credito por la circuns– tancia de haber aceptado el General Zaval a los auxilios divinos de la Religión a la hora de su muerle, los que no hubiera podido re– cibir sin estar animado del dolor de corazón y del propósito de la enmienda, condiciones indispensables :para que surta efectos el sa– ludable y misencordioso sacramento del per– d6n.