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Todos los tres miembros de la Comisión Mixta sentimos tristeza por aquella pifia del emi– nente abogado, porque todos tres, teníamos simpatía por el sufrimiento cruel, por los grandes perjuicios sufridos por el señor Abaunza.

En uno de los capítulos del escrito de reclamo presentado por don Benjamín, refería que le había quitado un lote de ganado escogido, que tenía en una finca explotándola en lechería. Todas vacas selectas que le producian en conjunto cuando menos un galón por vaca cada día. Contaba don Benjamín, que ese lote fue subastado por el Gobierno y comprado por el honora– ble caballero don Pablo Hurtado, quien declaró que en verdad él había asistido a una subasta de ese lote de ganado y venciendo competencias los había pagado a razón de treinticinco cór– dabas la vaca

Tuve inmediatamente la impresión, que aquella subasta le daba un carácter especial al perjuicio sufrido por don Benjamín Abaunza. La Comisión Mixta, al dictar sus, reglas IJObio señalado el valor de ocho córdobas por cada res, quitada por las fuerzas del Gobierno y destaza– da para el consumo de la tropa

':Ea Sentencia ele la eOmi6ió/Il:, CJr:.ixta ele c.f2eclamacione<t

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L discutir el caso senté ante mis colegas la tesis de que allí no eron reses suministradas paro el consumo de la tropa, sino una contribución forzosa pagada en dinero efectívo Discutimos largamente el caso, mis compañeros vacilaban por falta de antecedentes en

los innumerables textos que sobre la materia teníamos a la mano en la Comisión Mixta Se

suspendió Id sesión paro meditar la materia

El día siguiente el Presidente de la Comisión, me dijo que escribiera mi razonamiento del caso paro estudiarlo, porque le había impresionado bastante Razoné mi opinión. Volvimos o discutir y al final por unanimidad lo Comisión aceptó la tesis que favorecía a don Benjamín Abaunza y fuí encargado de redactor la sentent:ia.

Lo hice con sumo cuidado, y corregido mi documento esmeradamente por mis compa– ñeros de la Comisión fue puesta en firme la sentencia declarando que don Benjamín Abaunza había sufrido lo exacción en dinero efectivo por la cantidnd que don Pablo Hurtado había en– !legado al fisco como precio del ganado

Pasaron años y habiendo llegado a la A,gentina, tuve buenas relaciones con Podestá Acosta afamado internacionalista que había escrito un libro sobre las responsabilidades del Estado de Guerra dvil, aceptando como uno teoría justa y equilibrada, la de la Comisión Mixta de Ni– caragua.

Fue satisfacción poro mí, aquella aprobación de una tesis especial de justicia repO/adora, con raíces en Nicaragua, tierra propicia, por la agitación de su política, a los innovaciones del Derecho Internacional continental ea

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L7 L poder interventor en su forma militalista hizo responsable de toda la guerra civil, del

1 -~ año doce, al Gral Luis Mena, y sin considera, su enfermedad, se lo llevaron preso poro sus cuarteles de Panamá Ya en Panamá disminuyeron su rigor, tonto por su enfermedad, como por su valor como cifra en la política nicaragüense, y lo hospedaron en un Hotel, en donde

se mantenía melancólico pero lleno de dignidad

Me contaba Mr Schoenrich que él, lo visitó en su Hotel, que estuvo bromeando sin res-

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