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Campo de Marte. Hablamos por teléfono con Correa y Masts y los dos Se pusieron de acuerdo en

la operación y en concurrir a ella

PO/tí para Granada Llegué a altas horas de la noche, casi madrugando Traté el

problema con don SalvadOI Chamorro y él reunió una Junta corta de Notables para resolver Allí estuvo el mal, que si yo tendlía credencia/es, que si no serían cosas de Adolfo Díaz y mía y

nada más Pasa el tiempo y do lugar a que el Gral I/debrando Rocha que siempre procedía rec– tamente y en firme llegara a Granada, y despertara de. su sueño al cuartel de San Francisco man– dado por el Gral Daniel Mena, hijo de Luis Mena Este llamó al doctor Pedro Gómez pal'a osesolarse

Ya clareaba y tuvieron tiempo de recoger los informes de mi llegado Entonces me mon–

daron a poner preso Llegué 01 cuO/tel de Son FlOncisco y con la mayor fineza el doctor Pedro Gómez y el Gral Daniel Mena me dijeron Doctor Cuadra Pasos, del portón para adentro usted manda en este cuartel, pero del portón para afuela usted queda plÍsionero para mientras rema– tamos este grave asunto con un apoyo decidido al GICII Luis Mena

Ffectivamente se apoderaron de mi ti en y con las dos máquinas la del tren ordinorio, y

lo que yo llevaba avanzaron sable Managua, con una fuelte columna

Después supe que el Ministlo Americano de entonces apoyó al Grol Luis Mena de mane–

I a decidida, lo hizo restituir al Ministerio de la Guen a, y dejó la misma situación para don Adolfo

que oprimido por los fusiles, había dado lugar (/ 1(1 intentona del golpe de Estado por el Presiden–

te Juan J Estrada.

YA lo he dicho más de una vez, no fue cómodo el sillón presidencial que le cedió el Gral. - Juan J Estrada o don Adolfo Diaz La desaceitada intervención del Ministro Ameri– cano lo colocó en una situación idéntica a la de Estrada en cuanto la influencia opresiva de las armas, bajo el mando absoluto del Gra! Luis Mena, quien además contaba con el apoyo del po– der Legislativo

Hábífmente don Adolfo, se enfrentó a todo, declarando que procedería a cumplir al pie de la letra los compromisos contlOídos con el Gobierno Americano Llegado a la Presidencia de los Estados Unidos el Presidente Taft, habia abandonado la política del garrote alzado de su an–

teceSOr Roosevelt Se había celebrado un tratado entre el Presidente Estrada y el Departamento de Estado llamado el Castrillo-Knox, que cambiaba los métodos en una intervención financiera, tal fue el tratado Castrillo-Knox, con el ofrecimiento de una suma de catorce millones de dólares para el progreso y la solidez económica del país

Andaban muy mal las finanzas del Gobierno y difícilmente podría restituir uno confianza económica Un Presidente que políticamente estaba supeditado a la tutela militarista de Sll Minis– tro de la Guerra

En esa situación sin horizontes, fUe salvada por el retiro del viejo Ministro Americano cuya desacertada intervenión, fue juzgada por el Departamento de Estado( en lo realidad de su

peligro, Jlamado el diplomático y sustituído por George T Weitzel, un hombre que hacía buena pareja con Schoenrich e( de lo Comisión Mixta, y que merece que antes de seguir adelante le

dedique unas líneas de este capítulo

Era un hombl e de una edad no mayor de cuarenta años Hablaba muy bien el español, yero yo COrrido en el campo diplomático y conocía los intenciones del Departamento de Estado, con respecto a Nicarogua Siemple le acompañaba un hermano, laborioso y prudente que le era según opini6n muy útil por sus consejos Se posesionó en pocos días de la situación de Ni-

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