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Fracasada esa faz halagadora, la Corte de Canago, de que e/a miembro el propio doctor Madriz, intervino ofreciendo en largo teleglama dirigido a Estrada, su mediación inmediata

Ei Gral. Juan J Estrada, previa consulta con sus consejeros inmediatos, contestó a la Corte de Córtogo aceptando la mediación para verificar unas elecciones libres en que el puebio de Nicaragua falfara sobre e( conflicto Estas elecciones serían supervigiladas por (a Corte y

po; el Gobierno de los Estados Uriidas

Fue la primera vez que s~ proyectó esa Eolución que a la larga de muchos años vino a ser el término del conflicto bélico y destructor de los dos Partidos Histól icos, que llegaron a ese final cuando se había derramado mucha sangre y destruído mucha riqueza

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A vimos en estos Cabos Sueltos, cómo correspondió el Gobierno del Gral Juan J Estrada

a la falta de la cita pacifista del doctor Madriz Relatamos (o que se puede Ifamar la ofensiva de la revolución, y su to,tal fracaw Ahora los informes que venian del interior deta– llados sobre los elementos que movilizarían pOI mor y por tierra el doctor Madriz, contra la /e–

valución eran alarmantes

Por de pronta había aparecido la nave El Venus, bien artillada, y ejerciendo un b(oqueo más o menos efectivo sobre toda lo Costa Atlántica

Debía prepararse activamente el Gobierno del Gral Juan J Estrada, ya conservatizado en

sus elementos directores Se dispuso enviar inmediatamente o (os Estados Unidos una comi– sión compuesta por don Pedro Joaquín Chorno/ ro y Si/vio Selva, para ver de conseguir un arma– mento y también un vapor de regular calado para enfrentarlo o El Venus

Estaban íntegros en el Rama (os pertlechos salvados en el río Siquia y debíamos re– caudar fondos en glande escala para que fuera efectiva la misión de Chamarra y Selva

En ese momento don Fernando Uriza me habló de que estaba en aptitud para pagarme

una deuda que me debía, por traspaso de /0 coso Virginia de Quadra e Hijos Era poco mós o

menos de dos mil doscientos dólares Di como contribución para la compro del armamento la mitad y me quedé con la otra mitad para mis gastos personales

~( Gobierno de los Estados Unidos seguía con respecto a la revolución (a misma po(ítica

que tiene ahora con respecto a Cuba y que un o!Jtor al comentarla ha ca/jfjcado con el adjetivo crio/lo, de pastelera Simpatizaba con la revolución de Bluefields, pero escondía la mano al pro– tegerla En virtud de esa actitud todo le costaba caro a la revolución.

Armó el Gobierno de Bluefields una escuadra compuesta de un vapor, menor que El Venus, pero también potente, llamado El Marieta, y de un pequeño vapor existente desde los tiempos del Gral Zeloya l/amado El Blanca, para acostiJlar a El Marieta en sus operaciones Fue nombrado Almirante en jefe de esa escuadra el Gral Tomás Masís y Capitón de El Blanca el Gral Alejandro Córdenas

Por fin avisaron don Pedro Joaquín Chamarra y Silvia Se/va, que habían conseguido com– pror ametralladoras que nos hacían falta Estas eran de muy buena calidad y con una dotación holgada de pertrechos Esperábamos é"te armamento con grande ansiedad

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