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mero a su ejército; peleó b,¿;vomente, y lbs venció y dispersó una por una, y sin dormir, sin des– canso, siguí~' adei~últ~ pudiéramos deCir con bayonet? calada.

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, Pasó triwifante" lleno, de coraje por Carnaapa y Comalapa, residenCia en esa época de su fami!io. Un 'nuevo triunfo coronó a este héroe de epopeya, temible Aquiles, y resueltamen– te se, c!irigió contra i a ciuqaQ de MatQgalpg¡, err'lpresa de mayc;>r calidad, porque estaba defen– did.a por tropas ,muy superiores en número a, las suyas, pero fueron vencidas por ~a, energía de aquellos s9!c!ados revolucionariQS que los multiplicaba por lo menos a tres por uno

: 'rcmidda Matagdlpa, burnentada su cblLúnna con voluntarios de ese departamerito esencial–

'meAre conservador, f!ifrlprehdió él regreso, en ctimpj¡frijento del planinicia/, pdra darse la mano Con el Gé':ieról 'Luis Metí;j en el deparOniento de Chontales e iniCiar un poderoso ímpulso en bfen- 'sivb 'cbrit'rd Id capital '

Pero ai llegar a(Paso df; Panalqya, se !e ¡,mieron varios altos oficiales granqdinos, y después de conversar largamento con eflos el General Chamorro, cambió de rumbo y,en lugar de concen–

trarse al gl ueso del ejército que compndaba Mena, avanzó osadamente solo sobre Managua, si– guiendo un\:orrlino íh¡Jsitadó qüe nadie hacía ni eh jornadas particulares, pard hacer la sorpresa del Maque .de Mdnq~Jd, 'Id mós mistérios'o; y lo m6s oculta qú~ fuera posible

Se dirigió directamente a Tisma, teniendo que pasar el Charco, pequeña laguna que in– ter,r!JlT1pe l,a jqrn,a(:lq ,df;! tierra Para pasar el Charco sin arruinar los elementos de guerra, los , ,?tletell; de 1(;1 columna, tuvierpn que Jla~erlo, brazos hacia arriba, llevando rifles y tiros Hubiera ,sido (ie sumo ,interés ,históric:;o tomar una fot9grafía de aquel original tránsito, que revelaba la

inqueblqntabl e vo.fLmtadde eSOS !ii0ldados.. Fue salvado el obstáculo, vadeado el Charco en un

esfl!l?r~Q de ir,es horas, sin abatirse ni quejarse ninguno de aquellos hombrazos¡ y enmedio de ellos el cauI;fiflo animando la empresa

, Perp apenas la habían concluido, y QCupado el pueblo de Tisma para reno.var el aliento, fueron re¡;:iamente atacados, por el primer ejército enemigo en llegar compuesto por mil quinien– tos soldados, Principió un inesperado combate qUe merece capítulo aparte

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L alto Co~qndo de las fuerza~ d:Ma~riz, libres ya los ca,minos, ~ teniendo tqda e/aoe

-~ de transporte, de los que se podlOn dIsponer en aquella epoca, h,zo una leconcentra– ción rápida, de los diferentes cuerpos de ejércitos que podían sumar cinco mil hombres Tuvo que luchar heroicamente la columna revolucionaria COn esas tiopas, conteniéndolas, rechazán– dolas una por una en tremendo fuego de fusilería y ametralladora Animaba a los que he l/a– mado los atletas, la .oresencia acostumbrada del Caudillo en los puntos de mayor peligro, con el usado y admirable desprecio de Sl.l vida que fue base de su prestigio

Para dar una idea de lo sangriento de la pelea me basta decir que en el lugar céntrico de

la lucilo, l/amada Las Cuatro Esquinas, murieron Uno por uno C)lternando en la jefatura de la guarniri6n, tres de 16s coroneles mós importante§ "tJe) ejército ievoliícionario

Pero ooco a poco se iba agotando el almacén de parque que habían recibidc;> en Matagal– po En vista de eso, después de haber rec;hazado la última y recia intentona del enemigo, el Ge–

nero/ Chamarra resolvió retirarse r6pidamente hacia Chontales por la villa de Tipitapa, que según sus últiníos iliformes estaba despejada

La retirado fue en orden con paso seguro y siempre con la misma firme voluntad de los soldados, pero Tipitapd, hoJOs antes, había sido ocupada por un ejército de mil quinientos hom-