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mentó lo atractivo del gesto, porque su voz eta firme y clara Cuando terminó de hablm el Presidente Honorm io, don Salvador Jiménez se volvió hacia mí y me ordenó Señor Secretario; conteste usted ese discurso Yo sentí que se me venía encima el edificio del Club, pero recogí mis ideas y las solté a comó salieran Fuí muy aplaudido, pero cuando me retiraba con mi her– mano Miguel a altas horas de la noche, con su acostumbrada ironía me dijo Estuviste feliz esta noche, pero temblabas más que el General Zavala

Por allí principiaron mis relaciones intelectuales con éste insigne personaje. Pocos días después, por un asunto de intereses familiares, en que él tenia el oficio de amigable componedor, lo visité casi diariamente Siempre estaba acostado en una hamaca esquinera de su casa, con muchos libros y revistas en el suelo, pero con más revistas que libros Era hombre de lectura constante y vivía en su ancianidad bien informado del movimiento del mundo Entonces, des– pués de tratar de las cosas de su arbitramento, solía darme lecciones de elocuencia parlamenta–

I ia Me refirió que su táctica en el Senado había consistido en no participar en el fuego gra– neado de la discusión de los a!iuntos, pero cuando lo corriente estaba espeso hablaba de una sola

vez a partir por derecho lo cuestión Varias otras reglas de oratoria parfamentaria me aconsejó

Yo notaba, que sin nublar la luz de su inteligencia, rápidamente declinaba su salud A fines del año de 1905 enfermó de graveóad Ibamos mi hermane) Miguel y yo un medio día a

almorzar, y entramos en la casa del General Zavala pora averiguar del curso de su enfermedad En eSe medio día estaban solos en el cuido del enfermo mi cuñada Mercedes Zavala de Cuadra

y Juan José Zavala Este nos dijo a Miguel y a mí Vienen ustedes muy a tiempo, mi papá nos acaba de pedir que quiere prepara~se religiosamente y recibir todos los auxilios divinos, les su– plico a ustedes que vayan a traerme al señor Cura, dándole la razón de la solicitud de mi papá Fuimos a cumplir nuestra triste misión Era Cura de Granada el padre Ignacio Matus y a nuestro reclamo se vino ligero con nósotlos Se sentó en el asiento de atrás del co<;:he, y Miguel y yo

nos sentamos quitados los sombreros en el asiento de adelante Mós de una hora duró la confe· sión, después entramos al aposento y el enfer mo recibió con gran serenidad la comunión y la extremaunción Cuando nos retirábamos yendo en el coche en la misma forma el padre Matus nos dijo Zavala ha hecho una magnifica confesión

A la madrugada del día 30 de Noviembre murió el General Joaquín Zayala El gobierno de Zelaya le decretó los honores debidos de Presidente de (a Repúb(ica. Pronunció el discurso oficial el orador A(ejandro Bermúdez En el periódico El Comercio, hicieran una comparación, entre la grancJeza de alma de Zelaya y la me?:quindad de (os Presidentes conservadores, acusan– do a don Vicente Quadra de que había negado; por resentimientos políticos, las honoles a

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correligionario el General Tomés Mortínez

Mi primo hermano, José Trinidad Sacasa me invitó a que contestara ese articulo defen– diendo a nuestro tío Vicente Me dijo que ese año lo había pasado él en León, y me puso sobre una mese;¡ los documentos que tenía al re~pecto Es el tema interesante y procedí a escribir la defensa Los Generales Jerez y Mortínez conspilaban en contra del Gobierno de don Vicente Quadra El Jefe de los cuarteles de León, que era un ciego adicto al General Martínez, estaba comprometido, e iban a dar el golpe, encendiendo la guerra civil, en cuanto recibieran cii;)rtos ouxí/íos del gobierno de E( Servador en donde gobernaban los amigos de( Genela( Martínez

Era Prefecto de León don Pedro Argüello y I/egó a Managua a informar de la conspita– Ción a don Vicente. A éste viendo el peligro inminente, se le ocun ió un Qldid y le dijo a dori Pedro' Propóngo/e al General Pineda la Gobernación Mí/itar de León Don Pedro le replicó

Péro si él también está metido en e( complot Don Vicente le dijo Pero es un militar drl una sola pieza, le fue leal a Walker, cuando todos le habian abandonado, y pOI eso es que le l/amOIl "El Macho Pineda", que es como decir el yanque Pineda. Fue don Pedro COI1 la comisión y el Ge– l1erol Pineda le tespondió' Ser simplemente gobernador militar de León, no acepto, pero si me