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« Previous Page Table of Contents Next Page »La tradición nos cuenta lo que el General Corral dijo a sus amigos, 01 conocer lo sentencia "Yo debo este pecado, yo sólo debo pagarlo"
Corral fue fusilado a las dos de lo tOl de del 8 de Noviembre de 1855 en la plaza de Granada Sa– lió para el patíbulo sin que se le notase la menor emoción o palidez en la fisonomía Supo rendir la vída sín
temblores porque su fe y su religión le abrían las pe rspectivas de una vida eterna "Con gran entere–
za", dice el hístoríador Pérez", alzó un pie sobre el asiento que le estaba preparado y desatándose la cor– bata, la dobló en su pierna y la ciñó él misma, cubriéndose los ojos Se sentó y una columna de rifleras americanos mandada por el Coronel Gilman, le hizo una descarga que puso fin a su existencia La población toda llora públicamente, corriendo unos a cortar parte de los cabellos y otras, a empapar sus pañuelos con la sangre de aquel hombre, ídolo siempre del puebla"
La egregia y noble figura del General Ponciano Canal vive en la mente de los granadinos domo símbolo del heroismo al morir por la patria, y una calle en la ciudad donde naciera lleva su nombre a fin de que las futuras generaciones recuerden siempre el sacrificio de aquella víctima del despiadado y sangui– nario filibustera William Walker
Clinto Rollins, autor del libro Williom Walker y del que ya hicimos mención anteriormente, co–
menta en forma emocionante el fusilamiento de Con al y dice
"La ejecución de Mayorga no había tenido razón apOl ente u objeto alguno y poco más o menos,
se podía decir lo mismo de la de Corral
"Los filibusteros no conocían el odio para ninguna clase ni partido en Nicaragua Venían de una
tiel ro en que se respeta la vida ajena y aún la del enemigo Habían mirado con sorpresa la ejecución de MaYOlga y ahora, le volvían la espalda a la de Corral, con verdadera aversión, que no podían dísimular Las desgarradoras escenas de esta última, la esposa, sus hijas y sus vecinos 1I0lando o llenos de terror y el luto aparente en todas partes, tenían grande efecto y sin embargo nadie criticó abiertamente la conducta de Wolker"
Más adel,mte, continúa Rollins, "El efecto moral de esto perjudicaba a Walker Muy pronto se dió cuenta de ésto o lo dedujo, pues uno de sus oficiaies le decia "no obstante lo desagradable del deber,
nosotros debemos llenar a estas gentes de terror "Así las manejaremos rnejor lJ
Pero Walker se equivocó si pensó así
~li el terror de la muerte, ni los tormentos ni el hambre ni las angustias que pasaron los granadinos
durante los meses de la dominación de Walker, los amilanó Los hechos sucesivos, que vamos a narrar, lo
prueban La virilidad del pueblo no rebajó Morían lanzando en sus últimos alientos, un gl ita de esperanza y de estímulo a los que quedaban, pidiéndoles que continuOlan la heroica lucha por libertad a la patria de las garras del filibustero que la ahogaba entre sus férreas manos
Walker, en su obra Lo guetra de Nicaragua, intenta justificar este asesinato el cual para nosotros no es otro cosa Pelo, sus argumentos son armas de inmorales elogios a sus planes nefastos, sin llegar a producir ninguna convicción que pueda borrar el duro calificativo con que lo han marcado los historiadores al juzgar su aventura en Nicaragua de cruel y sanguinario
Así lo vemos el 5 de agosto de 1856, mondar fusilar, como traidor a otro '1icaragüense, el acau–
dalado come.ciante de León don Mariano Solazar, que habia sido antes de su captuoa, amiga de Walker
Solazar, convencido como sus otros compañeros, de las intenciones del filibustero, de sometel o esclavitud lo patria, le volvieron los espaldas y se aliaron con sus ontiguos enemigos en lo lucha interno, poro combatirle
y echarle del territorio que quería dominar Don Mariana Solazar, fue fusilado poca después en el mismo sitia y en el mismo asienta, que lo fue el General Corral
Más tarde el mismo Walker se mostró fría e impasible también, ante los ruegos de la familia del rico propietario de Rivas, don Francisco Ugarte condenado a la horca
Cuando Ugarte le ofreció veinte mil pesos para que le saívara la vida, el filibustera le contestó
l/No quiero oro, quiero tu vida", y ahorcó 01 patriota nicaragüense
Después de los asesinatos de Mayorga, Corral y Solazar, Walker procede a confiscar las valiosas propiedades de los granadinas El 16 de Noviembre de 1855, emite un decl eto 01 denando a los nicaragüen– ses ausentes, el legreso a sus hogares dentro de quince días, los que estaban dentro de la república y de un
mes¡ a los que se encontraban fuera del país En caso de no cumplir con esa disposición, perderían sus pro·
piedades
Casi todos las hombres pudientes de Granada habían abandonado la ciudad junto con sus lespec– tivas familias Algunos, se habían retirada a las montañas de Chontales, y otras, a Matagalpa y a Nueva Segovia, y unos pocos, habían salido del país Como nadíe quiso regresar, las propiedades de los ausentes fueron confiscadas y entre ellas, la valiosa hacienda de cacao Las Mercedes, perteneciente a la familia Cha– marra pasó a poder de Pierre Soulé, Senador de los Estados Unidos, que había llegado de Nueva Orleans a visitar a Su amigo Walkel, y Soulé no tuvo inconveniente en recibir la valiosa propiedad que en eSa forma le había cedido Walker (l)
(1) JCl6nimo Pérc;>; MemOliaB, pág 182
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