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Yo estoy dentro Eso que está más allá de las murallas, es mi tierra, baja, firme, calurosa, po– blada de sonidos ásperos como el chillido del zanate y de hombres hablantines y alegres

Me do cierto vértigo de humor pensar en ellos En nuestras largas y charchaleantes tel tulias, donde se imaginan mil invectivas capaces de torcer la histol ia de la humanidad, o se planean millones de ha7.0ñas que de llegar a efectuarse empequeñecerían a las de cualquier otro pueblo

Miro una y otra vez aquellas casas y calles lejanas Recuerdo mi vida de niño, cuando en el parque príncipal de Managua, donde se levanta la estatua de Rubén Daría todos los domingos cama hoy,

o las 4 de la tarde, paseóbamos con nuestras amigas! mientras tocaba la banda, a esto misma hora.

Posa por mi mente fa visión del muchacho recién graduado en la Universidad, que regresa, lle– no de ilusiones La lucho universitaria, Con prisiones, con cabezas rajadas y exilios Lo lucha por la Jus–

ticia Social desde el periádico, batallas y cornbates, pequeños o grandes, para hacer ver la necesidad en que estamos de re formOl nuestra vida feudal y llevada a un plano democrático Acusaciones, demandas,

fugas en la noche, casas rodeadas

pOI la po/ida, pistolas escondidas en Jos antiguos escusados, ;nterrogato~

I ios a las dos de la mañana Amigos que son emisol ios de let amenaza, caídas¡ golpes, desconsuelos, con– tribuciones, cuotas revolucionarias, ataques o los monorolios, huelgas generales y parciales, mítines¡ ma– nifestaciones, reuniones¡ convenciones¡ partidos políticos, círculos de estudio, amonestaciones del Gobierno,

citas de la Policía, y siempre martillando Martillando, con el ciudadano a quien le burlaron el voto, con el hambre que fue apaleado, con la mujer que echaron del mercado, can el minero sín salaria, con el obre– ro despedido, con el profesional humillado, con el militar sometido a juicio, can el niño sin leche, con el

comerciante extorsionado, y con el que es extorsionado pOI algunos comerciantes, con el peón o quien el finquero niega comida o casa, con el borracho conducido a culatazos, con el que sufre robos, con el que

tiene hambre, can el tuberculoso que mue, e en la calle

Toda el recuerdo de tantos años, penetra ror mí agujero de cinco pulgodas cuadradas, junto a los rumores que se levantan de una ciudad suavemente extendida sobre la orilla del lago

Esta tarde no puedo negar mi tristeza Mientras refundo mi imaginación en el ojo verdoso de Tis–

capa, suena un dispara de un descuidado centinela Se le ha ido el tira, y das minutos después el oficial

que se había olvidado de nosotros¡ viene a encerrarnOs

Entro nuevamente a mi celda, y pienso en los hombres de mi tierra

Recostado en mi camastro pienso en los paseos dominicales de la infancia -pero recuerdo que hace muchos años ya no existen, para mí¡ ni para nadie No hay músico¡ ni inocencia en las calles, ni

alegria infantil en los parques He decidido dormir para olvidar Pongo en su lugar la almohada y pretendo despedirme de todo lo pasado Buenas intenciones, lucha que no ha rendido el fruto que de ella se espera– ba, cosechn de inglatitudes, malos pagos Con el sueño pretendo evadir todo juicio, todo argumento que

pueda hacer más grande mi tristeza, exhibiendo ante mis ojos un pasado lleno de dolores sin más remu– neración que el dolor, la persecución, o la Cál ce'

DUI miendo quiero olvidarlo todo, porque sé que dentro de una hora, cuando me despiel te, estaré nuevamente listo para dar lo que he dado, aunque sepa que sálo he de recibir lo que Iecibo

La salvación no se encuenl ro mirando a Sodama, sino dándole la espalda

La Condena

21

Diciembre

1959

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Oy va a pasar lo mismo que las atlas dos veces

El escenario es igual Los jueces son iguales Los cUliosos, iguales

Nosotros los presos siempre tenemos permiso para lavar la ropo¡ pora lemojal con jabón nues– tro uniforme de royas Para retorcerlo bien y ponerlo a secar dUlante un buen rato, y a "planchOl Il des

pués, aplastándola can las manos, canh a el suelo

Luego nos dejan juntas y jugamos a las cal tos en las pequeñas celdas, hasta que los pasos de la escolta que ha de conducirnos se oyen en el rasilla

Nos ponemos la comiso y solimos afuelQ

Hace sol Caminamos en un patio y luego pOI los interiOles de un cuartel 0101050 (1 C1eolinn y

sudar Después subimos en una camioneta dentro de la cual hay ya C1lgunas soldados, y detrás de noso– tros suben más saldados

Descendemos de la Loma de Tiscapa pell a entrol en ot ro cuartel y nos detenemos frente a lo (lomada Sala de Justicia

Allí están ya los jueces, vestidos de gala Llevan sus uniformes kaky abrochados can botones

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