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blo, al cual después de derrotado, como en la hora presente se lo hace pasm por la humillación cuando no por el matadero

y en el momento de producirse esto escena, de la lectura de confesiones a veces penosas, ver–

dadero ejercicia pOI a doblegar la dignidad humano y evitar las rebeliones, todos se rien Digo mal, -reí– mas'!! Se ven ojos b. illantes de alegría y mejillas sonrosadas de gusto en el paroxismo de un goce malé– volo Risas como las que provoca un pequeño y rídículo escóndalo, contado en voz queda y a espaldas del aludido, de la víctima

Nos reímos de nosotros mismos, de nuestros hombres, de los jóvenes de un pequeño país sumido

en la desgracia, del Gobierno, de la revolución, de nuestros hijos, y de nuestros padres, de la histOJia, y

del porvenir Ríen los jueces, los Fiscales, los acusados y los gendarmes que nos custodian Reímos todos llenos de malevolencia, y sentimos placer viendo como nos hundimos con todo y la Patria en grandes car–

cajadas llenas de vergüenza, preñadas de un espantoso derrotismo Y las risas se hacen mós fuertes y mós largas, a medida que van saliendo a luz mós vergüenzas que contar y que comentar El que lee los

expedientes hurga como el zopilote en el trasero de la res muerto, lo que más puede avergonzar a un mu–

chacho de 16 o 20 años, que lleno de terror, vencido, andrajoso, sucio, y con sueño, dijo en la hora de su turbación uno frase descompuesta, o dio uno explicación ridícula Hurga, hurga, con su pico negro de zopilote sucio, y cuando encuentra la expresión que puede degradar, la suelta pOI el magnavoz con aire

de triunfo Y entonces, todos ríen, digo mal, reímos'!! Nos burlamos del aludido Nos burlamos de noso– tros mismos, y de Nicaragua, llena de and.ajos, de abyecciones, y de calcajadas cínicas de sus hijos

¿Por qué hacemos eslo ~

Quizó porque estamos entrenados, educados, y hasta hemos sido fabricados, para hacerlo

Eso es nuestro escuelo Ese es nuestro modo de vivir, de amar, de negociar, de jugar, y de mo~

rir La burla, la risa, la carcajada, el desprecia de la personalidad humana, que salta como una actitud

típica del nicaragüense de esto época, en todos las manifestaciones de su ser, humillado e intrascendente

Ya casi somos el plOducto perfecto de la era somocista, el joven que de tantas humillaciones

padecidas, antes de hacerse completamente hombre, se hace casi completamente cínico

¿Y qué otra cosa puede producir la escuela permanente de humillación y de cinismo que se ha instalada en Nicaragua desde hace 25 años ?

La tragedia llega antes de la madurez La humillación nos acompaña desde la cuna, y la co– n upción nos espera en la escuela primaria No es la corrupción del alcohol o de la vagancia, es otra peor Una prostituta mós fea que la prostitución, la cual a través de los últimos años ha enseñado a los niños de Nicaragua a patear el cerebro de Daría, a reírse de José Dolores Esttada, a llamar bandolero a Sandi– no, y a declaral guerrillero al bandolero Bernabé Somoza

Esa prostituta, hija de la verdad ofi~ial, noS ha enseñado a reír descaradamente cuando se nos

humillo, a pensar que los puestos públicos son para "remendarse fl

,

para poder hocel oro, y ponérselo en fos

clientes, en las manos, en los blazos, y para lucido en las mesas de dados y en los tapetes de la ruleta

¿Qué otra cosa han enseñado a los jóvenes los podres de esta Patria nueva, pintada de rojo, em– polvada, y oxigenada, tan distinta de la Patria que construyeron nuestros abuelos, soñando en sus largas hamacas tropicales, y combatiendo a los filibusteros con sus romónticos fusiles de chispa ?

Pero no Nosotros no hemos querido aprender las lecciones de la vieja prostituta oficial, y si nos

reírnos a veces de nuestro propio humillación, es porque no somos ángeles, ni dioses, ni héroes mitológi– cos, sino pequeños muchachos vencidos Y también nos reímos de ella, y le tiramos todo su oro desprecia~

ble a la boca sucia y desdentada, para que se calle, para que muera atragantada y can la barriga llena de su metal

La actitud de los zopilotes de la Fiscalía, eS c1ósica dentro de la nueva educación que el somo–

cisma ha implantado en Nicaragua Rastrear lo sucio, buscar con afanosa insistencia aUn la poca carroña

que todo hombre tiene en el interior de su ser, y exhibida luego en lo mesa de su propio banquete, para demost 1 ar que todos, ellos y nosotros sus enemigos estamos podridos

Pero nosotros no estamos podridos como ellos, aunque caigamos a veces en pequeñas abyeccio– Iles como esa de reírnos cuando se nos humilla

Nos hemos rebelado Nos hemos alzado contra la humillación y contra las lecciones de la vie-

JCI prostituta oficial La hemos llamado mentirosa en su cara cuando nos ha querido enseñal que se. patrio–

ta es ser rico, ",emendándose" en los puestos públicos, para poder tener dientes de oro, brazeletes, hebi–

llas, y anillos de oro Hemos querido pelear contra ella, con palos, con palabras, y can fusiles, pero nos ha vencido y nos ha vuelto a humillar Y luego, como hoy en la tarde, ha hecho que nos burlemos de nuestl a propia humillación

Pero entonces nosotros, o al menos algunos de entre todos, nos hemos rebelado contra nosotros mismos/ contra nuestra liso, contra nuestra carcajada de burla, y hemos vuelto a ser como vamos a ser siem– pre, y como fuimos antes, dignos, hombres, rectos, fuertes en nuestra derrota, y fuertes en el triunfo

Aquí, en un país en donde las jóvenes, antes de ser completamente hombres, tienen la espan-tosa oportunidad de ser completamente cínicos " • ;

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