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POLITICA

El raciocln'io que conduce a la aceptación de la r...

forma agraria como una ,medida urgente para rescatar a

estos parses de su miseria crónica, es más o menos el si~

guiente: siendo la población en sus dos terceras partes

de baiísimos ingresos y perteneciendo la misma a la activ'i· dad agrícola, es indiscutible que' una revisión fundamen–

tal del sisfema económico en que opera el campo se vuelva impostergable. Por otra' parte, con una estruc– tura social como la que actualmente existe y en donde

el latifundio incultivado es su más vívida representa– ción, el réginten político dictatorial es su lógica conse·

cuencia. Sin embargo, si este atrasado sistema logró per.

manecer inalterable por tanto tiempo, no es menos cier

fa que la iniusticia que involucra es una causa de perma..

nente tensión social que pone en inminente peligro la

estabilidad de las instituciones. Las masas dormidas y

conformistas de antaño, son ahora impacientes e !inquie–

tas y no están dispuestas a soportar por más tiempo es·

te crónico abandono. Si a esto agregamos la oportuni. dad que la guerra fría ofrece con las agitaciones malin·

tencionadas Y subversivas del comunismo, encontraremos

en América Latina una oportunidad latente para que los cimientos de la sociedad cedan al impulso vigoroso de las

reivindicaciones. El problema sin embargo es que esta mejoría no se consigue de la noche a la mañana y por otra parte, la urgente necesidad de que este ritmo se acelere, vuelve más trágica la problemática latino~ame­

ricana. Porque si el asunto se quiere plantear como de

justicia distributiva para acallar rápidamente el hambre

y el atraso, no es menos cierto que la etapa del aumen– to de la producción no puede esquivarse como asunto

previo y esto complica a su vez el asunto del ritmo rápido que deiamos atrás planteado. Asi pues, como lo dijera

un eminente sociólogo de nuestros f.iempos "se torna una cuestión vital -hasta hacerse un asunto de vida o muer~

te,- resolver la contradicción capital, graduando ágil y

simultáneamente, la acumulsc~ón y la distribución, armo~

nizando la exigencia perentoria con la fundaci6n de su

aparato básico, capaz de elevar la productividad y de

otorgar un mejor nivel de vida a toda esa gente". Por eso, antes de recomendar la medida económi·

ca apropiada para Nicaragua en el caso específico del

campo, se impone como cuestión previa un análisis exhaustivo de su verdadera realidad. Y por eso mismo,

quienes hayan leído la exposición de motivos del Sr. Ministro de Econontla en la cual habitualmente se funda·

mentan las razones para recomendar la promulgación de

una Ley, debieron haberse se,!!ido defraudados. No hay

en la introducción a que nos referimos la alusión docu– m_entada y seria que en tales casos se espera y más bien

parece el Titular de Economía más preocupado en pero seguir los m'illones del Plan Kennedy y de aprovecharse la coyuntura que ofrece el haber sido prometidos para pla.

nes de reforma agraria, que en estudiar la fisonomía

agraria propia del país. No existen por ejemplo en Ni·

caragua a estas alturas, estadístlcas correctas que nos

aclaren la situación que presenta por ejemplo la concen·

tración de la tierra, ni tampoco pueden consyltarse des–

pués de 30 años de dictadura, ni un concienzudo estudio sobre el ingreso per cápita, ni del volumen de la pro· ducción nacional. El conocimiento en cifras de la situa·

AGRARIA

ción socio-econ6mica del campesino en lo que atañe a su conce~trac:i6n demográfica, en su vivienda, en su ré· gimen alimenticio, en su cultura, ha sido completamen"

te descuidado. El interesantísimo problema de la deso· cupación crónica y del subempleo y al ntismo tiempo

la escasez de brazos para levantar las cosechas anuales,

no ha sido ni siquiera esbozado en sus ntás elementa·

les rasgos estadísficos. Por eso debe extrañar a una ob~

serva ció n imparcial ese atolondramiento del Eiecutivo que nos recomienda una receta desde el principio, sin fun~

daimentar racionalmente sus mot!ivos y no porque con ella esperemos consegu!ir una conclusión diferente a la que todos conocemos, sino porque en los detalles pecu·

liares del pals es en donde mejor puede afianzarse la aplicabilidad práctica de u'!a ley en su reglamentación y demás. Y aquí tocantos otro gran defecto de los países

latino-americanos y es -su desafortunado afán de copia, cierto "coloniaie mental" que nos hace aceptar como pro..

bado, lo q~e puede ser un slogan de moda y demago.

gia. Con esto nos referimos a un punto capital en todo planeam'iento que tienda a modificar la situación campe sina. Todos sabemos que existen dos aspectos en la ma– teria: el puramente económico, vinculado al incremento

frío de la producrividad y la cuesti6n social, estrecha– mente atado a la justicia y a la r...estructuración de la sociedad. En qué medida debe darse más énfasIs a ca· da uno de esos dos factores, depende en mucho de la realidad de cada pais. Si en Nicaragua por ejemplo exis– ten empresas agrlcolas de baja producción que han es– tado languideciendo ntuchas y otras en franca bancarro· ta, pero en las cuales con crédito apropiado, ayuda téc·

nica y demás se pudiera elevar dramáticamente los ín..

dices de producción del país, ¿va a ser esto más o m...

nos importante dentro de una reforma agraria, a que el

Estado adquiera tierras a alto costo y se embarque en

una propietarización masiva con un elemento humano al

cual debe al mismo tiempo que educar? Y si a estó

agregamos lo que nos di¡era un distinguido economis..

ta, de que la falta de brazos es causa de deterioro de

la efectividad de nuestras empresas agrícolas, ¿no vainos

a agravar el problema distrayendo la poca población cam– pesina disponible, esparciándola y alejándola de aque– llos centros de producc'ión obligándolos o atrayéndolos a

regiones apartadas?

Insistimos por ello que la estimación apropiada de estos dos aspectos de que hablamos sólo puede sopesarse a través del conocintiento de la realidad nacional y esto es precisamente lo que no ha hecho el Gobierno y lo que puede conducir a una inoperanCia de la Ley y a una frustrac'ión del campesino a quien se promete en actitud

mágica que conseguirá todo de una presunta reforma agraria cuyos alcances no se conocen exactamente.

REVISTA CONSERVADORA siempre pendiente de los

grandes problemas que conciernen al país presenta en esta edición un verdadero Simposium sobre la cuestión agraria y porque precisamente piensa con honradez que

los elementos de juic'io no se hallan todavía bien fijados no pretende presentar la opinión de los autores que aho–

ra colaboran como la más recomendable en cada caso,

sino sintplemente los presenta COntO expresión de estu– dio y responsabilidad ciudadana.