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El proceso es un diálogo en el cual se va o establecer una culpa, paro dictar luego sentencia, y

hacer variar la vida de uno o más seres humanos

Muchas veces pareceró idéntico a cualquier lepresentación de teatro Varios personajes en un

escenario, diálogos punzan1es, monólogos en que se norran tragedias, o incidentes divertidos, juramentos,

aplausos, voces, y todo dividido en actos

Otras seró semejante a un pequeño ensayo, desposeído de toda la gala necesaria en una repre– sentación de estre'10 Como este último es el proceso sumario donde los personajes part icipantes actúan

sin disfraz, con urgencia, al "aire libre" se podría decir para comparm lo con el teatro griego

Pero tanto en este últrmo como en el gran estreno que se puede parecer al proceso inglés Con

sus jueces de peluco y toga negra, hay un elemento común al proceso, que no existe en el teatro el acu– sado, el personaje vivo, cuya suerte quedará decidida con la terminación del drama tiene interés manifies–

to por lo representación

Nuestro proceso sin embargo es diferente

En la salo donde el Tribunal se halla insta lado, existe un estrado para sus miembros, mesas pa– ra los defensores y fiscales, micrófonos, grabadoras de cinta, y en fin todo lo corriente en estos casos Hay mecanógrafas, dan de beber enormes vasos de agua helada a los Jueces, y los tres prmeras filas de los 109 acusado parecen prestar atención a lo que sucede Pero atrás, al fondo de la extensa sola y sobre las

sillas metálicas que nOS sirven de asiento, con la indiferencia más insultante, se hallan funcionando dos,

ti es, cuatro, y hasta seis mesas de naipes

Los testigos de la Fiscalía siguen pasando por el tlOjin aburrido e innecesario de las preguntas y lepreguntas El tonto del Fscal se esfuerza en aparentar un aire de corrección y sededod que a nadie im– presiono Los defensores de oficio se llenan la boca llamando honorable al Tribunal, y mientras endulzan

sus oídos aceptando complacidos el mismo trato, los acusados juegan o las cartas

Rodeando las improvisadas mesas se encuentran los centinelas que la Autoridad Convocadoro ha dispuesto enviar paro custodia de los presos Aburt idos, con el fusil tercado a lo espalda o la ametrallado– ra colgada del hombro, prestan más atención o las comentarios de los jugadores, que a lo que pasa en el estrado del Tribunal

Se hacen corrillos, se cuentan chistes, se cambian pequeños objetos, paquetes de comida o cigarri–

llos, se apuesta, se gana y se pierde en el juego de naipes, sin que alguien se interese yo en lo más míni–

mo por los argumentos o pruebas de la acusación o de la defensa El proceso ha llegado a su estado más crítico de relajo

Es lo que suele ocurrir cuando, como decía el obogado Dr Luis Pasos, alguien quiere probar for– tuna intentando dibujar un círculo cuadrado

Doctor en Zapatos

18

Octubre

1959

H

OY, mientras jugábamos naipes, soltó la banca Lo aburrida sesIon del consej~uvo dos in– tervalos de carcajadas, y muchos de quienes estábamos alareados con las carta dejamos la baraja

El Fiscal presentó al testigo José Silva, a quien lIamá "Dr Infleri", y éste nos hizo reír de lo lin–

do, calificándose de pasante en medicina, c.uando todo mundo sabe que es zapatero de primer oficio, cu– IClndero de segundo, y que jamás ha aprobado Cursos ni siquiera de escuela primaria

Silva, quien también ostenta el pomposo tít ulo de COI onel y Comandante de la 40 Compañía de lo Reserva Civil, se dio gusto relatando cómo, 01 mando de 11 hombres armados, realizó una perfecta ma–

niobra táctica y capturó a tres de los nuestros que huían hacia la frontera, disfrazados y sin 01 mas,

Aglesivo, lleno de ese orgullo que proporciona a muchos poblanos la protección oficial, el hom– bl ecito chato, regordete y medio calvo que ocupó la mesa de los testigos afirmó con seguridad manifiesto que podía identifcar a Carlos Masís (uno de los capturados por él), pero cuando se vio confrontando a

ocho jóvenes prisioneros en lo que se llamo judicialmente lo "rueda de reos", señaló cogiéndolo de un bra– zo, Como si fuera el citado Mosís, a Fernando Chamarro

Furioso al oír las risas con que fue coreada su equivocación, gritó en la sola

-No, si yo no he dicho que es éste, simplemente lo estoy tocando

Pero ya era tarde Tarde para rectificar su error, aunque no paro que el Consejo inhabilitara su testimonio, o aceptara el tonto, como favOl oble o la causa de Jos procesados

Fue al contrario Excitado por lo den oto del Fiscal y reaccionando con violencia ante la morti-

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