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COMPOSICION DE LUGAR

Aclaración del Manifiesto de l/El Pitoll/

11 de Enero de 1879

DISCURSO DE OFRECIMIENTO

DE AGUSTIN LACAYO S.

Prefecto de Granada

Señor General Zavala:

He tenido el honor de asociarme, en unión de la Honorable Corporación municipal de estn ciudnd, a la Comisión suprema encargada de poner en vuestras manos el decreto legislativo en que se os declara electo Presidente de la República, para el inÍnediato pelÍodo constitucional; y en este momento solemne para la suerte de la Patria, creo interpretar fiel· mente los sentimientos de los pueblos de este depar– tamento, ofreciéndoos en su nombre sus más cum– plidas congratulaciones POlO la elevada y homosa muestra de confianza que os han dispensado vucs– tros conciudadanos.

La Nación, señor, espera que con patriótica de– ferencia respondáis a su llamamiento aceptando el difícil ¡mesto que os ha señalado el voto libre y es– pontáneo de los nicaragüenses; y la Honorable Cor– poración municipal de Granada, aquí presente, os ofrece por mi medio toda BU adhesión y su más de– cidido apoyo en el cumplimiento de vuestro delicado encargo, porque ella, como la Nación entera, tiene la más fundada confianza de que la Administración pública dirigida por vuestra reconocida inteligencia, se encaminará al mantenimiento del bienestar Bocíal

y al fomento del progreso de la Pahia.

-DISCURSO DE ACEPTACION DEL GENERAL ZAVALA

Señores Comisionados:

Os doy mis más sinceros agradecimientos por vues· tra visita, y por la benevolencia de vuestros sentimien· tos y congratulaciones.

El documento que acabáis de poner en mis manos, es el título más honroso con qúe la República acuerda pe· riódicamente distinguir a uno de sus hijos.

Desde la proclamación de mi candidatura a la Pre· sidencia de la República, manifesté a mis amigos y con· Ciudadanos, por tan elevada muestra de confianza la ex– p"resión de mi profunda sratitud. Pero desde entonces también, como vosotros lo sabéis, me hallé en la necesi· dad de declinar el alto puesto para que se me designaba, apoyado en las graves consideruiones que espuse al país en mi publicación de 19 de mayo del año pr6ximo pasa– do, sin hacer mérito de la insuficiencia de mis facultades. Yo justifico y hasta aplaudo las aspiraciones de cual· quier ciudadano para llegar a los altos puestos de la Re– pública cuando están inspirados por el deseo de obrar el bien de los pueblos. Pero juzgo también con el mismo criterio, y hago igual justicia a cualquiera que, llamado a ocupar aunque sea el alto y honroso asiento de primer Magistrado, lo renuncia por graves consideraciones en fa. vor de los intereses mismos de la Patria.

El que ilsí se conduce está muy lejos de ser un egoís· ta: por el contrario, hace, os repito, a juicio mío, un acto

GENERAL JOAQUIN ZAVALA

to-mbién de verdadero patriotismo; y bajo el sistema de Gobierno que el país tiene, estos principios son todavía más corredos, y debieran practicarse sin una sola excep– ción, no obligando nunca a ningún ciudadano a ocupar un alto destino, cuando lo renum:ia por cualquiera con– sideración.

Sin embargo, la mayorfa de mis compatriotas, por desgracia, parece no tener a este respecto las mismas ideas; pues desatendiéndose de mi renuncia a la candi· datura presidencial, llevó mi nombre a las mesas electo– rales, y el supremo decreto que acabo de recibir me de. dara Presidente de la República electo popular y consti· tucionalmente.

Colocado así en la dura V difícil alternativa de olvi– dar mis protestas de mayo o °de rebelarme contra el so– berano mandato, el consejo de p~rsonas autorizadas, y

las constantes insinuaciones de muchos de mis más inti· mos ¡¡migas, me han decidido por fin a aceptar el distin. guido puesto que se me asigna en el Gobierno supremo de la República.

Os ruego y os autorizo, pues, a decirlo así al Gobier– no y a las Honorables Corporaciones en cuya representa– ción venís, reiterándole a é!atas mis protestas de gratitud, !'sí como os las renuevo a vosotros por las atenciones con que habéis querido tratarme.