Page 33 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

CARTA AMARTI

Escrita por el' gran orador cubano Doctor Antonio Zambrana, verbo vibrante de las ideos democráticas de América

Señor Don José Martí.

Mi distinguido amigo:

Cuando estas líneas se publiquen en liLa Améri– ca", Cuento para el/o con la bondad ele Ud., se en– contrará probablemente en los Estados Unidos encar– gado de una misión importante, el Sr. General don Joaquín Zavala, ex-Presidente de lo República de Ni. caragua. El General Zavala ha prestado ilustres ser– vicios a su tierra, y es el/a un campo de observación muy interesante para los que siguen con simpatía re– flexiva la marcha de los pueblos libres. Ud. compren– derá que yo quiera rendirle un sencillo homenaje y que venga con ese objeto i:J las columnas de sU perió– dico,

La república de Nicaragua es, en efecto, el be– lio hogar de un pueblo laborioso y honrado que acre– dita todos los días lo competencia posible de nuestra raza para el góbierno y los instituciones de la liber– tad. El sosiego en que ha permanecido durante los últimos quince años nos bastaría, ciertamente, para demostrarlo. Lógrase en otras partes la tranquilidad de la superficie con dictaduras sofocantes, que aho– gan la voz de los opuestas y vibrantes pasiones, pe–

ro que las mantienen palpitando en el fondo de la sociedad, prontas a reaparecer, en súbita explosión,

y a repetir, con iras acumuladas, el combate que se

interrumpió. Hay entonces una paz, hecha de miedo

y de egoísmo, que es una enfermedad social. Lo que cautiva al pensador desapasionado és el vigor sano

conque las extremas ideas políticas viven y hacen su propaganda en Nicaragua, sin que los excesos de apreciación y las intemperancias del lenguaje, a que una polémica ardiente siempre conducen, perturben el curso regular del mecanismo republicano. En me–

dio de los ultra-liberales, que se impacientan, y de los ultra-conservadores, que se eS.lJantan, la mayoría po– lítica del país procede con firmeza y con pausa a lo transformación que aquel!a sociedad necesita, y ofre–

Ce a todos los grupos, para que digan sus credos y pa–

ra que procuren conquistar el apoyo de la conciencia

pública, una prensa y una tribuna que están fuera de la vigilancia de la policía iY de las amenazas de las cuarteles: discute sin temer al gobierno, y se gobier–

na sin temer a la discusión.

Cupo al General Zavala la ardua tarea de rege– nerar en Nicaragua la educación pública abriendo el P?ís a la enseñanza moderna, o las emancipadas cien– CIas nuevas, y moc!ificando por ende, aun sin desha–

cer el Concordato, sino interpretándolo bien, aquellos rl;laciones entre la Iglesia y el Estado que se estable–

cIeron en la oscuridad, social y política de la Edad

Media y que formando parte esencial, por cierto, del régimen de las colonias españolas, tocaron por juro de heredad de nuestras democracias americanas. El Catolicismo militante tiene en nuestros días programa que no es del pasado• . Decir que está den.

tro de ese programa la. condenación de todos los fue– ros y de todos los legítimos empleos del conocimiento es hacer uso de parcialidad notoria o de supina igno– rancia en la materia: 'astrónomos eminentes, físicos insignes y naturalistas agregios figuran en las milicias del Catolicismo. Pero hay en algunos de los países de la América española, un catolicismo de partido, una escuela seudo política y seudo religiosa, devota de ideales añejos y conservadora desvelada tradicio– nes pueriles, que embaraza cuanto le es dable la difu~

sión de los conocimientos positivos, que se empeña efJ

falsificar la Historia y que abriga la peregrina preten– sión de que sobrevengan en los últimos días de esta luminosa centuria el gobierno misterioso y la ciencia artificial, con que en época funesta doctrinaron y ma–

nejaron a España sus conventos, ,en sustitución a

nuestro sufragio en la calle y en las investigaciones, sinceras e imparciales con que se escrutan hoy los ar– canos de la vida. Existe, en natural contraste, un par– tido precipitado y ardoroso, que anhela la proclama– ción del maferia/.ismo oficial, que quiere hacer de la democracia una Iglesia de descreimiento intolerante y

que mantiene la tesis, no menos absurda, de que ,los fuerzas y los caudales de las católicos mayorías han de sostener y pagar uno guerra abjerta contra los hombres y los ideas del Catolicismo. Alejándose cui· dadosamente de ambos polos trabajan los, estadistas que, como el General Zavala, representan y dirigen la actual situación política de Nicaragua.

El hecho es que cierto fenómeno social irnportan~

te ha tenido éxito así en Chile como en Nicaragua, y

en Nicaragua sobre todo, el establecimiento de un pa– triciado, fruto de lo selección social, que sin conver~

tirse en oligarquía y sin oponerse a innovaciones sa/u" dables, sino por lo contrario, sabiéndolas llevar a ca–

bo, ha hecho posible que impere en ambos pueblos la democracia serena y circunspecta, que otros en vano apetecen. En Guatemala, por ejemplo, antes de 7877,

la clase dirigente estaba imbuída de pretensiones in– sensatas y se inspiraba en ideas de gobierno y en mie–

dos al progreso digno del inolvidable Calomarde, el singular ministro de Fernando VII. En Nicaragua, lo que yo pudiera llamar aristocracia, viene a serlo en

el mejor sentido de la palabra, es una fuerza que equilibra, pero que no estaciono el movimiento nacio– nal. El Partido Conservador, que esa clase social allí, por lo general, ha constituído, tiene una retaguardia,

como es lógico: hay en él, católicos, de los que antes

-21-

Page 33 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »