Tomás Martínez: Héroe sin fusil

Escrito por: Enrique Bolaños G.

En ocasión de un aniversario más (140 aniversario) del fallecimiento del general Tomás Martínez Guerrero el 12 de marzo de 1873

Desde el 24 de agosto de 1848, se había iniciado la llamada «fiebre del oro» en California (James Marshall reclama haber descubierto en enero, abundante oro en California) y esto desató una avalancha de gente que quería ir donde «todo lo que se tocaba era oro». El viaje desde el este de Estados Unidos hacia California, en carretas por tierra, tomaba más de cinco meses, mientras que por barco, cruzando Panamá o Nicaragua ya sea en carreta, coche o a caballo, tomaba solamente tres meses. Renació la necesidad de la construcción de un canal interoceánico y se acentuó el interés de Estados Unidos en dicho canal y por eso, el 6 de junio de 1849 desembarca en San Juan del Norte el Ministro Americano Ephraim George Squier quien presentó sus cartas credenciales al Supremo Director, Norberto Ramírez (1849-1851), en la ciudad de León.

El 27 de agosto de 1849 Nicaragua firmó un contrato para la construcción del canal con una empresa norteamericana, representada por David L. White y a la vez otro contrato con la empresa del banquero Cornelius Vanderbilt por el que se le concedía el derecho exclusivo de tránsito por Nicaragua, ocupando las aguas del río San Juan hasta La Virgen (en Rivas), luego por tierra hasta San Juan del Sur, y por barco a California... y al revés los que venían de California. Para octubre de 1850, más de dos mil pasajeros habían ya cruzado Nicaragua.

Vino la Guerra Nacional (el capítulo de Walker) y Vanderbilt perdió sus barcos y la concesión por confiscación que hizo Walker. Luego Walker fue expulsado del suelo patrio, pasó la guerra y retornó la paz.

Vanderbilt quiso volver a obtener de Nicaragua la renovación del Contrato para su Compañía del Tránsito. Nuestros próceres sabían que Vanderbilt no había sido honesto con Nicaragua en la administración de la Compañía del Tránsito, y por lo tanto rehusaban concederle un nuevo contrato. Vanderbilt confiaba en que podría comprar su capricho con sobornos y, en el tomo V, Trujillo - Capítulo 17, Galería de los pillos del Tránsito, págs. 127-129») de la valiosa colección del historiador doctor Alejandro Bolaños Geyer encontramos la siguiente narración documentada, que resumo para este relato:


El diario "New York Tribune" de los días 3, 6, 29 y 30 de Junio de 1858 le sigue los pasos a los Agentes Webster y Allen que Vanderbilt envía a Nicaragua para ofrecer soborno al Presidente Tomás Martínez. Ellos zarpan de Nueva York en el barco "Philadelphia", vía La Habana, con cajas pesadas conteniendo 100 mil dólares en monedas de oro. El 30 de Junio los pasajeros y su carga viajaron en el río San Juan en el vapor «Morgan», y luego en el vapor del lago «La Virgen» llegaron a Granada, y prosiguieron de inmediato hacia Managua. Allen -dice el periódico- le ofreció privadamente a Martínez [entonces miembro de la Junta de Gobierno con Máximo Jerez, llamado "Gobierno Chachagua"] un soborno de $50.000 dólares (de esa época) por la firma, sin modificaciones, del contrato que le sometía en nombre de Vanderbilt. Continúa diciendo el periódico de esa época que ni la costosa silla de montar, ni los cofres conteniendo lujosos trajes, ni los 50 mil o quizás hasta los 100 mil dólares conmovieron a Martínez. Los agentes de Vanderbilt regresaron al río con su oro americano, escoltados por los Generales Martínez y Jerez y una compañía de soldados.


Este gesto de Tomás Martínez lo hace un verdadero héroe y patriota -héroe sin fusil, en época de paz- a Martínez no lo deslumbró el oro que ensuciaría su conciencia, su buen nombre y el de su familia. Martínez es un verdadero héroe sin fusil. Todos debemos aprender esta lección para ponerla en práctica en todo momento, ante cualquier situación, y sobre todo cuando toque dirigir los destinos de nuestra propia familia, de un puesto de trabajo, de una empresa, de una escuela, de una central de policía... o de la Patria, también.

Para enriquecer más esta lectura les recomendamos leer El relato histórico de La Guerra Nacional 1854-1857.