22. El enigma del 8,5% de los votos

En la página 40 del Informe del Centro Carter se lee que “El 14 de noviembre del 2006, tras observar el desarrollo y acumulación de estos problemas, el Centro Carter llamó públicamente al CSE a resolver las irregularidades que habían surgido”. Esa misma tarde, el Consejo dio a conocer los resultados finales preliminares de las elecciones nacionales de 2006 y el diario La Prensa en su edición del ese 14 de noviembre publicó el sexto y último informe preliminar de las 7 pm que el CSE dio a conocer y que dice: “El porcentaje escrutado: 100% de las JRV con 38,07% para Ortega, 28,30% para Montealegre, 27,11% para Rizo, 6,29% para Jarquín y 0,29% para Pastora”.

 



Ciertamente, los detalles del recuento final de votos no han sido divulgados por el CSE, aunque no queda duda de que el 14 de noviembre publicó los resultados finales del 100% de las JRV con 37,99% para Ortega, en segundo lugar Montealegre con 28,30%, y en tercer lugar Rizo con 27,11%. La imagen de arriba, tomada de la primera plana del diario La Prensa de esa fecha, muestra esos resultados finales.1


De acuerdo a IPADE:


A febrero de 2008 [todavía] el 8% de votos válidos depositados por los electores en las elecciones nacionales del 2006 se mantienen ocultos por el CSE y esperamos que con la aprobación de la ley de Acceso a la Información Pública se puedan conocer.2


La disputa entre Rizo y Montealegre por el segundo lugar (y la distancia porcentual del primer lugar) es la que quizás aún está en disputa entre ellos a pesar de que el conteo rápido dado a conocer el día 6 por Ética y Transparencia (E&T), es muy similar al del CSE del 14 de noviembre de 2006.

 


Interrogantes de José Rizo


En vista de que el asunto del 8,5% que cinco años después, a julio 2011, aún quedaba sin explicarse por el CSE, es importante escuchar las interrogantes que todavía en junio de 2011 planteó el doctor José Rizo, candidato del PLC, respecto a esas elecciones nacionales de 2006:


Te estoy dando, con conocimiento, porque ahora he hurgado, he arañado, en recuerdos, en informes, en testimonios, y eso es lo que ocurrió. […] No tengo las evidencias para afirmarlo, pero sí tengo las evidencias de que, por ejemplo, en la sede [del PLC] donde llevaban los cómputos se mandaron a apagar todas las máquinas [las computadoras] en el PLC, y se ordenaron que se llevaran las actas primero al Tres Ochenta [Oficinas del CEN del PLC], porque estas instalaciones estaban en VIMSA, [que eran oficinas de campaña del PLC]; primero se las llevaron al Tres Ochenta y después a la hacienda El Chile [residencia de Alemán].


[Continúa declaración del doctor Rizo]: … como a las diez de la noche, dan las instrucciones de que apaguen las computadoras, que se lleven todas las actas y se acabó el ingreso [de datos]; y por eso, en el mismo estacionamiento de VIMSA, alguien que estaba involucrado, que era Agustín Alemán [sobrino del doctor Alemán], con mucho nerviosismo y fumando un cigarrillo decía: “¿qué estará arreglando mi tío con esto de que mandó a apagar las computadoras y llevarse las actas?”.


Yo no las tengo, no las tuve, y por eso no podía reclamar, y no tenía tampoco la convocatoria para que el partido me respaldara en una situación que a mi juicio fue un arreglo a tres bandas con Daniel Ortega para llevarlo al poder. Ahí ganaban: Arnoldo Alemán, que cumplía posiblemente con su compromiso; Eduardo Montealegre, no terminaba su vida política, porque quedaba en un segundo lugar y obtenía una inmunidad que le cubría ante una acusación.


Yo intuyo que Arnoldo nunca tuvo interés en que ganásemos las elecciones; creo en esos arreglos ocultos que nadie conoce, que la idea era desde un inicio la alternancia [alternabilidad] en el poder con Daniel Ortega, y creo aún más que ese arreglo posiblemente hubiese sido desde las elecciones del 2001, nada más que no les dio resultado, porque no hubo fragmentación de fuerzas opositoras, hubo polarización; pero creo —y es una especulación— que ya desde entonces había un acuerdo, y ¡cuidado!, que eso sea lo que Daniel Ortega después le reclamaba como falta de cumplimiento a su compromiso.


La realidad final —la madre del cordero, como se dice en Nicaragua— es que la conducción del PLC ha estado al servicio exclusivo de los intereses personales del caudillo —Arnoldo Alemán— y del partido (PLC), que se extendió también al servicio del socio del pacto, Daniel Ortega.

 

 

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1 N del A - En un cable de la agencia AFP, titulado “Llueven críticas a Ortega por relación con juez electoral en Nicaragua” la periodista Julia Ríos, entre otras cosas indica que los opositores al Presidente sandinista no consideran pecado la estrecha amistad que une a Ortega y Rivas [...] Según reveló recientemente la prensa costarricense, dos hijos de Ortega residen desde 2007 en una de las lujosas viviendas que posee Rivas en Costa Rica. Y agrega: “ahora queda un poco más claro del porqué el presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) actúa como empleado de Ortega”. El presidente de Ética y Transparencia, Roberto Courtney dijo a la AFP: “Hay una relación de amistad, de negocios que ayuda a entender por qué comete fraude a favor de Ortega”.

2 IPADE, Catálogo Estadístico de Elecciones en Nicaragua 1990-1996, pág. 2 de la Presentación.